lunes, 25 de julio de 2022

BEATO CARLO


 

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el                                        evangelio de san Mateo
                  (Homilía 65, 2-4: PG 58, 619-622)


PARTICIPES DE LA PASIÓN DE CRISTO


Los hijos de Zebedeo apremian a Cristo, diciéndole: Haz que se siente uno a tu derecha y otro a tu izquierda. ¿Qué les responde el Señor? Para hacerles ver que lo que piden no tiene nada de espiritual y que, si hubieran sabido lo que pedían, nunca se hubieran atrevido a hacerlo, les dice: No sabéis lo que pedís, es decir: «No sabéis cuán grande, cuán admirable, cuán superior a los mismos coros celestiales es esto que pedís.» Luego añade: ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber o recibir el bautismo con que yo he de ser bautizado? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. No es éste tiempo de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente es tiempo de muertes, de guerra y de peligros.»

Pero fijémonos cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: «¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?», sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su pasión le da el nombre de «bautismo», para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo. Ellos responden: Sí, podemos. El fervor de su espíritu les hace dar esta respuesta espontánea, sin saber bien lo que prometen, pero con la esperanza de que de este modo alcanzarán lo que desean.

¿Qué les dice entonces el Señor? En efecto, mi cáliz lo beberéis y recibiréis el bautismo que yo he de recibir. Grandes son los bienes que les anuncia, esto es: «Seréis dignos del martirio y sufriréis lo mismo que yo, vuestra vida acabará con una muerte violenta y así seréis partícipes de mi pasión. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mi otorgarlo; es para quienes lo ha reservado mi Padre.» Después que ha levantado sus ánimos y ha provocado su magnanimidad, después que los ha hecho capaces de superar el sufrimiento, entonces es cuando corrige su petición.

Los otros diez se disgustaron contra los dos hermanos. Ya veis cuán imperfectos eran todos, tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como también los otros diez que envidiaban a sus dos colegas. Pero -como ya dije en otro lugar- si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan, uno de los protagonistas de este episodio, cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la predicación como en la realización de los milagros, como leemos en los Hechos de los apóstoles. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.

                                             REFLEXIÓN
Mi voluntad es de conquistar todo el mundo y todos los enemigos, y así entrar en la gloria de mi Padre; por tanto, quien quisiere venir comigo, ha de trabajar comigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria #95 Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola

domingo, 24 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

domingo 17 de tiempo ordinario

Génesis 18, 20-32



REFLEXIÓN

La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré

La Palabra nos revela la peculiaridad de Yavé Dios: verificar la acusación.

Una pasión constitutiva de una justicia madura, objetiva, sin afán de desquite.

Y por lo tanto un punto de referencia en cuanto a su perfección a la que nos llama.

Y cuando a nuestro alrededor vemos tanto deseo de venganza, aun sin profundizar las informaciones, sentimos estar muy lejos de esa perfección de Dios.

"¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?

La Palabra también nos revela una voz humana que expresa perfección en su búsqueda de justicia. Es preciso la misericordia en base al inocente.

Aquí encontramos el fundamento de los derechos humanos de los civiles, sacrificados en un conflicto violento de cualquier tipo.

El inocente no puede ser castigado en la misma forma que el culpable.No debe ser castigado.

¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?

Así la Palabra como revelación da cuenta de un proceso por el cual se da cumplimiento a la justicia verdadera: verificar la culpabilidad sin ansias de venganza; la primacía del inocente por quien hay que pensar en el perdón y evitar el castigo radical, aunque no erradicarlo; un juez sabio que sepa tener esto en cuenta.

Así la justicia del Padre se balanceó con la inocencia del Hijo, y se configuró el perdón para el que vuelva sobre sus pasos.

Salmo responsorial: 137



REFLEXIÓN

Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad

Se trata de un don, un toque en lo profundo del corazón, que nos convence del valor de la misericordia del Señor, que nos compromete a ser misericordiosos.

Se puede sentir la lealtad del Señor con su presencia a lo largo de la actuación de su justicia, porque su juicio es para la conversión.

En él se hace verdad que somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario.

Colosenses 2, 12-14



REFLEXIÓN

porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos

Se requiere de fe en la resurrección para atravesar la muerte hacia la vida. Sin ella el agua bautismal por sí sola no transmite.

Pero una fe que no se refleje como la imagen en el agua bautismal tampoco.

Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz

La fe descifra en Jesús crucificado a Dios como juez que quema los archivos de culpa en el que figuran nuestros nombres.

Lucas 11, 1-13



REFLEXIÓN

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite

Jesús se hace nuestro cómplice y nos pasa el truco mediante el cual el Padre escucha: debemos insistir.

Quizás escuchándonos transformemos nuestra actitud mágica o desesperanzada, y nos movamos a creer mientras pedimos.

Porque Jesús ha experimentado en propia carne la debilidad del Señor, que es la misericordia.

¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Es decir que al pedir con insistencia y fiados de su misericordia, el Señor se da a sí mismo, para intervenir incesantemente en nuestras vidas.

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