viernes, 9 de agosto de 2024

DOCTORES DE LA IGLESIA

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


VIERNES, XVIII SEMANA


Del libro "La Ciencia de la Cruz" de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
La puerta de la vida se abre a los que creen en el Crucificado


Cristo se sometió al yugo de la ley, guardando plenamente la ley y muriendo por la ley y por medio de la ley. Liberó, por ello, a los que desean recibir la vida. Pero no la pueden recibir, salvo que ellos mismos ofrezcan la suya propia. Porque los que han sido bautizados en Cristo Jesús, en su muerte han sido bautizados. Son sumergidos en su vida para devenir miembros de su cuerpo y padecer y morir con él, como miembros suyos. Esta vida vendrá abundantemente en el día glorioso, pero ya ahora, mientras vivimos en la carne, participamos de ella, si creemos que Cristo ha muerto por nosotros para darnos la vida. Con esta fe nos unimos con él como los miembros se unen con su cabeza; esta fe nos abre a la fuente de su vida. Por eso, la fe en el Crucificado, es decir, esa fe viva que lleva aparejada un amor entregado, viene a ser para nosotros puerta de la vida y comienzo de la gloria; de ahí que la Cruz constituya nuestra gloria: Fuera de mí gloriarme en otra cosa que no sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Quien elige a Cristo ha muerto para el mundo y el mundo para él. Lleva en su cuerpo los estigmas de Cristo, se ve rodeado de flaquezas y despreciado por los hombres, pero, por este mismo motivo, se halla robusto y vigoroso, ya que la fuerza de Dios resplandece en la debilidad.

Con este conocimiento, el discípulo de Jesús no solo acoge la cruz sobre sus espaldas, sino que él mismo se crucifica en ella. Los que son de Jesucristo han crucificado la carne con sus vicios y concupiscencias. Lucharon un duro combate contra su naturaleza a fin de que la vida del pecado muriese en ellos y poder así dar amplia cabida a la vida en el Espíritu. Para esta pelea se precisa una singular fortaleza. Pero la Cruz no es el fin; la Cruz es la exaltación y mostrará el cielo. La Cruz no sólo es signo, sino también invicta armadura de Cristo: báculo de pastor con el que el divino David se enfrenta contra el malvado Goliat; báculo con el que Cristo golpea enérgicamente la puerta del cielo y la abre. Cuando se cumplan todas estas cosas, la luz divina se difundirá y colmará a cuantos siguen al Crucificado.

El diverso lleva un estigma de la cruz, que lo descoloca en la cultura común, incluso hasta con riesgo de perder la vida. Es fuente de dolor pero también de fortaleza y santificación.

San Juan de la Cruz Cántico espiritual 39,4-7 

En la transformación que el alma tiene en esta vida, pasa esta misma aspiración de Dios al alma y del alma a Dios con mucha frecuencia, con subidísimo deleite de amor en el alma, aunque no en revelado y manifiesto grado, como en la otra vida. Porque esto es lo que entiendo quiso decir san Pablo cuando dijo: Por cuanto sois hijos de Dios, envió Dios en vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, clamando al Padre. Y no hay que tener por imposible que el alma pueda una cosa tan alta, que el alma aspire en Dios como Dios aspira en ella por modo participado, porque, dado que Dios le haga merced de unirla en la Santísima Trinidad, en que el alma se hace deiforme y Dios por participación, ¿qué increíble cosa es que obre ella también su obra de entendimiento, noticia y amor, o, por mejor decir, la tenga obrada en la Trinidad juntamente con ella como la misma Trinidad, pero por modo comunicado y participado, obrándolo Dios en la misma alma? Porque esto es estar transformada en las tres Personas en potencia y sabiduría y amor, y en esto es semejante el alma a Dios, y para que pudiese venir a esto la crió a su imagen y semejanza. Y como esto sea, no hay más saber ni poder para decirlo, sino dar a entender cómo el Hijo de Dios nos alcanzó este alto estado y nos mereció este subido puesto de poder ser hijos de Dios, como dice san Juan; y así lo pidió al Padre por el mismo san Juan, diciendo: Padre, quiero que los que me has dado, que, donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean la claridad que me diste; es a saber, que hagan por participación en nosotros, la misma obra que yo por naturaleza, que es aspirar el Espíritu Santo. 

REFLEXIÓN

Por participación de amor nos transformamos en divinidad, aquella que comparten las personas de la trinidad. Esta participación se va realizando en vida histórica, sin saberse cuánto pero con cierto entendimiento de que se va dando, porque el Espíritu que mueve la aspíración a Dios, como quien respira, nos comparte la misma gratuitamente. Se produce entonces ahora el gozo que nos va liberando de la preocupación presente por el no-reino.

jueves, 8 de agosto de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 18 de tiempo ordinario

Jeremías 31, 31-34



REFLEXIÓN

haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva

La re-ingienería de Jesús cinco siglos después.

Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones

no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor."

todos me conocerán, desde el pequeño al grande

Se trata del don del Espíritu desde Cristo Jesús.

La docencia, la pedagogía del Espíritu para conocer al Señor se dirige a la formación de la autonomía del corazón que encarna la alianza con el Señor.

Todo magisterio, todo liderazgo, toda tutela, tutoría o jerarquía, con pretensión de perpetuarse en su ascendencia, está destinada al fracaso, en este asunto del conocimiento del Señor, y probablemente en otros, como la maduración de la persona humana, por ejemplo.

Todo poder que sueñe con perpetuarse en su dominación de otros y otras, con la patraña de enseñar y conducir, se chocará con la autonomía del corazón, cuando adquiere la estatura de conocimiento del Señor y su designio.

Por lo que todos los que tienen carisma de formadores, padres y educadores, deben hacer conciencia de servidores temporales, que están dispuestos y disponibles al gozo de reconocer la autonomía de la persona, llegado el momento.

Es el frontispicio de toda acción educativa, sobretodo la que brota de lo profundo de la persona.

Salmo responsorial: 50



REFLEXIÓN

crea en mí un corazón puro

Es decir: házme de nuevo. 

afiánzame con espíritu generoso

Para soportar la purificación del corazón, que dura toda la vida.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado

Incansable en sacrificar el propio interés para servir el del prójimo: el necesitado que se aproxima, al necesitado que me aproximo .

Mateo 16, 13-23



REFLEXIÓN

Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Una pregunta que nos examina para graduarnos de cristianos.

Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo

Una respuesta que da Pedro en nuestro nombre, hasta que aprendamos bien a contestar por nosotros mismos.

eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo

El liderazgo que Jesús enseña es el del Padre, abierto a su revelación, no a la murmuración.

Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

Se da inicio a un servicio que se comporte diferente al abrir y cerrar de los maestros de la ley en ese momento y en sintonía con la nueva alianza en el corazón.

La señal que el liderazgo es según el Padre es la fortaleza en persistir en su voluntad y defenderla, aun con la resistencia y presión de la gente.

Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte". Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.” 

Porque Pedro en ese momento no entendió que se daba una cosa con la otra: nueva alianza con cruz. 

El antiguo régimen nunca se dejará quitar el poder fácilmente y opondrá siempre resistencia.

Dos señalamientos contradictorios respecto de la misma persona, que no está asegurada en gracia.

Una cosa es la Iglesia, resistente al maligno, y otra la persona que ata y desata, que puede ser inspirada por Dios o no.No siempre ni necesariamente. 

Esto parece ser una enseñanza de nuestro tiempo cuando el papado, baluarte moral, es desacreditado, desoído.

Para nosotros, desde la perspectiva del discernimiento, significa que no todo lo que se nos ocurre es de Dios, y que desde un corazón quebrantado debemos escuchar al Señor para actuar la alianza nueva.

Se requiere de este carisma y asistencia para pensar y decidir según el liderazgo del Señor

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1555156236609282048?s=20&t=aCIo8CcEdq7KwHNtPBBqwQ

motivaciondehoy


COMPARTIR LA PALABRA

Jueves 18 de tiempo ordinario

Jeremías 31, 31-34

Salmo responsorial: 50

Mateo 16, 13-23