martes, 27 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 13,2.5-18



REFLEXIÓN

construyó un altar en honor del Señor

Es interesante observar que el altar es, como  expresión antiquísima, un promontorio o una elevación sobre la que un ser humano busca reverenciar la divinidad y mantenerla presente en el territorio que se administra. Una religiosidad supersticiosa y mágica que deberá purificarse hasta hacerse fe: relación amorosa de personas libres.

Nuestro mundo actual sigue mostrando ritos, costumbres, protocolos, de una religiosidad semejante, muy cercana al temor reverencial animal por lo desconocido, asombroso e imponente.

Hay razón por lo tanto para no entusiasmarse mucho con sobrenaturales de esa clase y dejar de creer en “Dios”.

Igualmente dejar de creer en la divinidad que invocan los corruptos es razonable, porque no ofrece garantía de su poder.

Pero aun los que no creen en Dios abiertamente, según dicta la moda, traicionan el absoluto que se han elegido en reemplazo, porque la verdad y la congruencia absolutas tampoco es común en ellos.

Más bien la divinidad que se acredita en Jesús como Padre, es un Espíritu que procesualmente guía a la verdad completa, sin dejar de punzar la autocrítica, para que nos dejemos ayudar.

Salmo responsorial: 14



REFLEXIÓN

el que tiene intenciones leales

El escándalo de la propia vida amenaza convencernos de la condenación.

Se proyectan las sombras de la duda también en el entorno, y todo parece oscuro.

Sólo parece viable la actitud de la paciencia consigo y con los demás.

El que no presta dinero a usura

Y también ayudar a otro para que viva, servirá para recrear la esperanza de gracia y salvación del Señor.

Mateo 7,6.12-14



REFLEXIÓN

No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros

Perros y cerdos, como sinónimos de infidelidad e impureza en la mentalidad judía, con la que este evangelista muestra más sintonía o mayor empeño evangelizador.

Que los perros y cerdos para los judeocristianos no se representaran solo en los clásicos gentiles, sino en todos aquellos resistentes a la evangelización, es una posibilidad.

Quien haya tenido algo de celo por compartir el evangelio del reino con otros, ha debido hacer la experiencia de alguien resistente y empedernido, en su rechazo y negación. Incluso con agresión

En algún momento ha debido concluir que continuar sería una pérdida de tiempo.

Se trata de una conclusión realista y prudente, incluso hoy, cuando existen adversarios que atacan la santidad anunciada por las iglesias, por las señales de corrupción que puedan mostrar, verdaderas o imaginadas.

En el servicio por el reino hay limitaciones, y se precisa seleccionar oportunamente quienes no muestran sujeto. Lo requiere Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales: no los deben hacer los que no muestran tener sujeto. No llenan el perfil.

Es un elitismo espiritual, pero evangélico: implica dar signos de la clase de tierra que se puede ser para que la semilla fecunde.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas

Pero es posible un punto de encuentro para la convivencia pacífica, desde donde abrir espacios para la evangelización.

Es algo en la señal de los tiempos por parte del Espíritu, cuando nos convoca a la solidaridad y la fraternidad.

Más que las palabras santas de la evangelización, el mundo tiene sed de conductas irreprochables, que mantengan la corrupción en descenso.

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos

No hay pues que extrañarse de la poca respuesta, dado el nivel de exigencia.

No es posible sin las mociones del Espíritu.

Nuestro sentido moderno actual de igualdad, el que nos vende la democracia globalizada, no nos permite aceptar la discriminación. Y la vemos en cualquier selección.

Así la llamada es igualitaria pero el crecimiento es selectivo. Unos dan más y otros menos. Y otros parecen no dar nada.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1673643299238735872?s=20

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Génesis 13,2.5-18

La división que inició en la primera pareja y continuó en la descendencia con Abel y Caín, prosigue en Abraham y Lot. Pero Dios mantiene su promesa. Este guión de líneas gruesas se mantendrá hasta nuestros días, con divisiones y promesa restaurativa.

Salmo responsorial: 14

El código de conducta aparentemente simple de aquel que nunca falla implica la persona individual, de quien se espera hacer el bien, y su proyección social, sin hacer el daño a los demás.

Mateo 7,6.12-14

En la vida corriente mejor nos va si nos inclinamos a tratar bien, es la puerta estrecha. Y así como nos facilita la vida en relación, nos transporta al vivir para siempre en forma anticipada. La buena y armoniosa relación es un cielo anticipado. Sin embargo no es de extrañar que los de la puerta ancha no entiendan este estilo y aun se rebelen contra él, porque no tratan a los demás en forma persistente sino como les viene en ganas, y aun se vuelven contra quien les trata bien. Eso no quita que mejor nos va en la otra forma

BEATO CARLO

 Del Tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, Sobre el perfecto modelo del cristiano
(PG 46, 283-286)


MANIFESTEMOS A CRISTO EN TODA NUESTRA VIDA

Hay tres cosas que manifiestan y distinguen la vida del cristiano: la acción, la manera de hablar y el pensamiento. De ellas, ocupa el primer lugar el pensamiento; viene en segundo lugar la manera de hablar, que descubre y expresa con palabras el interior de nuestro pensamiento; en este orden de cosas, al pensamiento y a la manera de hablar sigue la acción, con la cual se pone por obra lo que antes se ha pensado. Siempre, pues, que nos sintamos impulsados a obrar, a pensar o a hablar, debemos procurar que todas nuestras palabras, obras y pensamientos tiendan a conformarse con la norma divina del conocimiento de Cristo, de manera que no pensemos, digamos ni hagamos cosa alguna que se aparte de esta regla suprema.

Todo aquel que tiene el honor de llevar el nombre de Cristo debe necesariamente examinar con diligencia sus pensamientos, palabras y obras, y ver si tienden hacia Cristo o se apartan de él. Este discernimiento puede hacerse de muchas maneras. Por ejemplo, toda obra, pensamiento o palabra que vayan mezclados con alguna perturbación no están, de ningún modo, de acuerdo con Cristo, sino que llevan la impronta del adversario, el cual se esfuerza en mezclar con las perlas el cieno de la perturbación, con el fin de afear y destruir el brillo de la piedra preciosa.

Por el contrario, todo aquello que está limpio y libre de toda turbia afección tiene por objeto al autor y príncipe de la tranquilidad, que es Cristo; él es la fuente pura e incorrupta, de manera que el que bebe y recibe de él sus impulsos y afectos internos ofrece una semejanza con su principio y origen, como la que tiene el agua nítida del ánfora con la fuente de la que procede.

En efecto, es la misma y única nitidez la que hay en Cristo y en nuestras almas. Pero con la diferencia de que Cristo es la fuente de donde nace esta nitidez, y nosotros la tenemos derivada de esta fuente. Es Cristo quien nos comunica el adorable conocimiento de sí mismo, para que el hombre, tanto en lo interno como en lo externo, se ajuste y adapte, por la moderación y rectitud de su vida, a este conocimiento que proviene del Señor, dejándose guiar y mover por él. En esto consiste (a mi parecer) la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre.