viernes, 26 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 16 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Jeremías 3, 14-17



REFLEXIÓN


y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado

(heb.sherirruth1 testarudezterquedadtozudezobstinación).(Strong,Vox)

(Continuar insistentemente una acción para el logro de un intento en que se halla resistencia(RAE)

La dureza de corazón es una condición humana frente a la cual el Señor, su Palabra, sus enviados no pueden hacer sino esperar que afloje. Es el privilegio de la libertad humana, y en ello estriba su dignidad de persona.

Sin embargo el Señor, su Palabra y sus enviados no cesan ni deben cesar en buscar la vuelta a la docilidad y aflojar la obstinación.

Por qué la libertad humana se obstina en posturas y actitudes que pueden resultar hasta suicidas? Por el vértigo de la libertad, según nos cuenta la literatura existencialista. Pero a la postre nadie sabe de dónde proviene ese vértigo.

Una vez que salimos del trance y alienación nos sorprendemos incluso que alguna vez hayamos persistido en el error contra nuestros propios intereses.

Interleccional: Jeremías 31



REFLEXIÓN


"Porque el Señor redimió a Jacob, / lo rescató de una mano más fuerte."

Nuestra historia particular de salvación trata de un Señor tenaz en recordarnos su intervención por nosotros, para que recobremos la cordura y volvamos amorosos a sus brazos.

Mateo 13,18-23



REFLEXIÓN

Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. 

Requerimos de la consideración constante de la Palabra a fin de entenderla antes que nos al arrebaten de nuestra atención.

Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. 

Requerimos persistir en la reflexión de la Palabra en medio de la tribulación para que eche raíces profundas en nuestro ser y existir.

Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril

Requerimos un estilo de vida pobre para que nuestro corazón no se afane en la posesión y acumulación de riquezas materiales y mantener a flote su Palabra de salvación.

Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno

Se trata de un proceso, éste de los mandamientos y el designio de libertad, que pasa por varias etapas: escuchar, entender y dar fruto.

En la actualidad las encuestas y sondeos no preguntan a la gente si escuchan y cuántos lo hacen. Es una introspección y autocrítica que valdría la pena.

Tampoco abrimos espacio para que los escuchas expresen cuánto y qué han entendido. Es que da tanto miedo preguntar cuando no se entiende, para evitar ser descalificado y puesto aparte.

Hay preguntas que no se quieren ni escuchar por los prejuicios que cargamos: por qué desconfiamos de los de piel negra, roja, o de un color distinto al blanco? Por qué preferimos al que paga más que al que no tiene mucho? Por qué nos repele y distancia gente con costumbres culturales diferentes a las nuestras?

Tenemos miedo a dónde iremos a parar si se permite todo. Es decir, reprimimos para no relajarnos. O nos relajamos porque no nos importa.

Y por último la etapa de dar fruto también la expresa Jesús como algo diverso y según la calidad de las tierras.

Pero en nuestro tiempo de búsqueda de excelencias, no es admisible cualquier producto o nivel de producción.

Nos satisface poco el nivel logrado por algunos y competimos para superarlo y opacarlo, no para aceptarlo.

Requerimos trabajar la tierra de nuestro corazón para que se mantenga buena y fértil y produzca frutos y así nos alejaremos de su dureza y esterilidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1684882959978131456?s=20

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Mateo 13,18-23

En los evangelios, que son obras pascuales, hay relatos que guardan espacios pre-pascuales. Así la diferenciación de tierras que reciben la semilla y producen fruto parece tener en mente cierta tipología que ya se acostumbraba en las comunidades cristianas primeras. Los malvados dirigentes judíos, la roca que falla como Pedro y los discípulos que huyeron en la hora del prendimiento, el joven ríco que termina apartandose por sus riquezas. Y posteriormente esta tipología se ha aplicado a los estados de vida: religiosos, casados, vírgenes. Aunque nada en el relato da pie para hacerlo, se entiende que como Palabra eterna está abierta a dar luz en diferentes circunstancias en el futuro

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