martes, 10 de noviembre de 2020

BEATO CARLO

 

 

 



 

INTERNACIONAL ÚLTIMA HORA

Antonia Salzano, madre de Carlo Acutis:

«Conocía a los pobres por sus nombres y apellidos»

10 octubre, 2020

 

Antonia Salzano es la madre de Carlo Acutis. A sus 55 años, este sábado 10 de octubre vivirá algo tan inusual como es la beatificación de su hijo. Ante este día tan especial y cargado de emociones, ha respondido unas preguntas para ECCLESIA. Ella misma cuenta cómo se acercó a la fe y a la teología gracias a su hijo. La beatificación es posible, en primer lugar, gracias al testimonio de vida de Carlo Acutis. Pero también, como es habitual en los procesos de canonización y beatificación, a un milagro, en Brasil. «Un niño tenía una malformación congénita en el páncreas. Prácticamente no podía comer nada sólido; la única posibilidad era operarlo, pero era muy arriesgado», cuenta Salzano. Entonces, el párroco del lugar comenzó una novena a Carlo pidiendo su intercesión. «El tercer día de la novena el niño regresó a casa y comenzó a comer sólidos. Le hicieron de inmediato los análisis, y su páncreas estaba completamente normal. Hubo una transformación instantánea de un órgano. Esto es un milagro de segundo grado», aclara la madre.

 

¿El hecho de estar con Carlo cambió de algún modo la vida de la familia o de otras personas que conozcan?

Carlo era un muchacho normal y corriente de este tiempo. Vivía la vida del colegio, familiar y de


amigos con mucho equilibrio. con mucho equilibrio conforme a la edad que tenía. Tenía una fuerte presencia de Jesús, y lo ordinario lo transformaba en extraordinario. Esta era la cosa más especial que tenía Carlo y todos notaban esa luz en los ojos, su bondad, su pureza, su amabilidad. Tenía una gran obediencia. Le gustaba mucho las redes sociales y evangelizaba a través de ella. Era un muchacho especial, desde el punto de vista humano y de fe. Le gustaba el fútbol, permanecía en la escuela después de las clases y ayudaba a los niños en los deberes. Siempre dispuesto a ayudar a todos, especialmente a los que tenían algún problema. Era muy estimado por todos porque defendía a los débiles y pobres. Era muy organizado y cuando vivíamos en el centro de Milán, debajo de su casa había muchos pobres que estaban en la calle y en vez de comprarse dos pares de zapatillas, compraba uno, y el dinero se lo daba a ellos.

 

¿Cómo veían los amigos de Carlo este interés suyo por la Eucaristía y la vida religiosa? ¿Lo veían como algo raro o por el contrario le admiraban y apoyaban?

Lo veían como un muchacho normal. Como otro cualquiera. Sus amigos le admiraban porque

conocía a los pobres por sus nombres y apellidos y preparaba recipientes para darles de comer, compraba mantas con sus ahorros, y uno de ellos se convirtió en católico, gracias al testimonio de Carlo con su vida. Para él, cada persona era especial. Y cuando murió, había mucha gente que venía para despedirse . Lo quería todo el mundo, aunque no compartieran su fe.

 

¿En algún momento pudo pensar o percibir que tenía en su casa un santo?

Era un muchacho especial con un gran fuerte piedad. Hizo la Primera Comunión a los siete años e iba a Misa todos los días, hacía la adoración eucarística todos los días, o bien antes de la Misa o después. Rezaba el Santo Rosario todos los días, leía la Sagrada Escritura y la vida de los santos. Tenía un gran celo apostólico. A los 11 años se convirtió en catequista. Se preocupaba mucho cuando sus niños de catequesis no iban a Misa los domingos y rezaba por esas personas para que se convirtieran. Él decía que la santidad no es un proceso de llegada sino de atracción. Es irme yo para dejar espacio a Dios.

 

«Carlo me ha acercado a la fe»

Usted ha dicho en varias ocasiones que eran católicos, pero no practicantes, ¿cómo es su fe ahora?

Carlo me ha acercado a la fe. Hice la comunión, me confirmé y me casé. Carlo a los tres años ya

empezaba a interesarse por las cosas de Dios. Entraba a la Iglesia a llevar flores, a saludar al Señor a la Virgen y Santos. Yo era muy ignorante en las cosas de la fe, y él me metió en crisis porque podía disminuir la autoridad maternal porque me preguntaba cosas y no sabía responderle. Entonces, hablé con una amiga mía que era muy religiosa y me aconsejó ir a un sacerdote para que me guiara y ayudara a acercarme a la fe. Este sacerdote me aconsejó acercarme a la teología, no para ser teóloga sino para conocer mi fe. Y desde ahí he vivido y sentido mi transformación. Carlo me ayudó a darme cuenta de lo verdaderamente importante: Cristo. Mi hijo ha sido mi pequeño salvador.

 

¿Cambió de algún modo su vida?

Digamos que ciertamente el Señor nos fue preparando para la enfermedad de Carlo. Ya que se fue muy rápido, en una semana murió. Yo sentía como una voz en mi interior que decía: «El Señor me ha dado y el Señor me ha quitado, como en el libro de Job. Lo hemos aceptado porque sabemos que la


muerte no es el final del camino, sino el inicio de una nueva vida que nunca terminará y que está más presente que nunca. Yo Estaba convencida de que muriendo iba a seguir vivo y por eso ha dado tantas gracias a tantas personas que le han pedido cosas como intercesor. Esto es un motivo de acción de gracias. Él era nuestro centro y ofreció este sufrimiento por la Iglesia y por el Papa para que lleguen al paraíso y la salvación de las almas.

 

¿Cómo definiría a Carlo en dos palabras?

Un muchacho de su tiempo. Con una fuerte vida espiritual, su centro era la Eucaristía, el rosario y los pobres.

 

¿Cómo vive el resto de la familia todo el proceso de beatificación? Sobre todo, sus hermanos pequeños.

Tenemos otros dos hijos. Rezamos el Rosario y no pensaba que su hermano podría llegar a ser

santo. Lo vivimos con mucha intensidad y acción de gracias por todo. Él antes de morir me dijo que su meta no era la muerte sino la vida eterna. Que se ha hecho sentir. Que yo tendré muchos hijos espirituales. Y gente que ha encontrado la fe gracias al encontrarse con Carlo, gracias espirituales por las cuales mereceremos el paraíso. Yo lo siento muy cerca de mí. Me gusta la expresión que dice Carlo que la autopista hasta el cielo es la Eucaristía. Él ya no es solo mío sino de la Iglesia universal. Su cuerpo está muy bien conservado, es él. No ha cambiado nada.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Palabra Comentada

 

Lunes 32 de tiempo ordinario

Tito 1, 1-9

1Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y al pleno conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2con la esperanza de vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde los tiempos eternos, 3y a su debido tiempo, manifestó Su palabra por la predicación que me fue confiada, conforme al mandamiento de Dios nuestro Salvador,
4a Tito, verdadero hijo en (según) la común fe: Gracia y paz de parte de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador.
5Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé. 6Lo designarás, si el anciano es irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía. 7Porque el obispo (supervisor) debe ser irreprensible como administrador de Dios, no obstinado, no iracundo, no dado a la bebida, no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas. 8Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo, dueño de sí mismo. 9Debe retener la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.



REFLEXIÓN

apoyada en la esperanza de la vida eterna

Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales

la ha manifestado abiertamente con la predicación que se me ha confiado

Cuánto o cuán profundamente creemos que en la Palabra anunciada se manifiesta la vida eterna prometida?

Si el lenguaje humano es esencial para la comunicación y en ella para la construcción de la persona, cómo participa o se inserta allí el anuncio de vida?

Nuevamente es Jesús Palabra encarnada quien nos da la llave para lograr un sentido de vida otra, que se vaya manifestando en ésta.

pusieras en regla lo que faltaba y establecieses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di.

Se debate si esta carta es del propio Pablo o inspirada en su predicación pero escrita por otros.

Porque muestra ya en las comunidades un nivel de organización que parece alejado de un primer momento carismático de anuncio y fundación.

Así estaríamos en un anuncio de la Palabra en transición a momentos más decididos por la decisión humana de autoridades cristianas, pero que se consideran parte de la tradición de transmisión de la Palabra.

Hoy existen círculos, teólogos y comunidades que se resisten a darle a esa transición y segundo nivel la misma credibilidad de fe. Se enfatiza el enfoque de una organización por iniciativa conveniente según las circunstancias, pero no necesariamente exigida como jerarquía permanente para toda época histórica.

Sólo nos queda volver a la Palabra y dejarnos iluminar por ella tanto en el primer testamento como en el Nuevo para apreciar en los textos la favorabilidad de considerar inspiradas las decisiones que los líderes van tomando a lo largo de la historia para prestarles nuestro asentimiento y confiar en que su predicación también es manifestación de la vida eterna.

Salmo responsorial: 23



REFLEXIÓN

Éste es el grupo que busca al Señor

La unidad del grupo, comunidad o iglesia es la que nos puede dar un criterio de cuán fuerte es la búsqueda del Señor de la vida.

Difícilmente podemos dar nuestro asentimiento de fe en un asunto tan crucial a un liderazgo que divida y promueva la oposición de unos contra otros, aun en nombre del Señor.

Este es un criterio asentado fuertemente en el conjunto de la Palabra.

Lucas 17, 1-6

1Jesús dijo a Sus discípulos: "Es inevitable que vengan tropiezos (escándalos), pero ¡ay de aquél por quien vienen! 2"Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar (escandalizar) a uno de estos pequeños. 3"¡Tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. 4"Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: 'Me arrepiento,' perdónalo."
5Los apóstoles dijeron al Señor: "¡Auméntanos la fe!" 6Entonces el Señor dijo: "Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: 'Desarráigate y plántate en el mar,' y les obedecería.



REFLEXIÓN

"Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños

Otra traducción puede ser:

Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen!

Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños.

El escándalo como el tropiezo, activa el mecanismo de la trampa que cae sobre una víctima incauta. Porque no es un tropiezo cualquiera, sino el que intencionalmente se pone para dañar.

Pequeño también se le llama al de poca  dignidad en el mundo, quien no pesa mayor cosa a la hora de las decisiones que le pueden afectar.

Los pueblos empobrecidos son pequeños escandalizados a quienes se ha puesto tropiezo para creer en la vida como bendición de Dios, y por consiguiente tropiezan en la fe.

El escándalo o tropiezo en la fe se concreta en todo aquello que desune o tiende a desunir  la comunidad de fe en la vida de Dios.

No se suele enfatizar mucho como parte de la ética neotestamentaria, la responsabilidad por la unión de la comunidad, de fraternidad, que tenemos todos los creyentes.

El escándalo no es solamente este u otro mal proceder, los cuales pueden ir tomando importancia según las circunstancias históricas, sino todo lo que abierta o sutilmente divida una comunidad de ágape.

Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás."

El perdón restituye o regenera el tejido social y las relaciones humanas, si hay arrepentimiento y voluntad de reparación.

Supera la venganza.

Es nacer de nuevo.

"Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería"

"Auméntanos la fe".

Lo que resta es seguir pidiendo que aumentes nuestra fe, para llegar a su perfección, como la que señala la Palabra de Jesús de Nazareth.

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