domingo, 10 de noviembre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 32 de tiempo ordinario

1Reyes 17, 10-16



REFLEXIÓN

Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos

La solidaridad de lo que le hace falta, de esta mujer sin el sostén del marido y con un hijo a quien cuidar, es la imagen del desprendimiento que recoge también el evangelio cuando pone de ejemplo a una viuda que da limosna de lo único que le queda para vivir, en comparación a quienes dan de lo que les sobra.

Hemos de reconocer que nos la pone difícil la Palabra en cuanto a la actitud que espera de nuestra conversión al reino. Sin generosidad no es posible la equidad y la fraternidad.

Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías

Mientras no hagamos la experiencia del desprendimiento y la generosidad, no veremos las señales que el Señor multiplica a nuestro alrededor mediante las cuales nos da a entender que estamos en sus manos, que no nos desampara, que cuida de nosotros, que no temamos.

Salmo responsorial: 145



REFLEXIÓN

que hace justicia a los oprimidos

La justicia del Señor tal como nos la revela la Palabra, no se reduce a un desquite, de manera que el que estaba abajo pasa a estar arriba, en venganza de sus antiguos opresores.

Tal parece que aun dispensadores de la Palabra se empantanan en un esquema de la revolución, sangrienta o no, que da paso a un cambio social en el que campea el resarcirse.

La justicia del Señor implica más allá de eso y a pesar de eso una experiencia de familiaridad con el Señor, que pone en efecto un reino de fraternidad y buena voluntad.

Hemos de saludar con esperanza los cambios sociales, pero con discernimiento, para que no se conviertan en meros desquites, y hemos de alegrarnos por toda iniciativa de pacificación, pero con vigilancia, para que no sean subterfugios de más impunidad.

Hebreos 9, 24-28



REFLEXIÓN

imagen del auténtico

En la concepción bíblica imagen no es una mera fiel copia de algo, sino una alusión enigmática, que produce una percepción compleja, y no meramente cognitiva. Es como una adivinanza, un desafío a la comprensión, una afectación a la emocionalidad y libertad.

La imagen pretende transmitir un conocimiento de algo o alguien pero como una vibración que desconcierta. Quizá la parábola sea el género más representativo de la imagen según la mentalidad semítica bíblica.

al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo

Con la saga Jesús de Nazareth somos introducidos en un ámbito o dimensión vital que representa el final de la historia como la conocemos: Jesús es un evento de la historia que se vuelve paradigma para siempre.

De allí nuestra conciencia de simultaneidad con el hecho Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. En todo momento, en toda época, su historia será contemporánea a nosotros todo el tiempo.

Un nuevo sentido del tiempo, un nuevo sentido de la historia, un nuevo sentido de la creación, como nueva creación en Jesús.

Por ello Jesús nos puede alentar a descubrirlo en sus imágenes, en sentido bíblico, en el pobre, por ejemplo.

De ahí también que la destrucción del pecado esté en la historia realizada pero simultáneamente en nuestra historicidad abierta, en la que consolidamos esa destrucción con nuestra propia conversión y fraternidad.

Marcos 12, 38-44



REFLEXIÓN

Éstos recibirán una sentencia más rigurosa

En la era de la información, poseer el dominio de la misma, y con ello aprovecharse del que no sabe, es otra forma de injusticia, y merece una sentencia más rigurosa.

Y esto puede suceder a escalas diversas: desde el individuo solitario hasta las grandes corporaciones, pasando por diversas clases de organización.

Quizás a la luz de esta iniquidad podamos entender como oposición, la reacción, también de la misma sociedad de la información, que viola todo secreto para distribuir mejor la información. Es un nuevo género de rebeldía.

Incluso sucede en las familias, en las que los secretos de hechos vergonzosos o menos dignos salen a  la luz, quebrando la armonía y la unidad, pero también purificando la comunicación.

Una contribución a un mundo más justo podría pasar por dedicarse a abrir la información a todo el que la necesite, como una forma de compartir solidariamente lo que se tiene, incluso lo poco que se tenga, como la viuda del evangelio.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1457336205847240705?s=2

motivaciondehoy


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Domingo 32 de tiempo ordinario

1Reyes 17, 10-16

Salmo responsorial: 145

Hebreos 9, 24-28

Marcos 12, 38-44

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS

BEATO CARLO

 

dar con generosidad y alegria

De las cartas de san Paulino de Nola
(Carta 34,2-4: CSEL 29, 305-306)
Demos al Señor, que recibe en la persona de cada pobre


¿Tienes algo —dice el Apóstol— que no hayas recibido? Por tanto,amadísimos, no seamos avaros de nuestros bienes como si nos perteneciesen, sino negociemos con ellos como con un préstamo. Se nos ha confiado la administración y el uso temporal de los bienes comunes, no la eterna posesión de una cosa privada. Si en la tierra la consideras tuya sólo temporalmente, podrás hacerla tuya eternamente en el cielo. Si recuerdas a aquellos empleados del evangelio que recibieron unos talentos de su Señor y lo que el propietario, a su regreso, dio a cada uno en recompensa, reconocerás cuánto más ventajoso es depositar el dinero en la mesa del Señor para hacerlo fructificar, que conservarlo intacto con una fidelidad estéril; comprenderás que el dinero celosamente conservado, sin el menor rendimiento para el propietario, se tradujo para el empleado negligente en un enorme despilfarro y en un aumento de su castigo.

Recordemos también a aquella viuda, que olvidándose de sí misma y preocupada únicamente por los pobres, pensando sólo en el futuro, dio todo lo que tenía para vivir, como lo atestigua el mismo juez. Los demás —dice— han echado de lo que les sobra; pero ésta, más pobre tal vez que muchos pobres —ya que toda su fortuna se reducía a dos reales—, pero en su corazón más espléndida que todos los ricos, puesta su esperanza en solas las riquezas de la eterna recompensa y ambicionando para sí solo los tesoros celestiales, renunció a todos los bienes que proceden de la tierra y a la tierra retornan. Echó lo que tenía, con tal de poseer los bienes invisibles. Echó lo corruptible, para adquirir lo inmortal.

No minusvaloró aquella pobrecilla los medios previstos y establecidos por Dios en orden a la consecución del premio futuro; por eso tampoco el legislador se olvidó de ella y el árbitro del mundo anticipó su sentencia: en el evangelio hace el elogio de la que coronará en el juicio.

Negociemos, pues, al Señor con los mismos dones del Señor; nada poseemos que de él no hayamos recibido, sin cuya voluntad ni siquiera existiríamos. Y sobre todo, ¿cómo podremos considerar algo nuestro, nosotros que, en virtud de una hipoteca importante y peculiar, no nos pertenecemos, y no ya tan sólo porque hemos sido creados por Dios, sino por haber sido por él redimidos?

Congratulémonos por haber sido comprados a gran precio, al precio de la sangre del propio Señor, dejando por eso mismo de ser personas viles y venales, ya que la libertad consistente en ser libres de la justicia es más vil que la mismaesclavitud. El que así es libre, es esclavo del pecado y prisionero de la muerte.

Restituyamos, pues, sus dones al Señor; démosle a él, que recibe en la persona de cada pobre; demos, insisto, con alegría, para recibir de él la plenitud del gozo, como él mismo ha dicho.