lunes, 23 de septiembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 25 de tiempo ordinario

 

Año Par

 

Proverbios 3, 27-34



REFLEXIÓN

 

pero se confía(sod:íntimo, consejero secreto) a los hombres rectos(yashar:honesto)

Los Proverbios forman parte en primer término de la sabiduría popular: la experiencia que adquieren los pueblos por observación, repetición y transmisión.

En las diferentes culturas del antiguo oriente se daba, como se da ahora en todo pueblo, una manera propia de ver la vida, sus aciertos y riesgos, para prevenir el peligro y lograr éxito. 

Figuran esta sabiduría dichos y refranes en la Palabra inspirada del Señor porque Israel tuvo por asistencia de Dios la sabiduría práctica que desarrolló a lo largo de su existencia, con influjo de los otros pueblos. 

Esta sabiduría miraba los actos rectos y honestos como una forma de cercanía de Dios y garantía de recompensa material y espiritual en la existencia.

Sin embargo la experiencia irá mostrando que no siempre es así, que los malvados también prosperan y la justicia tarda.

Por eso esta sabiduría tendrá su propia crisis y deberá confrontarse y completarse con la sabiduría de la cruz.

 

Salmo responsorial: 14



REFLEXIÓN

 

el que tiene intenciones leales / y no calumnia con su lengua

La honestidad según Proverbios y su sabiduría reproducida también en algunos salmos alude a la persona con un solo fondo, sin doblez.

La lengua ha de ser el espejo de las intenciones.

Sabemos por experiencia que la realidad nos muestra con frecuencia lo contrario y es nuestro compromiso de creyentes de la Palabra hacer sintonizar la lengua con las expresiones que brotan del corazón.

 

 

Lucas 8,16-18



REFLEXIÓN

 

Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama 

Parece un chiste de pastusos o gallegos. Es como una caricatura. Por su absurdo, estalla nuestra lógica.

Por lo tanto si resolvemos aceptar la invitación a la fe, es como encender una lámpara, que necesariamente-para bien o para mal- debe brillar, hacerse notar.

Velarla o apagarla no tiene lógica ni sentido. Es como no tenerla: ni luz, ni fe.

Una casa en una aldea lejana en el campo sin alumbrado eléctrico, es muy oscura en la noche. Si se tiene una vela, un mechero o una lámpara de aceite, se enciende para todos en la casa y por supuesto no se tapa, porque es un contrasentido.

Un creyente de la Palabra es como una lámpara encendida para todos los de la casa de la vida y del mundo, donde quizás abunda la oscuridad. 

Si la tapa con una conducta incongruente y poco cónsona con esa luz, comete un contrasentido porque no puede alumbrarse ni alumbrar. 

Pero la Palabra de Jesús nos advierte que todo se sabrá, todo se iluminará no obstante nuestra afán de oscuridad, porque caminamos y construimos un reino de luz, justicia y verdad. 

Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

Este texto es la delicia de los comunicadores: lo quieren saber todo y para ellos no hay privacidad, ni derecho a la intimidad. 

Lo tremendo es que la motivación es comercial. Se trata de vender secretos para aumentar la circulación del periódico o la audiencia del programa. Y así los anunciantes pagarán felices los anuncios. 

Pero no, no va en esa dirección lo que ha de saberse. Necesariamente tiene que ver con el mensaje del Reino, que es para todos, en código abierto, sin exclusividades, porque con Jesús el Padre llamo a todos a la salvación. 

al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener 

Hay que tener, tener fe, para tener lo demás. Sin eso no se entra, y no se tiene nada.

Por eso Jesús pregunta si tenemos fe y no vacilamos, si no somos débiles en la fe. 

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1571822906463723520?s=20&t=aGEO9n4k5T0gSI0SacjA1g

motivaciondehoy


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Lunes 25 de tiempo ordinario

 

Año Par

 

Proverbios 3, 27-34

Salmo responsorial: 14

Lucas 8,16-18

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS

DOCTORES DE LA IGLESIA


 

LUNES, XXV SEMANA

De los escritos de san Pío de Pietrelcina, presbítero

(Edición 1994: II, 87-90, n. 8)

Piedras del edificio eterno

Mediante asiduos golpes de cincel salutífero y cuidadoso despojo, el divino Artífice busca preparar piedras para construir un edificio eterno, como nuestra madre, la santa Iglesia Católica, llena de ternura, canta en el himno del oficio de la dedicación de una iglesia. Y así es en verdad.


Toda alma destinada a la gloria eterna puede ser considerada una piedra constituida para levantar un edificio eterno. Al constructor que busca erigir una edificación le conviene ante todo pulir lo mejor posible las piedras que va a utilizar en la construcción. Lo consigue con el martillo y el cincel. 


Del mismo modo el Padre celeste actúa con las almas elegidas

que, desde toda la eternidad, con suma sabiduría y providencia, han sido destinadas para la erección de un edificio eterno. El alma, si quiere reinar con Cristo en la gloria eterna, ha de ser pulida con golpes de martillo y

cincel, que el Artífice divino usa para preparar las piedras, es decir, las almas elegidas


¿Cuáles son estos golpes de martillo y cincel? Hermana mía, las oscuridades, los miedos, las tentaciones, las tristezas del espíritu y los miedos espirituales, que tienen un cierto olor a enfermedad, y las molestias del cuerpo.


Dad gracias a la infinita piedad del Padre eterno que, de esta manera,conduce vuestra alma a la salvación. ¿Por qué no gloriarse de estas circunstancias benévolas del mejor de todos los padres? Abrid el corazón al médico celeste de las almas y, llenos de confianza, entregaos a sus santísimos brazos: como a los elegidos, os conduce a seguir de cerca a Jesús en el monte Calvario. Con alegría y emoción observo cómo actúa la

gracia en vosotros.


No olvidéis que el Señor ha dispuesto todas las cosas que arrastran vuestras almas. No tengáis miedo a precipitaros en el mal o en la afrenta de Dios. Que os baste saber que en toda vuestra vida nunca habéis  ofendido al Señor que, por el contrario, ha sido honrado más y más.


Si este benevolentísimo Esposo de vuestra alma se oculta, lo hace no porque quiera vengarse de vuestra maldad, tal como pensáis, sino porque pone a prueba todavía más vuestra fidelidad y constancia y, además, os cura de algunas enfermedades que no son consideradas tales por los ojos

carnales, es decir, aquellas enfermedades y culpas de las que ni siquiera el justo está inmune. En efecto, dice la Escritura: “Siete veces cae el justo” (Pr 24, 16).


Creedme que, si no os viera tan afligidos, me alegraría menos, porque entendería que el Señor os quiere dar menos piedras preciosas... Expulsad, como tentaciones, las dudas que os asaltan... Expulsad también las dudas que afectan a vuestra forma de vida, es decir, que no escucháis los llamamientos divinos y que os resistís a las dulces invitaciones del

Esposo. Todas esas cosas no proceden del buen espíritu sino del malo. Se trata de diabólicas artes que intentan apartaros de la perfección o, al menos, entorpecer el camino hacia ella. ¡No abatáis el ánimo!


Cuando Jesús se manifieste, dadle gracias; si se oculta, dadle gracias: todas las cosas son delicadezas de su amor. Os deseo que entreguéis el espíritu con Jesús en la cruz: “Todo está cumplido” (Jn 19, 30).