sábado, 1 de julio de 2023

BEATO CARLO

 
FELICES LOS DE CORAZÓN PURO PORQUE VEN A DIOS
De las Homilías de san Gregorio de Nisa, obispo.
(Homilía 6 Sobre las bienaventuranzas: PG 44, 1270-1271)


DIOS PUEDE SER HALLADO EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE

La salud corporal es un bien para el hombre; pero lo que interesa no es saber el porqué de la salud, sino el poseerla realmente. En efecto, si uno explica los beneficios de la salud, mas luego toma un alimento que produce en su cuerpo humores malignos y enfermedades, ¿de qué le habrá servido aquella explicación, si se ve aquejado por la enfermedad? En este mismo sentido hemos de entender las palabras que comentamos, o sea, que el Señor llama dichosos no a los que conocen algo de Dios, sino a los que lo poseen en sí mismos. Dichosos, pues, los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Y no creo que esta manera de ver a Dios, la del que tiene el corazón limpio, sea una visión externa, por así decirlo, sino que más bien me inclino a creer que lo que nos sugiere la magnificencia de esta afirmación es lo mismo que, de un modo más claro, dice en otra ocasión: El reino de Dios está dentro de vosotros; para enseñarnos que el que tiene el corazón limpio de todo afecto desordenado a las creaturas contempla, en su misma belleza interna, la imagen de la naturaleza divina.

Yo diría que esta concisa expresión de aquel que es la Palabra equivale a decir: «Oh vosotros, los hombres en quienes se halla algún deseo de contemplar el bien verdadero, cuando oigáis que la majestad divina está elevada y ensalzada por encima de los cielos, que su gloria es inexplicable, que su belleza es inefable, que su naturaleza es incomprensible, no caigáis en la desesperación, pensando que no podéis ver aquello que deseáis.»

Si os esmeráis con una actividad diligente en limpiar vuestro corazón de la suciedad con que lo habéis embadurnado y ensombrecido, volverá a resplandecer en vosotros la hermosura divina. Cuando un hierro está ennegrecido, si con un pedernal se le quita la herrumbre, en seguida vuelve a reflejar los resplandores del sol; de manera semejante, la parte interior del hombre, lo que el Señor llama el corazón, cuando ha sido limpiado de las manchas de herrumbré contraídas por su reprobable abandono, recupera la semejanza con su forma original y primitiva y así, por esta semejanza con la bondad divina, se hace él mismo enteramente bueno.

Por tanto, el que se ve a sí mismo ve en sí mismo aquello que desea, y de este modo es dichoso el limpio de corazón, porque al contemplar su propia limpieza ve, como a través de una imagen, la forma primitiva. Del mismo modo, en efecto, que el que contempla el sol en un espejo, aunque no fije sus ojos en el cielo, ve reflejado el sol en el espejo, no menos que el que lo mira directamente, así también vosotros —es como si dijera el Señor—, aunque vuestras fuerzas no alcancen a contemplar la luz inaccesible, si retornáis a la dignidad y belleza de la imagen que fue creada en vosotros desde el principio, hallaréis aquello que buscáis dentro de vosotros mismos.

La divinidad es pureza, es carencia de toda inclinación viciosa, es apartamiento de todo mal. Por tanto, si hay en ti estas disposiciones, Dios está en ti. Si tu espíritu, pues, está limpio de toda mala inclinación, libre de toda afición desordenada y alejado de todo lo que mancha, eres dichoso por la agudeza y claridad de tu mirada, ya que, por tu limpieza de corazón, puedes contemplar lo que escapa a la mirada de los que no tienen esta limpieza, y, habiendo quitado de los ojos de tu alma la niebla que los envolvía, puedes ver claramente, con un corazón sereno, un bello espectáculo. Resumiremos todo esto diciendo que la santidad, la pureza, la rectitud son el claro resplandor de la naturaleza divina, por medio del cual vemos a Dios

viernes, 30 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 12 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Génesis 17,1.9-10.15-22



REFLEXIÓN

"Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia con lealtad."

Hay diferentes significados-contenidos en este nombre dado a Dios en las tradiciones patriarcales.

Dejan conocer una divinidad que se destaca de otras en el ámbito inicial de los padres del pueblo hebreo.

Es una divinidad para caminar en lealtad y con quien se vinculan sus creyentes mediante un pacto.

Un pacto que se celebra con un gesto que en el comienzo pudo ser una medida de higiene: la circuncisión.

Que tal medida no resultara imprescindible para la relación sexual quedó demostrado                                                                                                                                                en la praxis que introdujo el cristianismo gentil al no circuncidarse.

Según Pablo debían más bien circuncidarse el corazón, lo profundo de la persona, y no tanto su exterior.

Se profundiza así la orientación evangélica de actuar por motivaciones de convicción de conciencia, más que por exterioridades.

Salmo responsorial: 127



REFLEXIÓN

Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu trabajo, / serás dichoso, te irá bien

La bonanza y el bienestar cotidiano de la vida se asocian fácilmente con una relación sana con Dios, a quien se toma en serio, se le ama y se espera de Él.

No habría que inhibirse y desconfiar de esa placidez, que significa la felicidad incompleta que en la vida se puede alcanzar normalmente.

No es ni humano ni divino vivir una perspectiva trágica y conflictiva, o culpabilizada porque una vida de bienestar resulte un egocentrismo.

Sin embargo la disponibilidad de la fe en el Señor nos lleva a la aceptación serena de las pruebas y dolores de crecimiento espiritual y madurez humana, mediante las cuales el Señor nos muestra su amor y nos invita a la generosidad.

Mateo 8,1-4



REFLEXIÓN

al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme." Extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida quedó limpio de la lepra

Jesús, parecido a Moisés pero superior, porque la lepra y los leprosos podían ser declarados impuros, si enfermaban, o puros si sanaban, pero no había prescripción para sanar.

Al sanarlo Jesús sacaba del encierro o liberaba del exilio al desdichado leproso, y así podía ser certificado por la ley para regresar a la comunidad.

Jesús no puso una ley aparte, sino que intervino para dar salud, que además significaba una salvación social, porque la Ley no tuvo más alternativa que declararlo puro y dejarlo volver a la comunidad.

Al otorgarle salud y salvación social, también lo liberó de la etiqueta pública de pecador, a la que se había hecho merecedor por ser leproso, porque toda enfermedad era efecto del pecado.

Así establece el relato de la Palabra la superioridad de Jesús sobre Moisés.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1674738609205784576?s=20

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Génesis 17,1.9-10.15-22

Cambio de nombre de Abraham, cambio de signo de alianza, cambio de nombre de Dios, con traza de préstamo cultural, en proceso de absorción a una divinidad diferente, interactiva, dialogal, promitente, actuando prodigiosamente. Es una elección de un casado sin descendencia propia porque su mujer es infértil, y consecuentemente el heredero sería alguien de otra estirpe. Una divinidad prodigiosa y espléndida con alguien frustrado en su destino común.

Salmo responsorial: 127

Ahora en vez de maldecir por una suerte frustrada es posible bendecir, y tener en común con tantos seres una vida de bienestar, regocijo, abundancia, amistad con Dios.

Mateo 8,1-4

Baja del monte de las bienaventuranzas el Nuevo Moisés y atiende un descartado de la sociedad religiosa que lo tiene por impuro y pecador. La fe en él es balbuciente, pero inicia su proceso de entrega a Jesús, quien le confirma que lo puede curar y lo quiere curar. Jesús lo habilita para incluirse en la sociedad y recuperar la vida social, y cumplir la ley que pretende cuidar la pureza de la vida.