BEATO CARLO
“Sólo los que hagan la voluntad de Dios serán verdaderamente libres"
anunciaré tu fidelidad por todas las edades
Por haber sido Padre
y seguirlo siendo.
Tu misericordia es un edificio eterno
Si eterno lo
entendemos históricamente como un proceso abierto hacia adelante, la
misericordia del Señor nos espera en cada coyuntura de la vida.
Misericordia eterna,
vulnerabilidad permanente, Dios amor. El desafío es conciliar lo
irreconciliable: el Señor en su amor fiel y nuestra libertad rebelde.
La rebeldía, tan
valorada y alabada en nuestro tiempo, aunque no ha sido el único tiempo que la
valora en el pasado, muestra la naturaleza humana en lo más propio: su
propensión a la libertad, lo que no quiere decir libertad conquistada y plena.
Libertad humana
troquelada en la plenitud del Señor que confunde su temporalidad histórica con
la eternidad de la que proviene. Ese es su drama.
Su Palabra da cuenta
de la fidelidad con la que amorosamente nos acompaña. Creer en Él es vivir con
la continua convicción de no estar solos.
lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre
con él y mi brazo lo haga valeroso
Como se adhiere el
aceite a la piel en la unción, y penetra hasta convertirse en parte del ungido,
así es el acompañamiento del Señor.
Como el aceite
adherido a la piel hacía al guerrero difícil de aprehender en el esfuerzo de la
lucha, así es el poder del Señor adherido al ungido, porque lo capacita para
pelear mejor.
Los símbolos que la
Palabra destaca y elige para significar se relacionan con funciones que se
pueden entender con facilidad. Esta sabiduría es la que recogen los signos
sacramentales. Donde está su unción, está su Espíritu: y está Él. Es el sentido
de los sacramentos con unción.
Quieren significar
una presencia dinámica permanente, es decir, disponible siempre.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, ¡oh Señor!, a
la luz de tu rostro
Un don del Señor al
que hemos de empeñarnos en abrirle paso es la sabiduría, que como pueblo nos
compete, para salir adelante en cualquier coyuntura histórica.
La justicia del Señor
es acoger su designio más allá de nuestro más caro interés.
Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca
salvadora."
Los que echamos de
menos un Padre perfecto, porque nuestra experiencia del que nos tocó y la
paternidad que hemos ejercido, es limitada y defectuosa, anhelamos un encuentro
con la paternidad de Dios.
Un encuentro acabado es nuestra esperanza,
mientras se construye esa paternidad de su Reino a través de las edades.
Una roca sólida y
estable en su movilidad, dando a nuestro tiempo-espacio limitado la lección de
su Trascendencia, porque está más allá de nuestro incesante cambio.
Su eterna juventud es
nuestro cambio.
edificaré tu trono para todas las edades
El que edifica es el
Señor, nosotros esperamos de su misericordia. Incluso en los impulsos a las
obras buenas, la iniciativa es suya.
Sellé una alianza con mi elegido
Jesús es la otra cara de la medalla de la ingratitud y el
abandono del Señor. Ha aparecido en nuestra tierra un leal, un fiel, alguien
agradecido al Padre que se recrea en sus mandatos, hasta el extremo de cumplirlos
en el Espíritu que fueron pronunciados.
Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para
todas las edades
Por y para el pueblo,
es el designio de Dios, aun contra el pueblo rebelde.
Castigaré con la vara sus pecados / y a latigazos sus culpas;
/ pero no les retiraré mi favor / ni desmentiré mi fidelidad
A su revelación debemos la comprensión fundamental sobre
la misericordia del Señor y sus pruebas, como gestos de amor para llamarnos
cabe sí.
El pueblo es
corregido para que se convierta, no para que se aniquile.
La revisión del
Estado que se hace hoy, se mueve más
hacia el capital, institucionalmente, que hacia la protección del Estado hacia
los trabajadores.
Por los cambios
sociales actuales vemos que los trabajadores no son los únicos que deben ser
protegidos.
Pero las medidas
neoliberales no ayudan a proteger a nadie de los pequeños. Aunque sospechemos que sus voceros no lo son tanto y
lucran de ellos.
Sin embargo, este
fortalecimiento del Estado empresario, hace temer que el más débil lo seguirá
siendo más.