miércoles, 16 de junio de 2021

BEATO CARLO

 BEATO CARLO


“Sólo los que hagan la voluntad de Dios serán verdaderamente libres"

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anunciaré tu fidelidad por todas las edades

Por haber sido Padre y seguirlo siendo.

Tu misericordia es un edificio eterno

Si eterno lo entendemos históricamente como un proceso abierto hacia adelante, la misericordia del Señor nos espera en cada coyuntura de la vida.

Misericordia eterna, vulnerabilidad permanente, Dios amor. El desafío es conciliar lo irreconciliable: el Señor en su amor fiel y nuestra libertad rebelde.

La rebeldía, tan valorada y alabada en nuestro tiempo, aunque no ha sido el único tiempo que la valora en el pasado, muestra la naturaleza humana en lo más propio: su propensión a la libertad, lo que no quiere decir libertad conquistada y plena.

Libertad humana troquelada en la plenitud del Señor que confunde su temporalidad histórica con la eternidad de la que proviene. Ese es su drama.

Su Palabra da cuenta de la fidelidad con la que amorosamente nos acompaña. Creer en Él es vivir con la continua convicción de no estar solos.

lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso

Como se adhiere el aceite a la piel en la unción, y penetra hasta convertirse en parte del ungido, así es el acompañamiento del Señor.

Como el aceite adherido a la piel hacía al guerrero difícil de aprehender en el esfuerzo de la lucha, así es el poder del Señor adherido al ungido, porque lo capacita para pelear mejor.

Los símbolos que la Palabra destaca y elige para significar se relacionan con funciones que se pueden entender con facilidad. Esta sabiduría es la que recogen los signos sacramentales. Donde está su unción, está su Espíritu: y está Él. Es el sentido de los sacramentos con unción.

Quieren significar una presencia dinámica permanente, es decir, disponible siempre.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, ¡oh Señor!, a la luz de tu rostro

Un don del Señor al que hemos de empeñarnos en abrirle paso es la sabiduría, que como pueblo nos compete, para salir adelante en cualquier coyuntura histórica.

La justicia del Señor es acoger su designio más allá de nuestro más caro interés.

Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora."

Los que echamos de menos un Padre perfecto, porque nuestra experiencia del que nos tocó y la paternidad que hemos ejercido, es limitada y defectuosa, anhelamos un encuentro con la paternidad de Dios.

 Un encuentro acabado es nuestra esperanza, mientras se construye esa paternidad de su Reino a través de las edades.

Una roca sólida y estable en su movilidad, dando a nuestro tiempo-espacio limitado la lección de su Trascendencia, porque está más allá de nuestro incesante cambio.

Su eterna juventud es nuestro cambio.

edificaré tu trono para todas las edades

El que edifica es el Señor, nosotros esperamos de su misericordia. Incluso en los impulsos a las obras buenas, la iniciativa es suya.

Sellé una alianza con mi elegido

Jesús es la otra cara de la medalla de la ingratitud y el abandono del Señor. Ha aparecido en nuestra tierra un leal, un fiel, alguien agradecido al Padre que se recrea en sus mandatos, hasta el extremo de cumplirlos en el Espíritu que fueron pronunciados.

Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades

Por y para el pueblo, es el designio de Dios, aun contra el pueblo rebelde.

Castigaré con la vara sus pecados / y a latigazos sus culpas; / pero no les retiraré mi favor / ni desmentiré mi fidelidad

A su revelación debemos la comprensión fundamental sobre la misericordia del Señor y sus pruebas, como gestos de amor para llamarnos cabe sí.

El pueblo es corregido para que se convierta, no para que se aniquile.

La revisión del Estado que se hace hoy, se mueve  más hacia el capital, institucionalmente, que hacia la protección del Estado hacia los trabajadores.

Por los cambios sociales actuales vemos que los trabajadores no son los únicos que deben ser protegidos.

Pero las medidas neoliberales no ayudan a proteger a nadie de los pequeños. Aunque  sospechemos que sus voceros no lo son tanto y lucran de ellos.

Sin embargo, este fortalecimiento del Estado empresario, hace temer que el más débil lo seguirá siendo más.

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