lunes, 3 de octubre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 27 de tiempo ordinario

Año Par

Gálatas 1, 6-12



REFLEXIÓN

algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo

Quién lo dice, quién lo puede decir? Una autoridad constituida, he ahí su misión. Mantener una lectura oficial para evitar desvíos. 

Pero padecemos de una enfermedad: desobediencia.

Y se airea con fuerza públicamente en nuestro tiempo, como señal de cambio y de justificación: ya no valen las autoridades, deben ser superadas por las bases.

Ocurrió con los hoy santos como Francisco de Asís, quien también fue objeto de desconocimiento y sufrió la división por parte de los cofrades.

No es algo nuevo, sino que hoy se ostenta como timbre de gloria y sanción de aprobación.

Y si se duda, si se desea precisar sobre este movimiento, se etiqueta de derechas, de conservador, de retrógrado, hasta de cómplice de crímenes pasados.

Hoy la historia está siendo releída, supuestamente por los víctimas, otros victimarios de turno.

Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡ sea maldito! el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo

Esto es crucial: en mis horas bravías, al tomar decisiones decisivas, cuál es mi evangelio? Cuál he recibido? Cuál expresa la buena nueva de la salvación del reino en mi existencia?

Podemos recibir tantas cosas a lo largo de nuestra vida, pero una recepción que interese y afecte la persona total tiene que ser memorable. En ese momento se ha de dar una conversión, un cambio radical que se deje sentir a lo largo de la historia.

Si Pablo se queja de la volubilidad de la comunidad de Gálatas para cambiar de mensaje y aceptar uno diferente al anunciado por Pablo, quiere decir que su anuncio no siempre fue exitoso en términos de conversión y recepción según la Palabra.

Por lo tanto no tenemos que extrañarnos que tantos y tantas muestren tal volubilidad como veletas, y peregrinen en el mundo buscando y escuchando evangelios de salvación distintos de la predicación apostólica con el ánimo de ser salvados.

Para ellos no significa mucho, que tales predicadores insistan en que su predicación del evangelio es Palabra de Dios, como Pablo.

Es la cruz del profeta: afirmar hasta el martirio que lo anunciado no es propia invención sino inspiración de Dios. Por eso cuando alguien ofrenda su vida por lo que defiende, es digno de respeto.

Sólo la coherencia de martirio y mensaje en el tiempo constituirá el carisma ofrecido para la construcción del Reino.

Salmo responsorial: 110



REFLEXIÓN

Doy gracias al Señor de todo corazón

todos sus preceptos merecen confianza

Es la lucha de cada día: la coherencia de martirio y mensaje, don para la construcción del reino.

Envió la redención a su pueblo, / ratificó para siempre su alianza

La Palabra expresa alabanza por su propia fidelidad y estabilidad.

Porque la Palabra es una oferta segura: siempre a mano para ser recibida.

Los inseguros, inestables y cambiantes podemos ser nosotros porque no damos el paso a la conversión del corazón, de nuestro núcleo decisorio vital.

Lucas 10,25-37



REFLEXIÓN

"Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?"

Pregunta como una burla, al pobre y supuestamente ignorante campesino.

El letrado pretendía comparar versiones y verificar la novedad en la enseñanza de Jesús

"¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?"

Pero Jesús se apegó como Palabra encarnada a la Palabra de Dios. No se salió con una buena nueva novedosa y agradable para el escucha.

De fácil constatación para quien accede a la sinagoga a leer y escuchar la ley.

No hay excusa. La pregunta sobra porque sabe leer.

Si el pobre campesino sabe, todos deben saber.

"Amarás al Señor, tu, Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo." Él le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida."

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?"

No es el principio hecho norma el que salva, más bien alerta.

La ocasión que nos trae la vida es la que permite activarse al Espíritu de la norma.

Ser en la vida el prójimo del hermano que nos sale al encuentro con necesidades, a veces de muerte, es lo que da vida eterna. Es reino en acción.

Entonces es respetable la opción de muchos por la necesidad social de la que se hacen prójimos, según sus talentos.

"Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida"

Aquí no hay nada nuevo bajo el sol.

queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?"

Es decir; como quien ya se ocupa del prójimo.

Así algunos en su vida hacen sus prójimos exclusivamente a sus amigos de cofradía y los miembros de su club.

Son incapaces de romper los lazos de la costumbre y el interés.

El letrado insistió, ahora en la aplicación de esa Ley.

Precisamente una zona en la que es posible hacerse el confundido.

Porque nuestro problema no es que no sepamos sino que no concordamos en hacer lo que sabemos.

Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó

El samaritano, distante y enemistado con los judíos, se aproxima por lástima, por compasión, por entrañas.

Paradigma de la nueva justicia.

Sea quien sea a quien se le muevan las entrañas por aquél necesitado que encuentre, y se aproxime, ése es el que es próximo.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?"

Con todo lo que hemos recibido sobre la buena nueva, nos hemos hecho capaces de aproximarnos a quien aproxima su necesidad?

Cuál evangelio mostramos haber recibido en nuestra existencia diaria?

Comportarse como prójimo es más un enfoque proactivo de prójimo, que el sentido pasivo del prójimo que es atendido.

"El que practicó (poieo: hacer) la misericordia con él" Díjole Jesús: "Anda, haz tu lo mismo".

El letrado es como figura de quien no sabe nada en realidad.

Creyó haber descifrado el prójimo, y descubrió que él no era quien se aproximaba, no era prójimo.

Se desenmascaró otra falsa virtud y pose virtuosa.

Dios Padre es el modelo y paradigma de la aproximación porque se llegó a nuestra indigencia, tan distante de sí. Con nuestra miseria lo hicimos aproximarse. Hemos atinado con su vulnerabilidad.

Pero no se aproxima para curiosear, o echar un discurso. Sino para HACER: amar al prójimo es acercarse o dejar aproximar la indigencia, para hacer la misericordia.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1576910015146835968?s=20&t=L6uRc40p_LkuHZAuifiW9A

 

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Lunes, XXVII semana

San Ambrosio Tratado sobre Caín y Abel 1,9,34.38-39

Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo. Alabar a Dios es lo mismo que hacer votos y cumplirlos. Por eso, se nos dio a todos como modelo aquel samaritano que, al verse curado de la lepra juntamente con los otros nueve leprosos que obedecieron la palabra del Señor, volvió de nuevo al encuentro de Cristo y fue el único que glorificó a Dios, dándole gracias. De él dijo Jesús: No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios. Y le dijo: «Levántate, vete: tu fe te ha salvado». Con esto el Señor Jesús en su enseñanza divina te mostró, por una parte, la bondad de Dios Padre y, por otra, te insinuó la conveniencia de orar con intensidad y frecuencia: te mostró la bondad del Padre, haciéndote ver cómo complace en darnos sus bienes, para que con ello aprendas a pedir bienes al que es el mismo bien; te mostró la conveniencia de orar con intensidad y frecuencia, no para que tú repitas sin cesar y mecánicamente fórmulas de oración, sino para que adquieras el espíritu de orar asiduamente. Porque, con frecuencia, las largas oraciones van acompañadas de vanagloria, y la oración continuamente interrumpida tiene como compañera la desidia. Luego te amonesta también el Señor a que pongas el máximo interés en perdonar a los demás cuando tú pides perdón de tus propias culpas; con ello, tu oración se hace recomendable por tus obras

REFLEXIÓN

La oración, cualquiera forma que adopte, tiene una sede: el corazón, el centro del Santo de los Santos en nuestra persona, no únicamente en nuestra dimensión interna sino en la totalidad de nuestra existencia libre y voluntaria. Allí donde nos rendimos, nos confesamos con sinceridad y lealtad, donde nos entregamos sin reservarnos nada, donde fraguamos en medio de muchos conflictos a veces, la buena acción, el seguimiento generoso, la dedicación que se olvida de sí mismo, donde permanece el reino de Dios en nosotros, lejos del amor propio, querer e interés.