miércoles, 17 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 15 de tiempo ordinario

Isaías 10, 5-7. 13-16



REFLEXIÓN

Pero él no pensaba así, no eran éstos los planes de su corazón; su propósito era aniquilar, exterminar naciones numerosas.

Como si el bastón manejase a quien lo levanta, como si la vara alzase a quien no es leño

Ganar conciencia que somos herramienta, medio del designio del Señor, y así también cualquier agente o cosa que intervenga en nuestra existencia, traiga o no buena fortuna.

Ignacio en sus ejercicios espirituales en las reglas de discernimiento, recomienda respecto a la consolación que viene de Dios, examinar los pensamientos que salen de esa consolación, porque es un momento crucial en el que el anti-reino se cuela camuflado e inspira lo que ya no es del Señor.

Nosotros cometemos muchas equivocaciones y asumimos actitudes erróneas por falta de examen y discernimiento de los móviles o espíritus que nos impulsan y con frecuencia damos por inspirados por Dios decisiones que son de nuestro propio querer e interés.

En eso no somos instrumentos sino que nos hacemos protagónicos exclusivos de nuestro propia libertad y decisión, sin caer en cuenta que nuestra naturaleza está herida y somos mediocres para ser juez y parte.

Salmo responsorial: 93



REFLEXIÓN

Trituran, Señor, a tu pueblo, / oprimen a tu heredad; / asesinan a viudas y forasteros, / degüellan a los huérfanos. R. 

Y comentan: "Dios no lo ve, / el Dios de Jacob no se entera." / Enteraos, los más necios del pueblo, / ignorantes, ¿cuándo discurriréis?

Las guerras que armamos los seres humanos entre nosotros, fratricidas todas, pueden iniciarse por el interés de custodiar y preservar un bien, de parte y parte, pero que resultan bienes menores en comparación al bien común de la paz y su camino que es el diálogo.

Los líderes responsables tienen la obligación de adquirir y perfeccionarse en la capacidad del análisis ético para guiar hacia la mejor conducta moral posible. 

Esto sólo es posible si reconocen desde la fe que no son los únicos protagonistas de la historia humana y que en ésta el bien común se fragua en la fraternidad de la humanidad y de la creación.

Mateo 11, 25-27



REFLEXIÓN

"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.

La comprensión y ulterior acatamiento del designio viene del Señor y es motivo de acción de gracias.

La alabanza y acción de gracias constante ante lo bueno y lo malo es el reconocimiento que damos al Padre en Jesús de Nazareth quien nos ha iluminado como camino, verdad y vida.

Como Moisés en el momento de la zarza ardiente: una actitud desprevenida y abierta, sin prejuicios, como niños (nepioi).

La centralidad de Jesús en esta revelación da cuenta del énfasis de la buena nueva en cuanto a la radicalidad de la revelación.

En Jesús de Nazareth se nos ha dicho y mostrado todo lo necesario para hacer el reino de los cielos.

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Miércoles 15 de tiempo ordinario

Isaías 10, 5-7. 13-16

Salmo responsorial: 93

Mateo 11, 25-27

DOCTORES DE LA IGLESIA




San Agustín de Hipona, Confesiones
(Lib 10, 43, 68-70: CSEL 33, 278-280)
Cristo murió por todos

Señor, el verdadero mediador que por tu secreta misericordia revelaste a los humildes, y lo enviaste para que con su ejemplo aprendiesen la misma humildad, ese mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, apareció en una condición que lo situaba entre los pecadores mortales y el Justo inmortal: pues era mortal en cuanto hombre, y era justo en cuanto Dios. Y así, puesto que la justicia origina la vida y la paz, por medio de esa justicia que le es propia en cuanto que es Dios destruyó la muerte de los impíos al justificarlos, esa muerte que se dignó tener en común con ellos.

¡Oh, cómo nos amaste, Padre bueno, que no perdonaste a tu Hijo único, sino que lo entregaste por nosotros, que éramos impíos! ¡Cómo nos amaste a nosotros, por quienes tu Hijo no hizo alarde de ser igual a ti, al contrario, se rebajó hasta someterse a una muerte de cruz! Siendo como era el único libre entre los muertos, tuvo poder para entregar su vida y tuvo poder para recuperarlaPor nosotros se hizo ante ti vencedor y víctima: vencedor, precisamente por ser víctima; por nosotros se hizo ante ti sacerdote y sacrificio: sacerdote, precisamente del sacrificio que fue él mismo. Siendo tu Hijo, se hizo nuestro servidor, y nos transformó, para ti, de esclavos en hijos.

Con razón tengo puesta en él la firme esperanza de que sanarás todas mis dolencias por medio de él, que está sentado a tu diestra y que intercede por nosotros; de otro modo desesperaría. Porque muchas y grandes son mis dolencias; sí, son muchas y grandes, aunque más grande es tu medicina. De no haberse tu Verbo hecho carne y habitado entre nosotros, hubiéramos podido juzgarlo apartado de la naturaleza humana y desesperar de nosotros.

Aterrado por mis pecados y por el peso enorme de mis miserias, había meditado en mi corazón y decidido huir a la soledad; mas tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, diciendo: Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos.

He aquí, Señor, que ya arrojo en ti mi cuidado, a fin de que viva y pueda contemplar las maravillas de tu voluntad. Tú conoces mi ignorancia y mi flaqueza: enséñame y sáname. Tu Hijo único, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y del conocer, me redimió con su sangre. No me opriman los insolentes; que yo tengo en cuenta mi rescate, y lo como y lo bebo y lo distribuyo y, aunque pobre, deseo saciarme de él en compañía de aquellos que comen de él y son saciados por él. Y alabarán al Señor los que lo buscan.