martes, 25 de enero de 2022

BEATO CARLO



 
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477·480)


PABLO LO SUFRIÓ TODO POR AMOR A CRISTO


Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.

Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Gracias sean dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho más que otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.

Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él, de los más encumbrados y honorables.

Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.

Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.

Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.

Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.

lunes, 24 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 3 de tiempo ordinario

Año Par

2Samuel 5, 1-10



REFLEXIÓN

ungieron a David como rey de Israel

Rey de las tribus unificadas bajo un mando. Unión de pacto libre, apoyadas en el prestigio de un hombre con una promesa del Señor. Anticipo de otro hombre ungido: Jesús de Nazaret, cuya misión tiende a unificar al Israel universal, que ha recibido la realización de la promesa: la nueva vida. Y pastorea a sus creyentes a la nueva vida.

Salmo responsorial: 88



REFLEXIÓN

lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso

Como se adhiere el aceite a la piel en la unción, y penetra hasta convertirse en parte del ungido, así es el acompañamiento del Señor.

Como el aceite adherido a la piel hacía al guerrero difícil de aprehender en el esfuerzo de la lucha, así es el poder del Señor adherido al ungido porque lo capacita para pelear mejor.

Los símbolos que la Palabra destaca y elige para significar se relacionan con funciones que se pueden entender con facilidad. Esta sabiduría es la que recogen los signos sacramentales.

Marcos 3,22-30



REFLEXIÓN

El los invitó a acercarse

Jesús intenta hacerse entender por las buenas. Que vean su buena fe y sinceridad en lo que hace. No siempre tuvo éxito, y más bien la tendencia se agudizó hacia el rechazo y ajusticiamiento.

el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre". Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Atacar la buena voluntad de una buena obra dificulta aceptar la buena obra. Es una trampa de la que no se sale sino se vuelve uno de buena voluntad para aceptar de nuevo la obra buena. Mientras permanece en esa dureza es difícil recibir perdón quien ni siquiera entiende por qué debe ser perdonado.

Decir que echar demonios es obra de demonios, que curar a los enfermos es obra de Satán, blasfema contra el Espíritu Santo, y no puede ser perdonado, y cargará siempre son su pecado, no por que sea castigado con algo adicional, sino porque nunca podrá salir del círculo infernal, que atribuye el bien al mal, y por lo tanto no cree que haya salvación posible.

Atribuir el buen obrar al anti-reino es condenarnos a un estado de suspicacia y mala voluntad tal, que no nos permite visualizar el avance del reino de Dios.

Es preferible pasar por ingenuos o cándidos que llevar nuestra crítica hasta el extremo de destruir la confianza en el bien.

Sí hay bien en el mundo, sí hay intervención del Espíritu, sí avanza el reino.

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