Jueves 12 de tiempo ordinario
Año Par
2Reyes
24, 8-17
REFLEXIÓN
sólo quedó la plebe
Sólo
quedaron los indigentes(dallah), los que no tenían valor para los vencedores,
ni representaban ningún riesgo de oposición.
Éstos
eran los invisibles de ese tiempo y lugar, con los cuales no era posible construir
algo que valiera la pena. Los dejados a su suerte.
Pero
son mencionados en la Palabra porque ella les da memoria y actualidad. Son el
desafío de todo tiempo, para caer en cuenta que la tarea de humanización no ha
concluído.
La
dignidad se las aporta la Palabra porque nos recuerda su existencia y suerte.
No por algún utilitarismo, sino por gracia, por amor que busca compartir la
vida. Amor responsable.
Salmo responsorial: 78
REFLEXIÓN
tu compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados
Hay
momentos muy difíciles, de extrema gravedad, tal como la imagen del salmo en
los que no tenemos otra voz, otro sonido que pueda salir de nuestra garganta
sino la de pedir, gemir por la compasión del Señor.
Mateo 7,21-29
REFLEXIÓN
"No todo el que me dice: "Señor, Señor"
entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre
que está en el cielo
Porque
decir y hacer es lo propio del Reino.
"Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados."
Aquél
día equivale al día final. Es un código profético antiguo.
Un
día de ajustar cuentas, de verdadera transparencia y no la caricatura a la que
estamos habituados en nuestra demagogia.
Entonces
muchos quedaremos sorprendidos porque con nuestro esfuerzo y ambición creíamos
configurar una realidad buena para nosotros y los demás.
Pero
es que la búsqueda egocéntrica de los propios objetivos que se camuflan de
voluntad de Dios nunca cesa.
Es
el núcleo de la experiencia ignaciana transmitida en los ejercicios: la
búsqueda incansable e insobornable de la voluntad de Dios.
Una
búsqueda que aporta signos y evidencias de salirse del círculo egocéntrico para
buscar un bien mayor siempre.
Hay
quienes se casan con un eslogan que representa un bien solidario, pero sin
discernir su proceso en la vida, se pervierte en letra muerta y marchita.
no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca
Cimentarse
en la roca, en la piedra, en Cefas o Pedro, es para muchos en nuestro tiempo, y
en todo tiempo anterior, una aberración y casi una idolatría. Porque ningún
hombre es Dios.
No
dan espacio a la consideración que una persona puede poseer el carisma de la
verdad salvadora sólida, aun a pesar de sus inconsistencias y limitaciones.
Detrás
de esa repugnancia, se encuentra, con mucha probabilidad, la resistencia a
modificar las costumbres y conductas que son señaladas como no evangélicas.
Y
para sentirse fuertes en su rechazo se aglutinan en una sola mediática voz de
rebeldía para exaltar toda transgresión y resistencia.
Es
como una suerte de anti-evangelio, que se va infiltrando silenciosamente en las
categorías mentales de la población hasta la apostasía.
se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre
roca
Decir
y hacer la voluntad del Señor configura la solidez del Reino.
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de
su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
En
su momento el evangelista transmitió una nueva Torá o enseñanza de Jesús.
Tan
prestigiosa y acendrada sonaba en su proclamación que se guardó como un legado
para todos los que le quisieran seguir.
Así
judeocristianos y cristianos gentiles en la autoridad evidenciada por Jesús de
Nazareth, poseemos una nueva Torá, un nuevo Principio y fundamento.
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