lunes, 18 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 16 de tiempo ordinario

Miqueas 6, 1-4. 6-8



REFLEXIÓN

El Señor entabla juicio con su pueblo y pleitea con Israel: "Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme

El Señor es un amor incansable, porque su interpelación es amorosa. Por más que la sintamos externa y acusadora, se trata de la Verdad de nosotros mismos abriéndose paso en la opacidad de nuestra mentira y distorsión, para hacernos libres.

El dolor que se siente es como de parto, indicativo que se alumbra una vida significativa.

Nuestra dureza e ingratitud es el misterio. Caemos y volvemos a caer. Más bien la vergüenza debe ser nuestra comida, porque parece no podemos

"¿Con qué me acercaré al Señor, me inclinaré ante el Dios de las alturas? ¿Me acercaré con holocaustos, con novillos de un año? ¿Se complacerá el Señor en un millar de carneros, o en diez mil arroyos de grasa? ¿Le daré un primogénito para expiar mi culpa; el fruto de mi vientre, para expiar mi pecado?"

Es nuestra reacción superficial y de menor compromiso: dar cosas, dedicarme a devociones, hacer promesas, pero evadir la entrega de mi centro.

que respetes el derecho, que ames la misericordia y que andas humilde con tu Dios

Para nosotros se trata de ofrecer como Jesús: aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

Es el sentido de la oblación en forma de oración que nos enseña Ignacio de Loyola:

Tomad Señor y recibid,Toda mi voluntad, mi memoria y toda mi libertad. Vos me las disteis, a vos Señor las torno

Dadme vuestro amor y gracia que éstas me bastan

Salmo responsorial: 49



REFLEXIÓN

Dios en persona va a juzgar

Ése que nos reprocha la doblez es el Señor

El que me ofrece acción de gracias, / ése me honra; / al que sigue buen camino / le haré ver la salvación de Dios

La acción de gracias, paradigma de todas, es la de Jesús que se entrega al designio del Padre para bien de muchos.

Te acusaré, te lo echaré en cara

En eso se constituye nuestra vergüenza.

Mateo 12, 38-42



REFLEXIÓN

Esta generación perversa y adúltera exige un signo

Si pedir un signo de tu cercanía y salvación es pertenecer a la perversiad, es mejor no recibirlo, ni pedirlo. Quizás deba ahondar en que tú todo lo tienes en tu providencia y sabes lo que necesitamos.

Una búsqueda afanosa e impaciente de un signo especial cuando están viendo signos. Todo está siendo signo.

Buscando signos podemos pasar la vida y no hacemos lo que tenemos que hacer.

 

tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.

Muerte y resurrección es el gesto que nos legó. El que quiera creer, que lo haga.

se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

El que quiera convertirse que lo haga.

Convertirse y creer es nuestra total responsabilidad. Más que con signos, convertirse es asunto del corazón que se rinde.

la reina del Sur se levantará

Hay quienes con menos signos se han convertido mejor.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1548985016331411458?s=20&t=y2Sq2oOl9OynCg-_6CfAmA

BEATO CARLO

 

De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Magnesios.
                            (Cap. 6, 1--9, 2: Funk 1, 195-199)


UNA SOLA ORACIÓN Y UNA SOLA ESPERANZA EN LA CARIDAD Y EN LA SANTA ALEGRÍA


Como en las personas de vuestra comunidad que tuve la suerte de ver, os contemplé en la fe a todos vosotros y a todos cobré amor, yo os exhorto a que pongáis empeño por hacerlo todo en la concordia de Dios, bajo la presidencia del obispo, que ocupa el lugar de Dios; y de los presbíteros, que representan al colegio de los apóstoles; desempeñando los diáconos, para mí muy queridos, el ejercicio que les ha sido confiado del ministerio de Jesucristo, el cual estaba junto al Padre antes de los siglos y se manifestó en estos últimos tiempos.

Así pues, todos, conformándoos al proceder de Dios, respetaos mutuamente y nadie mire a su prójimo bajo un punto de vista meramente humano, sino amaos unos a otros en Jesucristo en todo momento. Que nada haya en vosotros que pueda dividiros, antes bien, formad un solo cuerpo con vuestro obispo y con los que os presiden, para que seáis modelo y ejemplo de inmortalidad.

Por consiguiente, a la manera que el Señor nada hizo sin contar con su Padre, ya que formaba una sola cosa con él -nada, digo, ni por sí mismo ni por sus apóstoles-, así también vosotros, nada hagáis sin contar con vuestro obispo y con los presbíteros, ni tratéis de colorear como laudable algo que hagáis separadamente, sino que, reunidos en común, haya una sola oración, una sola esperanza en la caridad y en la santa alegría, ya que uno solo es Jesucristo, mejor que el cual nada existe. Corred todos a una como a un solo templo de Dios, como a un solo altar, a un solo Jesucristo que procede de un solo Padre, que en un solo Padre estuvo y a él solo ha vuelto.

No os dejéis engañar por doctrinas extrañas ni por cuentos viejos que no sirven para nada. Porque si hasta el presente seguimos viviendo según la ley judaica, confesamos no haber recibido la gracia. En efecto, los santos profetas vivieron según Jesucristo. Por eso justamente fueron perseguidos, inspirados que fueron por su gracia para convencer plenamente a los incrédulos de que hay un solo Dios, el cual se habría de manifestar a sí mismo por medio de Jesucristo, su Hijo, que es su Palabra que procedió del silencio, y que en todo agradó a aquel que lo había enviado.

Ahora bien, si los que se habían criado en el antiguo orden de cosas vinieron a una nueva esperanza, no guardando ya el sábado, sino considerando el domingo como el principio de su vida, pues en ese día amaneció también nuestra vida gracias al Señor y a su muerte, ¿cómo podremos nosotros vivir sin aquel a quien los mismos profetas, discípulos suyos ya en espíritu, esperaban como a su Maestro? Y por eso, el mismo a quien justamente esperaban, una vez llegado, los resucitó de entre los muertos.