miércoles, 27 de octubre de 2021

BEATO CARLO

NO DECIR MUCHO SINO MÁS BIEN HACER BIEN

 
De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
(Caps. 30, 3-4; 34, 2-35, 5: Funk 1 99.103-105)

SIGAMOS LA SENDA DE LA VERDAD

Revistámonos de concordia, manteniéndonos en la humildad y en la continencia,
apartándonos de toda murmuración y de toda crítica y manifestando nuestra justicia más
por medio de nuestras obras que con nuestras palabras. Porque está escrito: ¿Va a quedar
sin respuesta tal palabrería? ¿va a tener razón el charlatán?
Es necesario, por tanto, que estemos siempre dispuestos a obrar el bien, pues todo
cuanto poseemos nos lo ha dado Dios. Él, en efecto, ya nos ha prevenido, diciendo: Mirad,
el Señor Dios llega, y viene con él su salario para pagar a cada uno su propio trabajo. De
esta forma, pues, nos exhorta a nosotros, que creemos en él con todo nuestro corazón, a
que, sin pereza ni desidia, nos entreguemos al ejercicio de las buenas obras. Nuestra
gloria y nuestra confianza estén siempre en él; vivamos siempre sumisos a su voluntad y
pensemos en la multitud de ángeles que están en su presencia, siempre dispuestos a
cumplir sus órdenes. Dice, en efecto, la Escritura: Miles y miles le servían, millones
estaban a sus órdenes y gritaban, diciendo: "¡Santo, santo, santo, el Señor de los
ejércitos, la tierra está llena de su gloria!"
Nosotros, pues, también con un solo corazón y con una sola voz, elevemos el canto de
nuestra común fidelidad aclamando sin cesar al Señor, a fin de tener también nuestra
parte en sus grandes y maravillosas promesas. Porque él ha dicho: Ni el ojo vio, ni el oído
oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.
¡Qué grandes y maravillosos son, amados hermanos, los dones de Dios! La vida en la
inmortalidad, el esplendor en la justicia, la verdad en la libertad, la fe en la confianza, la
templanza en la santidad; y todos estos dones son los que están, ya desde ahora, al
alcance de nuestro conocimiento. ¿Y cuáles serán, pues, los bienes que están preparados
para los que lo aman? Solamente los conoce el Artífice supremo, el Padre de los siglos;
sólo él sabe su número y su belleza.
Nosotros, pues, si deseamos alcanzar estos dones, procuremos, con todo ahínco, ser
contados entre aquellos que esperan su llegada. ¿Y cómo podremos lograrlo, amados
hermanos? Uniendo a Dios nuestra alma con toda nuestra fe, buscando siempre con
diligencia lo que es grato y acepto a sus ojos, realizando lo que está de acuerdo con su
santa voluntad, siguiendo la senda de la verdad y rechazando de nuestra vida toda
injusticia.

martes, 26 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 30 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 8,18-25



REFLEXIÓN

Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá

Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios

la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.

también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemidos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Los creyentes cristianos podríamos si quisiéramos, más allá de nuestros prejuicios, frustraciones y amarguras, ver en todo una gran esperanza, como actitud básica, que nos lleve de tiempo en tiempo a una intensa expectativa de realización de lo esperado, sobremodo en momentos de gran deficiencia de resultados y logros.

Y más, como portavoces de la creación, de las realidades creadas no tan inteligentes como nosotros pero participantes de nuestra vitalidad, podríamos asumir que los llevamos a cuestas y su destino está vinculado al nuestro en alguna forma.

Esta unidad la gestiona el Espíritu, quien transforma en el cuerpo místico de Jesús: un conjunto entretejido de realidades nuevas y gloriosas, en proceso de realización y cuyos signos se nos ofrecen para alentar a esperar y no defraudar nuestra expectativa.

Salmo responsorial: 125



REFLEXIÓN

nos parecía soñar:

Ha sido la promesa permanente y persistente: la gloria del Señor con nosotros, de la cual Jesús es su cumplimiento pionero.

Hasta los gentiles decían: / "El Señor ha estado grande con ellos."

Somos el prestigio del Señor: le damos gloria cuando mostramos su bendición sobre nosotros y otros se muestran favorecidos y favorables por nuestra fe, porque el Señor se entrega como Padre viviente.

Lucas 13,18-21



REFLEXIÓN

Jesús decía: "A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?

Una realidad enigmática como el reino de Dios, era frecuentemente abierto, revelado y compartido por Jesús a través de sus comparaciones.

No era un líder que mantenía su poder fundamentado en secretos, sino más bien en la apertura de todo misterio.

Su función reveladora es un esfuerzo al máximo de transparentar el Padre, el Absoluto Radical, para beneficio de todos y todas.

Se trata de la oferta de comunicación de un bien, más seria, profunda y amorosa que haya emprendido ser creado alguno, en el espacio y en el tiempo, aun cuando en su proceso de despliegue no parezca siempre a todas luces haber logrado su empeño.

Tal oferta de comunicación de código abierto se planta ante los demás como un modelo que contrasta con la deficiente comunicación entre nosotros, cargada por demás de intereses mezquinos, egoísmo, venganza y malquerencia.

un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas."

Un grano como la primicias donadas del Espíritu que va creciendo con nuestra cooperación y que incluye la creación: un conjunto cuyo contenido lo constituye un Jesús místico pero real, luminoso pero profundo.

parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta

Nadie pensaría que desde esa pequeñez se derivaría tamaña construcción.

El reino es la maravilla de Dios que se expresa lo pequeño que crece y transforma.

Ese es el misterio o enigma: el accionar del Señor que salva, libera, transforma desde lo pequeño.

La revelación de la Palabra es sobre el valor inconmensurable de lo pequeño en el designio del Señor.

Una muestra del peso del prestigio y gloria del Señor ostensible para quien crea desde la pequeñez.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1452968696322961415?s=20