domingo, 14 de abril de 2024

BEATO CARLO

BEATO CARLO

BEATO CARLO



De la Apología primera de san Justino, mártir, en favor de los cristianos
(Cap. 66-67: PG 6, 427-431)

LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA

Sólo pueden participar de la eucaristía los que admiten como verdaderas nuestras enseñanzas, han sido lavados en el baño de regeneración y del perdón de los pecados y viven tal como Cristo nos enseñó.

Porque el pan y la bebida que tomamos no los recibimos como pan y bebida corrientes, sino que así como Jesucristo, nuestro salvador, se encarnó por la acción del Verbo de Dios y tuvo carne y sangre por nuestra salvación, así también se nos ha enseñado que aquel alimento sobre el cual se ha pronunciado la acción de gracias, usando de la plegaria que contiene sus mismas palabras, y del cual, después de transformado, se nutre nuestra sangre y nuestra carne es la carne y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado.

Los apóstoles, en efecto, en sus comentarios llamados Evangelios, nos enseñan que así lo mandó Jesús, ya que él, tomando pan y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: Haced esto en memoria mía; éste es mi cuerpo; del mismo modo, tomando el cáliz y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: Ésta es mi sangre, y se lo entregó a ellos solos. A partir de entonces, nosotros celebramos siempre el recuerdo de estas cosas; y, además, los que tenemos alguna posesión socorremos a todos los necesitados, y así estamos siempre unidos. Y por todas las cosas de las cuales nos alimentamos alabamos al Creador de todo, por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

Y, el día llamado del sol, nos reunimos en un mismo lugar, tanto los que habitamos en las ciudades como en los campos, y se leen los comentarios de los apóstoles o los escritos de los profetas, en la medida que el tiempo lo permite.

Después, cuando ha acabado el lector, el que preside exhorta y amonesta con sus palabras a la imitación de tan preclaros ejemplos.

Luego nos ponemos todos de pie y elevamos nuestras preces; y, como ya hemos dicho, cuando hemos terminado las preces, se trae pan, vino y agua; entonces el que preside eleva, fervientemente, oraciones y acciones de gracias, y el pueblo aclama: Amén. Seguidamente tiene lugar la distribución y comunicación, a cada uno de los presentes, de los dones sobre los cuales se ha pronunciado la acción de gracias, y los diáconos los llevan a los ausentes.

Los que poseen bienes en abundancia, y desean ayudar a los demás, dan, según su voluntad, lo que les parece bien, y lo que se recoge se pone a disposición del que preside, para que socorra a los huérfanos y a las viudas y a todos los que, por enfermedad u otra causa cualquiera, se hallan en necesidad, como también a los que están encarcelados y a los viajeros de paso entre nosotros: en una palabra, se ocupa de atender a todos los necesitados.

Nos reunimos precisamente el día del sol, porque éste es el primer día de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia, y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro salvador, resucitó de entre los muertos. Lo crucificaron, en efecto, la vigilia del día de Saturno, y a la mañana siguiente de ese día, es decir, en el día del sol, fue visto por sus apóstoles y discípulos, a quienes enseñó estas mismas cosas que hemos puesto a vuestra consideración.

sábado, 13 de abril de 2024

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 2 de Pascua

Hechos 6,1-7



REFLEXIÓN

No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración

Hay Papas de la Iglesia Católica Romana que han captado esta distinción con más claridad que otros. 

Pero además, han tenido el buen juicio de emprender reformas, a lo largo de la historia de la Iglesia, para asegurar que el carisma de la Palabra no se sofoque bajo el peso de la administración.

Incluso las revoluciones mejor inspiradas han perdido velocidad de marcha y contaminado sus objetivos por la incapacidad o insuficiencia en la administración del cambio.

Moisés lideró al pueblo elegido por su carisma de portavoz de la liberación de Yavé, pero enfrentó el descontento popular durante la rutina diaria del proceso de liberación.

Esto significa que la Palabra, el carisma, la intervención del Señor en la Historia humana es encarnacionista. Nos asume como somos, con nuestras complejidades, y lleva adelante su designio con nuestra potencialidad que puede oscilar de poco a mucho, según los casos.

La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe

Estamos acostumbrados a medir el éxito de algo por las encuestas y sondeos. Nos satisfacen como criterios de eficiencia, y realimentación de nuestros aciertos.

Pero el éxito de la palabra de Dios no es sencillo ni fácil de medir, ni de establecer criterios de éxito por las expresiones favorables o no.

Ciertos índices se pueden considerar:la afluencia a actos religiosos, sacramentales y demás. Y los censos de pertenencia a diferentes religiones. 

Pero esto puede resultar falaz porque no toma en cuenta y no puede, el grado de compromiso de la conciencia, aunque se hagan actos y obras en nombre de la fe.

Esta aspiración al conocimiento exacto deberá esperar al juicio final del Señor. Y entretanto movernos en medio de la fe y esperanza, confiando en que hacemos lo mejor posible.

Que la administración de la primitiva comunidad se hiciera más compleja no necesariamente significaba una calidad de crecimiento mayor, aunque así lo esperaba el autor de Hechos. 

Igualmente la motivación de la comida a los necesitados podía funcionar como un señuelo para atraer y quizás no todos eran comprometidos con el evangelio del Señor Jesús.

Incluso cuando falta o escasea el aspecto material, se enfría la fe y seguimiento de muchos, como la experiencia que tuvo Moisés del reclamo del pueblo airado por el hambre.

Salmo responsorial: 32



REFLEXIÓN

Que la palabra del Señor es sincera, / y todas sus acciones son leales

Es por tanto afincarnos en la Palabra de Pascua del Señor, que promete y muestra signos de liberación y salvación, a pesar de las deficiencias y limitaciones en el proceso de historización de las mismas.

Nuestro propio egoísmo además de nuestros límites de creaturas, tiene mucho que ver con la torpeza aparente con la que avanza el reino de Dios.

Juan 6,16-21

REFLEXIÓN

Al oscurecer

Por qué ese momento del día para cruzar el lago, si en la oscuridad parece más arriesgado hacerlo?

Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado

Si no lo es puede parecer simbólico e intencional: sin Jesús los que le siguen pasan por periodos de oscuridad.

caminando sobre el lago, y se asustaron

Efectivamente el relato tiene características de una visión pascual.

Qué necesidad tiene Jesús de ir caminando sobre las aguas, si pudo originalmente partir con ellos en la barca?

"Soy yo, no temáis."

Este podría ser el mensaje encuadrado en el relato con visos pascuales. Hoy cuando oscurece la fe y la noche parece cerrada, y nos gana el temor, Jesús sigue estando con nosotros, caminando sobre aquello que nos atemoriza.Es posible que no lo reconozcamos fácilmente, y esa es nuestra tarea de fe: reconocerlo, experimentarlo y proclamarlo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1520363656114020352?s=20&t=ZcdPHMm7yXfL_3OBY0fAvQ

motivaciondehoy

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Hechos 6,1-7

Salmo responsorial: 32

Juan 6,16-21