martes, 20 de julio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 16 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Éxodo 14,21-15,1



REFLEXIÓN

un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas

Una postura teológica, empavorecida por el reclamo materialista sobre la religión como alienación, opta por desaparecer al Señor en su intervención en el universo y la historia.

Se esfuerzan entonces en señalar su presencia en la lucha de las víctimas, como una víctima más.

La tarea será entonces, incluso en la oración: perfeccionar la libertad para que sea cada vez más responsable en solidaridad.

Es un enfoque vibrante y que resuelve problemas, como el señalamiento sobre la ambigüedad de una divinidad malparada después de un terremoto que afecta a inocentes.

Sòlo que como toda explicación unilateral, oscurece más aún el misterio, en vez de ampliar el corazón creyente para aceptarlo, tal como se nos muestra: interviniente y respetuoso de la libertad, que nos ha donado, no la que nos hemos ideado.

miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio.

Dos versiones de su intervención, una más directa y portentosa que otra. Dos teologías sobre la intervención del Señor en los acontecimientos a favor de su Pueblo.

Pero ninguna le escatima una acción salvífica.

Ni que el ruego y el clamor de la víctima no lo alcance para que Él escuche.

La palabra nos pone en contacto con una revelación del Espíritu: Emmanuel, Él está con nosotros.

Cómo? Son varias las versiones que tratan de expresar el Misterio de su compañía.

Sin embargo y con todo, nos acompaña Dios.

Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto

La palabra nos enseña a leer la trascendencia absoluta con esperanza de inmanencia, también absoluta.

El esfuerzo de muchos pensadores sobre las leyes de la naturaleza y la naturaleza humana ha concluído por internalizar la fuerza que la palabra proclama para la trascendencia amorosa de Dios.

Seguimos enfrentando, la concepción de adultez según la autonomía absoluta de los humanos contra la madurez en el Espíritu según la dependencia amorosa del Padre, factible, aún cuando difícil de lograr.

Ya se expresaba en el capítulo 3 del Génesis sobre el pecado original originante: la concepción del Señor sobre los hombres y mujeres encuentra una oposición en la concepción de los hombres y mujeres sobre sí mismos.

Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo

Es su don que logremos ver, por el cual hemos de dar gracias gozosos.

Y movernos, más aún, a amar y creer, más que temer y creer. La fe más libre nace del amor, no del temor.

Interleccional: Éxodo 15,8-17



REFLEXIÓN

Introduces a tu pueblo y lo plantas en el monte de tu heredad

Donde estemos y en el logro que obtengamos hemos sido introducidos por su designio y envío, aunque nos seduzca la idea de la casualidad y coincidencia.

La convergencia de un pueblo en un nivel de conciencia que se muestra activo para alcanzar bienes comunes no es una casualidad sino un designio de salvación.

Mateo 12,46-50



REFLEXIÓN

El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre

La familia de la Palabra, que cumple la voluntad del padre, rebasa toda familia humana, de cualquier tipo.

Se trata de la familia del amor universal desde los débiles.

Jesús es modelo y paradigma de tal novedad.

Tal familiaridad se compone de miembros que llegan desde los cuatro puntos cardinales del Espíritu, y en sus interacciones e interrelaciones tejen una fraternidad nueva.

Jesús es el hombre histórico que apuesta por el reino del Padre cada instante de su existencia y así nos señala la coherencia y densidad de una vida alternativa a la común.

En este relato rompe con sus ataduras familiares no por repudio sino por superación. Jesús expone la supremacía de la Palabra para convocar un nuevo género de familiaridad, de fraternidad.

Es como si dijera: hermanos seremos siempre en el único Padre. Los padres y hermanos de carne y sangre son figura de un mundo que pasa. El vínculo imperecedero como hermanos es nuestra escucha de la Palabra.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1417445502862467074?s=20

BEATO CARLO

BEATO CARLO 


“Todos en el vecindario lo conocía. Cuando pasaba en su bicicleta se detenía a saludar a los porteros, muchos de ellos musulmanes o hindúes. Les habló de sí mismo, de su fe y escucharon a este joven amable y afable.

A la hora del almuerzo ponía la comida sobrante en recipientes de comida para llevar a las personas sin hogar de la zona”Rajesh

De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Magnesios
(Caps. 10,1-15: Funk 1,199-203)

TENÉIS A CRISTO EN VOSOTROS

No permita Dios que permanezcamos insensibles ante la bondad de Cristo. Si él imitara
nuestro modo ordinario de actuar, ya podríamos darnos por perdidos. Así pues, ya que nos
hemos hecho discípulos suyos, aprendamos a vivir conforme al cristianismo. Pues el que
se acoge a otro nombre distinto del suyo no es de Dios. Arrojad, pues, de vosotros la mala

levadura, vieja ya y agriada, y transformaos en la nueva, que es Jesucristo. Impregnaos
de la sal de Cristo, a fin de que nadie se corrompa entre vosotros, pues por vuestro olor
seréis calificados.
Todo eso, queridos hermanos, no os lo escribo porque haya sabido que hay entre
vosotros quienes se comporten mal, sino que, como el menor de entre vosotros, quiero
montar guardia en favor vuestro, no sea que piquéis en el anzuelo de la vana
especulación, sino que tengáis plena certidumbre del nacimiento, pasión y resurrección del
Señor, acontecida bajo el gobierno de Poncio Pilato, cosas todas cumplidas verdadera e
indudablemente por Jesucristo, esperanza nuestra, de la que no permita Dios que ninguno
de vosotros se aparte.
¡Ojalá se me concediera gozar de vosotros en todo, si yo fuera digno de ello! Porque, si
es cierto que estoy encadenado, sin embargo, no puedo compararme con uno solo de
vosotros, que estáis sueltos. Sé que no os hincháis con mi alabanza, pues tenéis dentro de
vosotros a Jesucristo. Y más bien sé que, cuando os alabo, os avergonzáis, como está
escrito: El justo se acusa a sí mismo.
Poned, pues, todo vuestro empeño en afianzaros en la doctrina del Señor y de los
apóstoles, a fin de que todo cuanto emprendáis tenga buen fin, así en la carne como en el
espíritu, en la fe y en la caridad, en el Hijo, en el Padre y en el Espíritu Santo, en el
principio y en el fin, unidos a vuestro dignísimo obispo, a la espiritual corona tan
dignamente formada por vuestro colegio de presbíteros, y a vuestros diáconos, tan gratos
a Dios. Someteos a vuestro obispo, y también mutuamente unos a otros, así como
Jesucristo está sometido, según la carne, a su Padre, y los apóstoles a Cristo y al Padre y
al Espíritu, a fin de que entre vosotros haya unidad tanto corporal como espiritual.
Como sé que estáis llenos de Dios, sólo brevemente os he exhortado. Acordaos de mí
en vuestras oraciones, para que logre alcanzar a Dios, y acordaos también de la Iglesia de
Siria, de la que no soy digno de llamarme miembro. Necesito de vuestras plegarias a Dios
y de vuestra caridad, para que la Iglesia de Siria sea refrigerada con el rocío divino, por
medio de vuestra Iglesia.
Os saludan los efesios desde Esmirna, de donde os escribo, los cuales están aquí
presentes para gloria de Dios y que, juntamente con Policarpo, obispo de Esmirna, han
procurado atenderme y darme gusto en todo. Igualmente os saludan todas las demás
Iglesias en honor de Jesucristo. Os envío mi despedida, a vosotros que vivís unidos a Dios
y que estáis en posesión de un espíritu inseparable, que es Jesucristo