Jueves 5 de
Cuaresma
Génesis 17,3-9
REFLEXIÓN
seré su Dios
Se insiste en la pertenencia de este Dios a Abraham. Él
quiere ser de Abraham, quedarse con Abraham. Colmarlo de bendiciones: tierra, muchedumbre
de descendientes. Lo ama, lo elige, se queda con Abraham y lo acompaña.
Es un Dios voluntariamente en las cercanía humana. Su
designio es ser un Dios nuestro.
Llega profundo en nosotros la Palabra que dice que Dios sale
a buscarnos y encontrarnos, en generosidad rebosante.
Nos lo muestra narrativamente la parábola del Padre pródigo
con el hijo arrepentido del evangelio de Lucas.
Dios de ternura y delicadeza. Propicio a festejar y alegrar
nuestra existencia como seres insustituibles.
Por qué o cómo esta misma bendición se hace ver en tanta
tragedia y maldad como hay en el mundo? Cómo lo compaginamos?
Tú guarda mi pacto
Más bien dice que no olvide que estamos en Alianza. Es lo
básico y con ello viene todo, lo demás. Es el reino que hay que buscar:
recordar la alianza.
Serás padre de muchedumbre de pueblos
El cristiano, el judío y el musulmán. Entre ellos aún no hay
paz a pesar del padre común: Abraham.
Para cada uno lo suyo es lo máximo, lo mejor. Es un
sentimiento legítimo. Solamente que debe abrirse al respeto y aceptación de la
existencia del otro.
Trabajar por ello es constructivo y según el Nuevo Testamento
es necesario: que sean uno.
Salmo responsorial: 104
REFLEXIÓN
El Señor es nuestro Dios
Antes que su poder nos pasme de admiración Él es un compañero: es para nosotros para que
seamos de Él. Un amor absorbente y radical, que aguarda nuestra correspondencia
coherente e íntegra.
Cada uno de estos pueblos hermanos pero aún fratricidas dio
un nombre al único Dios de Abraham: Santo, Misericordioso, Amor.
Ninguno de estos nombres equivalen a aniquilación de los
demás. No conllevan un programa de exterminio, ni de exclusión.
Somos nosotros, nuestras mezquindades y egoísmos, personales
y colectivos, los que hacen la discordia.
Tan dañados podemos llegar a ser, que aún en cada pueblo hay
divisiones internas, tendencias, mutuas recriminaciones.
Es como una división sin fin rumbo a la aniquilación total.
Por eso el camino de la paz y amistad es una contracorriente
de unificación, que colabora y sirve a la causa del ser humano: para que siga
vivo sobre la tierra.
La vida que Dios aporta es cohesión y unificación del todo,
en permanente vigilia contra la enfermedad y la muerte, que trae separación,
división, disolución.
Dos corrientes, dos tendencias y debemos decidir en cada
coyuntura de la existencia a cuál nos sumamos.
Se acuerda de su alianza eternamente, / de la palabra
dada, por mil generaciones; / de la alianza sellada con Abrahán, / del
juramento hecho a Isaac
El amor conyugal refleja algo de esta alianza. Refleja a
alguien como Él enamorado y en enamoramiento constante y persistente. No
abandona, no se aleja, siempre presente.
La fidelidad conyugal, cuando se da, es una muestra y
promoción de un amor de Dios así: desbordante, gratuito, como un perro fiel.
Juan 8,51-59
REFLEXIÓN
quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para
siempre
Porque esta palabra es comunicación y convivencia con un Dios
Padre viviente.
Esta palabra escuchada con atención y buena voluntad, no nos
deja dormir en el endurecimiento del corazón.
Nos mantiene inquietos y en el peregrinaje que busca mejores
momentos.
¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió?
También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?
Es la mentalidad lastrada que no puede remontar, ni atina a
dejarse convencer, que se resiste a mirar de otro modo, por suspicacia, miedo,
temor, para no sentirse burlada y engañada. Temor a creer. Demasiado bueno y
bello para creer.
yo lo conozco y guardo su palabra
y convivo con el viviente
Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo
pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.
"Os aseguro que antes que naciera
Abrahán, existo yo."
Sin embargo los seguidores de Jesús de Nazareth creemos que
él sirve a la causa de unificación de los pueblos hermanos pero fratricidas.
Por supuesto, también debe inspirar la causa de unificación
del propio pueblo creyente cristiano.
Esta conversión es básica y nuclear si queremos servir a
otros hermanos.
Aun entre los teólogos cristiano católicos se busca
escamotear esta afirmación de Juan y otras semejantes.
Como una
consigna se minimiza, se disipa, se polemiza la comprensión de Jesús como
partícipe de la divinidad del Padre desde su pre-existencia.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1641406044143251459?s=20
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Génesis 17,3-9
Se registran cambios de nombre para
Dios, Altísimo, o de la montaña, para Abraham, padre de pueblos, y para Sara.
Se añade la circuncisión como marca visible de la Alianza. Una costumbre que
también se da en otros pueblos, pero en la adolescencia, no en el recien nacido
como aquí. El cambio de nombre reviste importancia por la simbólica de cambio
de misión. El nombre es la caracterización de la persona pueblo, su aporte, su
destino.
Salmo responsorial: 104
Hacer memoria de cada momento de la
historia de salvación ayuda a guardar la alianza. Sin memoria no hay
posibilidad de reconocimiento, lo que agrada a Dios.
Juan 8,51-59
Hasta
hoy para rabinos comprometidos en el diálogo de acercamiento con cristianos
aceptar la vida eterna en las palabras de Jesús es un escándalo, difícil de
superar. No es un obstáculo menor. Es el hueso duro de roer, la confesión de
Jesús como Palabra de Dios eterna, sostenido por un hombre joven que sólo se
tiene a sí y la interpretación de las escrituras que hace y los milagros que
opera, para que su testimonio sea afirmado entre los posibles creyentes. Algo
parecido al drama del profeta luchando por hacerse creíble. Pero mucho más
radical.
Jesús
acude a que Dios es el que testifica y da Gloria en él. Que él solo no valdría
nada. Importante retener esto para una desmedida glorificación humana de Jesús,
que no está en sus cálculos.Hay cristologías que pueden resultar solo un
reflejo de la vanidad humana, incluso las kenóticas.