PALABRA COMENTADA
Viernes 17 de tiempo ordinario
REFLEXIÓN
Jeremías 26, 1-9
Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola
Un profeta puesto en el sitio más populoso de la ciudad, proclamando de parte de Dios un mensaje que tiene poco de adulación demagoga.
Una vocación como la del profeta es para identificarse con el designio del Señor, en contra de otros planes. Es una lucha para persuadir los oyentes sobre un designio superior que no está alejado de las aspiraciones más profundas de todos por la realización de sus sueños.
No se trata de estafar con baratijas a los incautos, sino de mostrar la única realidad sólida:la justicia y misericordia del Señor.
entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra
Esta profecía ya cumplida se plasma después que Jerusalén y su Templo han sido destruídos por el Imperio Neobabilonio hacia el mediados del siglo VI antes de Cristo.
Es posible que fuera puesta por escrito por quienes recogieron las palabras del profeta ya muerto, recordando sus advertencias para confirmarlas.
Las consecuencias históricas negativas o desfavorables para el bienestar, salud o vida están abiertas a muchas intepretaciones. Pero la Palabra ofrece la causa más profunda:si nos hubiéramos convertido de nuestra mala conducta la historia sería diferente.
lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo: Eres reo de muerte
Las realidades que salen a nuestro encuentro en nuestra existencia son como mensajeros del Señor. De nuestra parte está la responsabilidad de asumirlas como llamadas a la conversión de una conducta más cónsona con el bien común.
No obstante que la Palabra se dirija a nuestra conciencia ética, las decisiones deben refractarse en la red social tejida en nuestra existencia.
REFLEXIÓN
Salmo responsorial: 68
¿Es que voy a devolver / lo que no he robado?
Si he actuado correctamente voy a culparme si me confrontan por haberlo hecho?
Por ti he aguantado afrentas, / la vergüenza cubrió mi rostro. / Soy un extraño para mis hermanos, / un extranjero para los hijos de mi madre; / porque me devora el celo de tu templo, / y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí
Es la desolación de Jesús, su cosecha de profeta. Un trabajo mal remunerado aparentemente, con la mirada puesta en un valor definitivo:la vida orientada por la Palabra.
Pero mi oración se dirige a ti, / Dios mío, el día de tu favor; / que me escuche tu gran bondad, / que tu fidelidad me ayude.
Jesús oraba constantemente para arrostrar esa desolación y seguirse convenciendo que era más valioso, era lo más valioso jugársela por el reino de la Palabra y su designio.
REFLEXIÓN
Mateo 13, 54-58
"¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros?
El entorno común y sencillo de Jesús ocultaba la fuente de su calidad de Palabra. Era relativizable como cualquier palabra humana. Esta falta de prepotencia se ponía a cuenta de su debilidad. Como a lo largo de toda la Promesa y Alianza en las Escrituras la debilidad se mostraba como el signo de la gloria del Señor.
Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe
Cuando la fe es don de lo alto no menosprecia las realidades más humildes por las que puede llegar la comunicación del Señor y su designio.
El enfoque inclusivo de nuestro tiempo manifiesta algo de esta mirada que debemos tener para todas las realidades humildes, porque se trata de acoger las minorías y ver el mundo desde su perspectiva disminuída por la dominancia. Mujeres, indígenas, homosexuales, discapacitados, empobrecidos:todos excluídos de la mesa de festín de los dominantes.
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Viernes 17 de tiempo ordinario
Jeremías 26, 1-9
Salmo responsorial: 68
Mateo 13, 54-58