Miércoles 29 de tiempo ordinario
Año Par
Efesios 3, 2-12
REFLEXIÓN
distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor
vuestro
Unos para otros distribuimos a Dios, como la
plenitud de la profecía sobre el conocimiento universal de Dios. Unos con más
carisma específico y otros más en general, pero es para todos una
responsabilidad.
como
ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas
Nos enfrentamos
en la fe a un dilema radical: creemos o no creemos en estos hombres que
insisten en proclamar que están llamados a distribuir la gracia y la revelación
del Misterio de Dios en Jesucristo.
Es un dilema para
toda la vida, que unos soportarán con más tranquilidad que otros.
Porque casi todos
y todas en algún momento de su existencia han albergado dudas, resentimientos,
odios y fobias contra la Iglesia, sus ministros, sus líderes, sus creyentes. Y
han puesto en tela de duda que sobre estas fragilidades pueda soportarse el
mensaje más trascendental para una humanidad: su salvación para siempre.
anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo
Pero algunos son impulsados a dar más de sí para
este anuncio, en diversas y difíciles circunstancias.
el más
insignificante de todos los santos
El contraste y la
desproporción son tan fuertes y grandes que se requiere una dosis de humildad
en la fe para que se mantenga, muchas veces como fuego tembloroso.
Quizás en esto se
está dando el signo de la presencia fuerte del Espíritu: en la debilidad de la
fe que persiste.
los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la
multiforme sabiduría de Dios
También
los cielos y los poderes, cualquiera que sean, conocen ahora la plenitud de la
revelación.
realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos
libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él
En Jesús hay una garantía de cercanía y lo
contrario es la secuela del poder de la malignidad, cuya estrategia es
impedirlo.
Interleccional:Isaías 12, 2-6
REFLEXIÓN
confiaré
y no temeré, / porque mi fuerza y mi poder es el Señor, / él fue mi salvación
El Señor ofrece
signos de salvación para la fe. Éstos sostienen la esperanza en los momentos
duros del peregrinaje. La esperanza se nutre de la memoria de las
intervenciones del Señor.
En la existencia
es importante hacer esta experiencia de reconocimiento de los signos de
salvación.
Y sacaréis aguas con gozo / de las fuentes de la salvación
Constantemente, diariamente estamos sacando
del pozo para el anuncio de salvación cotidiano. Anuncio que modela nuestra
profundidad invitándonos a ser más como Jesús, el Hijo, el Hombre, la nueva
sociedad.
"Qué grande es en medio de ti / el santo de
Israel."
Lo primero es su grandeza porque de ello depende todo lo
demás: el reino de Dios y su justicia…
Lucas 12,39-48
REFLEXIÓN
estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene
el Hijo del hombre
Significará
acaso, que se nos encomienda estar preparados, dos mil cien años después,
porque el hijo del hombre llegará con el final de la vida de cada uno de
nosotros y que no se sabe por lo tanto, cómo y cuándo llega actualmente y en
este momento?
La
Iglesia de los credos habla de un juicio final, y la del catecismo de un juicio
privado.
Son
lo mismo o diferentes? Acaba nuestra vida dos veces, como final y como privada?
O lo que se llama final es la experiencia actual que constantemente vemos en
otros cuando mueren, y que aguardamos ineluctablemente?
La
mejor interpretación no es la apocalíptica, sino la existencial.
El
Hijo del hombre está viniendo cada día, cuando menos lo pensamos. La vigilancia
es de cada día, como la oración del Señor nos lo enseñó.
Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda al
llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y
deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos
lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.
Alude
a todos los llamados a algún tipo de responsabilidad sobre otros: son
empleados, no dueños.
El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto
a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo
digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá;
al que mucho se le confió, más se le exigirá".
No
hay como excusarse del todo aunque haya atenuantes.
Un
llamado a la seriedad de la misión y su actitud primordial de compromiso con
otros.
"Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por
todos?" El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y
solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les
reparta la ración a sus horas?
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se
le confió, más se le exigirá."
Parece
referirse a los que más responsabilidad tienen, pero hacemos bien en
reflexionarlo para todos, porque todos somos servidores del evangelio.
Pero si el
creyente debe mantener la fe en medio de las debilidades del proclamador, éste
debe ser fiel y solícito para cumplir su servicio.
El que la fe
pueda mantenerse aun vacilante en medio de la fragilidad, no quita la
responsabilidad del que la alimenta.
Esta misión en
una Iglesia de hermanos es de todos con todos. Padres con hijos, madres con
hijas, educadores con pupilos, predicadores con auditorios, ministros con
fieles.
No hay ser humano
creyente que no pueda cumplir con su responsabilidad de servir la fe de su
hermano.
Una medida de compromiso que ayudaría sin duda a
superar tantas crisis que estamos viviendo.
El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto
a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo
digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá;
al que mucho se le confió, más se le exigirá".
No
hay como excusarse del todo aunque haya atenuantes. Un llamado a la seriedad de
la misión y su actitud primordial.
Conocer al Señor es una gracia, un don que requiere
un compromiso de distribución entre los hermanos.
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