viernes, 20 de mayo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 5 de Pascua

Hechos 15,22-31



REFLEXIÓN

convertidos del paganismo

Se dice en una palabra, pero paganismo representa muchas corrientes actualmente, que tienen de común la superación, es su intención, de la hegemonía cristiana.

Se dan en el proceso de secularización como caldo de cultivo.

que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo

se trata de una dedicación a lo largo de la duración de la vida, aunque es posible que en diferentes modalidades, estados y estilos de vivir.

no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación

En lo que se insiste es en abstenerse de lo relacionado con el sistema idolátrico del templo pagano.

La fornicación está situada en ese contexto de prostitutas del templo.

Hoy diríamos de cualquier templo-dinero, a cuyo cobijo se generan las fornicaciones y sus hijuelas: lucro, codicia, autoafirmación y autojustificación. Un sistema cerrado de los sin Dios.

Para los creyentes gentiles que habrían de mostrar su rompimiento con los ídolos, no era fácil porque el templo pagano no involucraba sólo vida religiosa, sino vida pública y social.

Para ellos era un cierto morir al mundo en sus centros de sociabilidad e intercambio.

Salmo responsorial: 56




REFLEXIÓN

Te daré gracias ante los pueblos, Señor

Nosotros hoy no tenemos que mostrar a los judíos que seguir a Cristo no es idolatría.

En realidad en la vida común nos da igual lo que piensen ellos en particular.

Pero sí nos debe importar que el mundo sienta que no somos cómplices de idolatría.

Lo cual puede tener su costo en nuestra red social en general.

Juan 15,12-17



REFLEXIÓN

"Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Constituir un signo vivo para el mundo, forjado con amor mutuo, amistad, donación de la vida. Es decir: fraternidad.

Un mundo nuevo de relaciones, que generará consecuencias nuevas, un nuevo reino, un nuevo eón, donde los pequeños son felices.

Amor de agape: predilección, estima, razonable.

a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

Un Espíritu alienta para ir a este conocimiento.

La amistad con Jesús es transparente por iniciativa de él: sabemos qué hay que hacer y cómo vivir para seguirlo y permanecer con él.

y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure

Todo esto nos acarrea una misión: ir y dar fruto. Pero con la vida que llevamos. Mostrando. Significando. Plasmando.

Amor de elección para dar fruto.

Amor de responsabilidad

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1527609949362262017?s=20&t=oQAzTGdhk_ugTtAYFbjyOA

BEATO CARLO

 

De los Sermones del beato Isaac, abad del monasterio de Stella
                               (Sermón 42: PL 194, 1831-1832)


PRIMOGÉNITO DE MUCHOS HERMANOS

Así como la cabeza y el cuerpo forman un solo hombre, así también el Hijo de la Virgen y sus miembros elegidos forman un solo hombre y un solo Hijo del hombre. Dice la Escritura: El Cristo íntegro y total lo forman la cabeza y el cuerpo, ya que todos los miembros juntos forman un solo cuerpo, el cual, junto con la cabeza, constituye un solo Hijo del hombre, un solo Hijo de Dios, por su unión con el Hijo de Dios en persona, el cual, a su vez, es un solo Dios por su unión con la divinidad.

Por tanto, todo el cuerpo unido a la cabeza es Hijo del hombre e Hijo de Dios, y aun Dios. De ahí aquellas palabras: Padre, quiero que sean uno, como nosotros somos uno.

Así pues, según este famoso texto de la Escritura, no existe el cuerpo separado de la cabeza, ni la cabeza separada del cuerpo; ni existe el Cristo total, cuerpo y cabeza, separado de Dios.

De manera que todo el conjunto, por su unión con Dios, es un solo Dios; pero el Hijo de Dios está unido con Dios por naturaleza, y el Hijo del hombre está unido con el Hijo de Dios de manera personal, mientras que su cuerpo lo está de un modo místico. Por consiguiente, los miembros de Cristo, unidos espiritualmente a él por la fe, pueden afirmar con todo derecho que son ellos también lo mismo que es él, Hijo de Dios y Dios. Pero él lo es por naturaleza, los miembros por comunicación; él lo es en plenitud, los miembros por participación; finalmente, él es Hijo de Dios por generación, los miembros lo son por adopción, tal como está escrito: Habéis recibido espíritu de adopción filial, por el que clamamos: «¡Padre!»

Según este espíritu, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios, para que el primogénito de muchos hermanos pudiera enseñarnos a decir: Padre nuestro, que estás en el cielo. Y en otro lugar dice el Señor: Subo a mi Padre y a vuestro Padre.

Por el mismo Espíritu por el cual el Hijo del hombre nació del seno de la Virgen como cabeza nuestra, nosotros renacemos en la fuente bautismal como hijos de Dios y como cuerpo del Hijo del hombre. Y, así como él nació inmune de pecado, así también nosotros renacemos por el perdón de nuestros pecados.

Del mismo modo que en la cruz cargó sobre su cuerpo de carne con los pecados de todo el cuerpo, así quiso también que a su cuerpo místico, por la gracia de la regeneración, no le fuese imputado pecado alguno, como está escrito: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Este hombre dichoso es sin duda el Cristo íntegro, el cual, en cuanto que su cabeza es Dios, él mismo perdona los pecados; en cuanto que la cabeza del cuerpo es un Hijo del hombre, nada tiene personalmente que se le pueda perdonar; y, en cuanto que el cuerpo de la cabeza son muchos, nada se imputa.

Él mismo es justo por sí mismo y se justifica a sí mismo. Él mismo es Salvador y salvado; cargó en su cuerpo sobre el leño los pecados de los cuales limpia a su cuerpo por medio del agua. Ahora continúa salvando por el leño y por el agua, como Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, los cuales cargó sobre sí mismo, como sacerdote y sacrificio, y como Dios que, ofreciendo su propia persona a sí mismo, por sí mismo se reconcilió a sí consigo mismo, y con el Padre y el Espíritu Santo