El
postulador de la causa de beatificación de Carlo, Nicola Gori, ha escrito
también su biografía Eucaristia. La mia autostrada per il cielo (San Paolo) y
en una entrevista con la revista Credere se aventura a explicar y argumentar
por qué Carlo Acutis es un San Francisco del siglo XXI.
Su amor a San Francisco y a Asís
Es ya
conocido el profundo amor de este joven por San Francisco de Asís y su
espiritualidad franciscana, hasta tal punto que en un vídeo grabado antes de enfermar
ya pedía que fuera enterrado en Asís para estar cerca del santo. Pero si
igualmente se destaca su apostolado por internet y su amor por la Eucaristía,
Acutis tenía también una especial cercanía con las personas pobres y también
con la naturaleza.
Al igual
que el santo, Carlo Acutis provenía de una familia adinerada, pero pese a ello
hizo una renuncia a los bienes y lo transformó en una sensibilidad hacia los
últimos. “Andrea Acutis, ahora presidente de Vittoria Assicurazioni, trabajaba
en la City de Londres en 1991 (allí nació Carlo nda). La comparación entre
Carlo y el santo de Asís encaja perfectamente: Francisco se despojó de sus
posesiones, Carlos vivió como si no las tuviera. Su madre Antonia me dijo que
era una lucha convencer a Carlo para que se comprara ropa: no le interesaba el
lujo ni las marcas. Al contrario: regañaba a su madre cuando compraba cremas
caras. Sus amigos de la escuela se burlaban de él porque, aunque podía
permitirse unas vacaciones exóticas, decidía ir a Asís. En cuanto a la paga de
sus padres, se la daba a los pobres asistidos por los capuchinos de la Ópera
San Francesco”, recuerda el postulador.
Su
renuncia al dinero y su tiempo para los pobres iban de la mano. Nicola Gori
señala que Carlo Acutis “a menudo convencía a su madre para que lo acompañara a
la estación central (de Milán). Una vez encontraron a dos personas sin hogar en
un banco. Al ver que uno estaba muy enfermo, Carlo obligó a su madre a llevarlo
al hospital. Una vez curado, fue alojado en un pequeño apartamento familiar. A
la luz de elementos como estos, el hecho de que hoy su cuerpo descanse en el
santuario del Despojo en Asís se vuelve muy significativo”.
Pobres y personas humildes, en su funeral
De hecho,
el postulador de la causa recuerda que “en el funeral de Carlo había muchos
porteros filipinos e indios del elegante barrio en el que vivía. Los conocía
porque a menudo hablaba con ellos en la calle. No sólo eso: gracias a su
ejemplo, la persona que trabajaba en la casa de la familia Acutis, un hindú,
eligió ser bautizado. Sin embargo, Carlo no hizo propaganda alguna, sino que
dio testimonio de vida”.