sábado, 25 de junio de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA


 

De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 293, 1-3: PL 38, 1327-1328)

 

LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO

 

La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de él.

Juan nace de una anciana estéril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis sido hechos templo. 

Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegan hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. Aún no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su madre. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeñez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado. 

Zacarías calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y abre su boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la predicación de Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas profecías, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías habría continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le dijeron: Dinos quién eres. Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.

REFLEXIÓN

En Lucas se da el relato del nacimiento de Juan bautista y de Jesús, como emblemáticos de misiones relacionadas entre sí pero dentro de programas diferentes. Juan en un contexto de Primera Alianza destinada a ser la voz que da testimonio de la Segunda Alianza en Jesús. Lo que parece un cambio fácil de llevar no lo fue tanto en la realidad según se puede entresacar de los versículos que muestran la celotipia del grupo de Juan sobre Jesús y su grupo. Lo cual era visible aún desde las autoridades religiosas. Se nos da así una lección e invitación a superar protagonismos estériles e irnos sumando al del Reino de la Palabra encarnada.

viernes, 24 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Corazón de Jesús(junio)

Ezequiel 34, 11-16



REFLEXIÓN

Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países, las traeré a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel, en las                  cañadas y en los poblados del país.

 

Unas ovejas particularmente frágiles en su dispersión, parecen los migrantes y refugiados en la actualidad.

Unos por mejores horizontes socioeconómicos, otros por salvar la vida de la familia perseguida.

Está ocurriendo en muchos lugares de diferentes continentes, como secuelas de las guerras de todo tipo que mantenemos los seres humanos entre nosotros.

Hay por tanto un clamor global fruto del desamparo, la exclusión, el dolor y la muerte.

Muchas fronteras parecen corrales                                         donde las ovejas buscan algún refugio y protección, pero eventualmente se les convierte en mataderos.

A una situación semejante hace muchos siglos, se refirió el profeta de la Palabra, cuando visualizó la protección del Señor                                  en persona.

Jesús encarnó un pastor sensible y                                        empático con la dispersión de las ovejas y las fue haciendo de su rebaño. Incluso pensó que había muchas más en otros lados a las que había que proteger.

Ni acabó ni pudo terminar su tarea                                                                           pero ese legado le dejó a sus      colaboradores, en la comunidad de                                 fe que inició su camino hacia el final de la historia.

Hoy tenemos como un don de ese Dios en persona, hombres y mujeres                                                                        compasivos y misericordiosos, que buscan proteger rebaños indefensos                                                 de personas en movilidad forzada.

En y a través de ellos sigue latiendo el Corazón de Jesús, para                                                                              que la historia no la escriban en definitiva los señores de la guerra.

Salmo responsorial: 22



REFLEXIÓN

tu vara y tu cayado me sosiegan

Quienes tiemblan por la persecución y el peligro requieren                                                                      un símbolo que traiga a su memoria                                                                                        la seguridad que algún momento disfrutaron.

La Palabra consoladora e interpelante hace de cayado de Pastor, para que nuestra fe alcance  el sentido de sosiego en medio de los nubarrones amenazantes de la violencia.

Romanos 5, 5b-11



REFLEXIÓN

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu                                Santo que se nos ha dado

Es la semillita de la entereza o resiliencia que se despliega durante nuestra existencia, nutrida                                                              por avatares.

mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros                                   todavía pecadores, murió por nosotros

No valíamos la pena-pensábamos- pero se nos acercó, nos tocó con su                                               amor fuerte y nuestra memoria profunda guarda ese instante, para proveernos de salvación a lo largo de nuestra existencia.

¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos, salvos por su vida!

Vivir y compartir la reconciliación es una de las                                                   actitudes más positivas y constructivas.

Examina todo para ubicar y             aprovechar, no para rechazar.

Lucas 15, 3-7



REFLEXIÓN

 

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador                               que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse

Una cosa es que haya más alegría y                                otra que no le importe. El Señor es                                                   exagerado en su amor con los débiles. Es vulnerable a las víctimas.

Porque en ellas la recuperación y                              el sentido de lucha por la vida y el reino, puede estar muy comprometido y afectado.

De ahí que nos acompañe tan de                                              cerca, para que no se pierda ni                                uno.

 

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1540299844690092034?s=20&t=Ol8KD401zdllQezHlhJ6yA