lunes, 20 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 12 de tiempo ordinario

Año Par

2Reyes 17, 5-8. 13-15a.18



REFLEXIÓN

Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.

Se plantea una lectura de fe sobre acontecimientos históricos. Puede parecer ingenua, porque omite mencionar los intereses geopolíticos de Asiria.

Y si el pueblo hubiera permanecido fiel al Señor del Éxodo no padecería estas calamidades?

Estamos frente a un misterio de voluntades que deben recurrir a su experiencia para concluir qué es mejor, más productivo, produce más bienestar, más paz, más felicidad a la nación.

La conclusión trazada por los profetas es que el descalabro del reino del Norte se debió a su infidelidad, de tal forma que sus costumbres se alteraron imitando otras culturas, enajenadas en la idolatría.

En la actualidad, con una cultura globalizada debemos preguntarnos y definirnos sobre qué implica ser fiel al Señor, de manera que sirvamos al bienestar de la nación, a la que pertenecemos y dejemos de erosionarla con nuestra infidelidad y pérdida de identidad cultural.

Cambiaron un orden por otro, menos conveniente para un orden social más justo.

Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios.

Porque la infidelidad al Señor involucra una fatiga en la confianza en su orientación y designio. Es un camino que se nos antoja menos brillante.

Pero además del rechazo de un camino se trata del repudio de un ser que muestra asiduamente proveer nuestro beneficio y salvación.

Por eso hay personajes en la historia pasada y reciente que son significativos para sensibilizarnos a la naturaleza de la relación que se da con el Señor, como los místicos y santos.

Cuando se dice que vivimos una cultura del ”olvido de Dios” se significa el maltrato de nuestra parte, de una relación amistosa, paternal, conyugal pero no con una cosa o ente abstracto.

Confiar en Él es confiar en un orden más acorde, según sus mandatos

Salmo responsorial: 59



REFLEXIÓN

estabas airado, pero restáuranos

Podemos sentir en el Señor la vivacidad del dolor por nuestra ingratitud y falta de reconocimiento. Pero su especie de resentimiento se suaviza pronto para olvidar, perdonar y aceptarnos nuevamente.

Nuestra experiencia de Dios no debe anquilosarse en una sola actitud sentida o pensada del Señor, porque su potencialidad nos desborda y nuestras figuraciones siempre son aproximativas.

Experimentar el misterio de la persona humana en nuestras relaciones históricas debiera contribuir a flexibilizar nuestros esquemas interpretativos tanto de las personas como del Señor, quien es siempre mayor.

la ayuda del hombre es inútil. / Con Dios haremos proezas

Centrarse en el Señor, sin alianzas alternativas, es el desafío,

Parece ir contra el protagonismo actual y el empoderamiento de hombres y mujeres, embriagados de triunfo porque logran ciertos objetivos y metas, en el reclamo de sus derechos.

Es como la consolación espiritual, que nos hace sentir instalados en la gloria, en forma permanente.

Pero en las reglas de discreción se nos añade una pizca de prudencia. Hacer reservas de energía cuando estamos en las buenas, para cuando la situación cambie y caigamos en desolación.

Algo de la crispación colectiva actual en las crisis económicas y sociales da a entender que no se han hecho suficientes reservas para asumir la desolación y depresión con más esperanza.

Mateo 7,1-5



REFLEXIÓN

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

En la actitud crítica que se respira en el mundo actual se echa de ver una gran capacidad de análisis.

Se echa de menos sin embargo una actitud autocrítica, que nos ayude a juzgar en contexto y no sin compasión.

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano."

Hipócrita es fingir, ocultar la verdad, pretender otra cosa de lo que se es de verdad.

Y cuando somos conscientes de lo que somos pero buscamos la conversión?

Sería un proceso de des-hipo-critización. Seríamos des-hipócritas.

Por eso la fe verdadera nos hace procesualmente coherentes, mediante la autocrítica y así nos vamos saliendo del consejo de los hipócritas que caminan al cinismo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1538842309818830848?s=20&t=EcGx8PFTVMj0oAWyRMmwvA

BEATO CARLO


 Del Tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, Sobre el perfecto modelo del cristiano.

(PG 46, 254-255)


EL CRISTIANO ES OTRO CRISTO

Pablo, mejor que nadie, conocía a Cristo y enseñó, con sus obras, cómo deben ser los que de él han recibido su nombre, pues lo imitó de una manera tan perfecta que mostraba en su persona una reproducción del Señor, ya que, por su gran diligencia en imitarlo, de tal modo estaba identificado con el mismo ejemplar, que no parecía ya que hablara Pablo, sino Cristo, tal como dice él mismo, perfectamente consciente de su propia perfección: Ya que andáis buscando pruebas de que Cristo habla por mí. Y también dice: Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.

Él nos hace ver la gran virtualidad del nombre de Cristo, al afirmar que Cristo es la fuerza y sabiduría de Dios, al llamarlo paz y luz inaccesible en la que habita Dios, expiación, redención, gran sacerdote, Pascua, propiciación de las almas, irradiación de la gloria e impronta de la substancia del Padre, por quien fueron hechos los siglos, comida y bebida espiritual, piedra y agua, fundamento de la fe, piedra angular, imagen del Dios invisible, gran Dios, cabeza del cuerpo que es la Iglesia, primogénito de la nueva creación, primicias de los que han muerto, primogénito de entre los muertos, primogénito entre muchos hermanos, mediador entre Dios y los hombres, Hijo unigénito coronado de gloria y de honor, Señor de la gloria, origen de las cosas, rey de justicia y rey de paz, rey de todos, cuyo reino no conoce fronteras.

Estos nombres y otros semejantes le da, tan numerosos que no pueden contarse. Nombres cuyos diversos significados, si se comparan y relacionan entre sí, nos descubren el admirable contenido del nombre de Cristo y nos revelan, en la medida en que nuestro entendimiento es capaz, su majestad inefable.

Por lo cual, puesto que la bondad de nuestro Señor nos ha concedido una participación en el más grande, el más divino y el primero de todos los nombres, al honrarnos con el nombre de «cristianos», derivado del de Cristo, es necesario que todos aquellos nombres que expresan el significado de esta palabra se vean reflejados también en nosotros, para que el nombre de «cristianos» no aparezca como una falsedad, sino que demos testimonio del mismo con nuestra vida.