La Sagrada Familia Ciclo B
Génesis 15,1-6;21,1-3
REFLEXIÓN
"Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes."
Se trata de una contemplación reservada a unos cuantos actualmente: el firmamento tachonado de luces que corresponden a estrellas que ya desaparecieron, pero su luz apenas nos está llegando.
En nuestras ciudades, que compiten en luces, resulta difícil la tal contemplación.
Algunos la hacen para conocer leyes astronómicas, otros para ir preparando los planes de ocupación de otras tierras, en otros planetas.
Estos últimos están preocupados que nuestros recursos terráqueos y nuestra densidad demográfica crezcan y decrezcan en proporción invertida.
"Así será tu descendencia."
Pero cuando el Señor invitó a Abraham a contemplar todavía no había esa preocupación por la densidad de población, al contrario, se requerían muchos brazos para desarrollar las nuevas tierras por donde pasaban y asentaban las caravanas.
"Señor Dios, ¿cómo sabré yo que voy a poseerla?"
Por eso a Abraham no se le pasaba por la cabeza un problema demográfico en proporción inversa de crecimiento al de los recursos. Su problema era otro: la edad. Era algo mayor para engendrar, según él.
El Señor gusta de elegirse unos socios de empresa poco cualificados a los ojos de los observadores. Si se lo hubiera prometido a un vigoroso joven, que derrochaba energía de vida por su juventud, se hubiera entendido mejor.
Pero el Señor utiliza la política de lo pequeño que admira, lo vulnerable que glorifica, lo mínimo que llega a lo máximo.
Cosas de su misterio, que redundan en su prestigio y gloria, y que nos llenan de gozo, porque sentimos que para Él no hay nada imposible.
Un modo de pensar parecido tuvo Ignacio de Loyola cuando en su tiempo pensó en una institución que trabajara inspirada en los ejercicios espirituales por la mayor gloria, por el mayor bien. Y llamó a esa institución mínima. La mínima Compañía de Jesús.
Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber.
Desde Abraham su modo de creer, su fe, es como la matriz de toda fe. No es como el que ve al mago sacar conejos del sombrero y se admira. Sino el que ve surgir de lo pequeño la gloria humana y del Señor, de la pequeña semilla el extendido arbusto del reino de Dios.
Una actitud que se involucra en lo que requiere esfuerzo y entrega para que crezca. Será así nuestra fe?
Salmo responsorial: 104
REFLEXIÓN
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, / dad a conocer sus hazañas a los pueblos. / Cantadle al son de instrumentos, / hablad de sus maravillas. R.
Es nuestra responsabilidad y misión amar responsablemente para construir la cultura de paz y en nuestra oración constante debe figurar toda buena voluntad que en cualquier rincón del planeta adelante estrategias honestas de paz. Honestas, autocríticas, discernidas. Porque en toda buena voluntad es posible la filtración del mal espíritu y la desviación. Porque nos regala estos pensamientos y mociones hacia este sentido de vida. La alianza con el Señor mediante su palabra nos invita a mantenernos en la fe de su amor más allá de las contrariedades, conflictos, sufrimientos. Sin cruz de lucha no conocemos al Señor. Qué más se puede hacer ante una presentación-revelación de tal envergadura? Pues damos gracias por poder creer que alguien así vive para nosotros en un reino de futuro entrante.
Dad a conocer sus hazañas a los pueblos
Cunde el deseo y la praxis de compartir la buena nueva entre más personas.
Se alegren los que buscan al Señor
Porque espera le busquemos en la prueba, así como nos alejamos en el bienestar, para que aprendamos su justicia y misericordia. Porque la iluminación de la fe en la revelación de la Palabra produce alegría y gozo. Se rasga el velo que opaca la realidad y aparece su naturaleza más profunda y el designio. Aparece la gloria del Señor que no es comparable a ninguna otra. No por espectacular-no lo es- sino por verdadera.
Se acuerda de su alianza eternamente, / de la palabra dada, por mil generaciones;
El sistema de la palabra empeñada, una sola, clara, transparente, firme, es el sistema de una persona cuyo principal analogado es el Señor. Ser persona es tener y mantener la palabra dada sin oscurecerla para siempre. Ella es la trascendencia y la totalmente otra palabra, que contrasta y relativiza toda palabra de cualquiera. Relativiza todo otro sistema que no se funda en la palabra que requiere y justifica una fe esperanzada. Nuestra fe descansa serena en la convicción de que todo Jesús: vida, mensaje, curaciones, sufrimiento, muerte y resurrección es un don del Padre. Creerlo por lo tanto es apegarnos a un surtidor de bendición y amor vitalizador. Otros pueden olvidar. Él no. Constantemente atiza el fuego de una pasión de búsqueda de su rostro. Ha prendido en nosotros la chispa de una vida nueva, participación de la Resurrección de su Hijo. Y ya esto no tiene marcha atrás.
Buscad continuamente su rostro
Si Jesús es nuestra ganancia debemos echar mano de su conocimiento, progresivamente más comprometido e involucrado. Y la palabra del Señor lo acreditó José en Egipto, es el paradigma de la providencia y figura de Jesús, quien tras la desgracia y la tragedia se convierte en alimentador de muchos. Su muerte se transforma en vida nueva para compartirla con sus hermanos
Hebreos 11,8.11-12.17-19
REFLEXIÓN
recobró a Isaac como figura del futuro
En cuáles circunstancias históricas particulares y coyunturales se nos presentará la figura del futuro? Qué prueba y donación hemos de ofrecer para que se dé?
Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos
Una existencia envuelta en hechos que adquieren una perspectiva ascendente de promesa y signos de cumplimiento.
Porla fe adquiere Abraham un compañero de ruta, que va demandando entrega de su confianza.
Lucas 2,22-40
REFLEXIÓN
"un par de tórtolas o dos pichones."
El padre de Jesús, José, no tenía para darle más.
Al proceder así iniciaba la impronta paternal que llevaría a Jesús al reconocimiento de su Padre celestial y a identificarse con su misión.
Porque muchos seres humanos, hombres y mujeres, andan desorientados por no tener claro para qué existen.
se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Un periodo de incubación silenciosa por parte del Espíritu y los padres, desde la que se construye una misión del Padre para salvación de muchos.
Esta grandeza tiene la misión educadora de los padres y maestros en los años previos a la emancipación de los hijos.
Requiere mucha paciencia y visión por tratarse de una etapa demandante, mucho más hoy.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1343168671544389633?s=20
Génesis 15,1-6;21,1-3
Salmo responsorial: 104
Hebreos 11,8.11-12.17-19
Lucas 2,22-40