martes, 15 de marzo de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Martes II semana de Cuaresma

San Agustín Salmo 140,4-6

Señor, te he llamado, ven deprisa. Esto lo podemos decir todos. No lo digo yo sólo, lo dice el Cristo total. Pero se refiere sobre todo a su cuerpo personal; ya que, cuando se encontraba aquí, oró con su ser de carne, oró al Padre con su cuerpo, y mientras oraba, las gotas de sangre destilaban de todo su cuerpo. Así está escrito en el Evangelio: Jesús oraba con más insistencia, y sudaba como gotas de sangre. ¿Qué quiere decir el flujo de sangre de todo su cuerpo, sino la pasión de los mártires de toda la Iglesia? Señor, te he llamado, ven deprisa; escucha mi voz cuando te llamo. Pensabas que ya estaba resuelta la cuestión de la plegaria con decir: Te he llamado. Has llamado, pero no te quedes ya tranquilo. Si se acaba la tribulación, se acaba la llamada; pero si en cambio la tribulación de la Iglesia y del cuerpo de Cristo continúan hasta el fin de los tiempos, no sólo has de decir: Te he llamado, ven deprisa, sino también: escucha mi voz cuando te llamo. Suba mi oración como incienso en tu presencia, el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Cualquier cristiano sabe que esto suele referirse a la misma cabeza.

REFLEXIÓN

Ven de prisa, apresúrate. Respecto de cuál urgencia de tiempo? De la eternidad o de la temporalidad? De la cronológica o de la duración? Respecto de cuál sujeto sentiente: de Dios, su corte, o de nosotros su pueblo? Lo cierto es que siempre desde el Primer Testamento nos ha torturado la aceleración de la respuesta del Cielo a las necesidades del Mundo. Tanto que es un semillero de dudas y argumentos contra la existencia de la tal eternidad y del tal Dios. O contra la idoneidad del que espera, porque se duda de su mérito para ser respondido. Pero en Fe y Esperanza el Misterio Absoluto está por encima de los caminos que trazamos frente a los que Él provee. 

lunes, 14 de marzo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 2 de Cuaresma

Daniel 9,4b-10



REFLEXIÓN

eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos

Pero eres mucho más que eso: el que llueve sobre justos e injustos.

No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes

También se hace caso. Hay personas, colectivos, movimientos creyentes que hacen caso. No es la rebeldía cacareada la más vigente, porque también hay docilidad, obediencia de fe, entrega de buena voluntad.

El campo de labranza del Señor tiene diferentes tipos de buena cosecha, y también mala hierba.

En la actualidad no le hacemos mucho caso a los dirigentes. Presumimos de una libertad que afirmamos viene de ti, y que está por encima de los mandatos humanos.

Nos apoyamos también en tu Palabra y en tu palabra encarnada: Jesús de Nazareth, porque vemos en él el paradigma de esa rebeldía en nombre tuyo.

Sin embargo no todos estamos de acuerdo con esa postura y somos etiquetados de tradicionales y conservadores, de revisionistas y de retardatarios.

Es como una olla de grillos, y se nos dificulta escuchar tu Espíritu y convertirnos de corazón.

nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti

En particular cuando nos enfrentamos al resultado de nuestras acciones dañinas, perjudiciales a otros, sobre todo inocentes.

Cuando caemos en cuenta de las víctimas de nuestra desviación, error, mala fe.

Porque seguimos pecando contra ti. No obstante tu perdón.

pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas

Pero de nuestra parte lo que importa es hacer lo que la conciencia persuade: reconocer nuestra dureza y pecado y confiar más en ti, sin mirar el apoyo o repudio del entorno.

Es su perdón y misericordia el que cura. Nos llama a confiar y esperar más en su perdón que en la evidencia de nuestra propia injusticia.

Salmo responsorial: 78



REFLEXIÓN

que tu compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados

Se podía decir de nuestro tiempo que estamos agotados, aplicándolo a la maraña mediática enfocada en el escándalo, más que en la justicia para las víctimas.

líbranos y perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre

Nos hemos armado tal laberinto de culpas, errores, perversiones y corrupción que no sabemos cómo salir de esto.

Es un buen momento para exclamar que el Señor nos libre.

Se puede decir y se puede sentir que hay un enorme y resonante clamor de opresión para ser librados.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: / con tu brazo poderoso, / salva a los condenados a muerte

Más allá de las discrepancias de lo hermanos del mismo Reino, debemos estar de parte de la víctima dondequiera se encuentre, para que no tarde su rescate y la reparación del daño que se le ha infligido.

te daremos gracias siempre

No obstante la insatisfacción te damos gracias porque sigues llegando a salvar tu gente.

Lucas 6,36-38



REFLEXIÓN

"Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."

En el contexto citado de discrepancias y partidos, la guía de la Palabra atribuída a Jesús sigue siendo la más constructiva.

De nuestra parte compasión sin juzgar condenando la buena o mala voluntad de otros.

Es el desafío. De nuestra parte perdonar para ser perdonado, porque somos pecadores.

De nuestra parte orientarnos por la generosidad para alcanzar generosidad.

Ante la avalancha de señalamientos, críticas, juicios y condenaciones mediáticas sobre todo, seamos los creyentes como la reserva del perdón, la regeneración, la posibilidad de rehabilitación y reconversión.

Seamos el perdón del Señor en medio de su pueblo y no nos unamos a los que tiran piedras al supuesto o supuesta culpable.

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