martes, 10 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

MARTES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Deuteronomio 31,1-8



REFLEXIÓN

Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor

El relevo es parte del ciclo de vida y hay que aprender y asimilar cuando llegue el momento, porque el proyecto del Señor es más grande que nosotros mismos.

El relevo generacional es parte del flujo de la historia, y significa el ingreso de sangre nueva al torrente humano, con todo tipo de consecuencias, entre las que no se debe negar el enriquecimiento y la calidad.

Sin embargo no todos llevan cómodamente su hora de pasar a relevo, y descubrir de paso la novedad del rol a desempeñar.

Parte de la rebeldía de la juventud, en todo tiempo, ha sido la renuencia de los mayores a darles espacio para asumir responsabilidades, en todo nivel.

La persona de fe que participa en el proceso del Designio del Señor conducente al reino de Dios, podría gozar de la libertad y paz suficientes para saber asumir su hora de relevo generacional, porque sabe que en la construcción de ese reino tiene siempre una misión que cumplir, hasta que llegue el momento de su partida.

No temas ni te acobardes

El coraje de vivir y la confianza basada en el acompañamiento del Señor es la actitud básica del creyente y operario que labora en la viña que pertenece al designio del Señor.

A los jóvenes debemos tener el coraje de abrirles paso y enseñarles que sabemos retirarnos a tiempo, pero que nos tienen cercanos para colaborarles si lo requieren.

Esto ayudaría a superar la brecha generacional que se nos presenta por doquier.

Interleccional: Deuteronomio 32,3-12



REFLEXIÓN

Él es la Roca, sus obras son perfectas

Él es la fuerza y sus obras son sin  defecto (תָּמִים, tamim:defecto), enteras, completas.

Nuestra percepción de lo bello y perfecto, nuestra estética es variada y se presta a debate.

Por lo tanto no somos los mejores jueces para apreciar la perfección de la obra del Señor, y necesitamos de sus enviados inspirados que nos lo descubran.

Mateo 18,1-5.10.12-14



REFLEXIÓN

¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?

No es una pregunta ociosa.

Es la muestra de la ambición natural de quienes participan y trabajan en un grupo.

Necesitamos ser reconocidos. Y si invertimos tiempo y fatigas, deseamos ser recompensados y apreciados.

Por eso la pregunta es importante para ubicar el nivel de compromiso, la motivación, y por otro lado la calidad del liderazgo, para mantener sanamente motivados y vinculados a los miembros.

El mayor debe hacerse menor, como el niño es menor en comparación al adulto, que es mayor.

La importancia del menor establecida en las escrituras es un énfasis en el favor y respaldo del Señor a lo pequeño, aparentemente sin importancia, sin valor social, pero en quienes su Gloria se visibiliza engrandeciéndolos.

Habla de una predilección envidiable, pero que no está lejos si nos convertimos a nuestra vez también en pequeños.

Moisés, el gran e importante líder y conductor del pueblo, se convierte en pequeño al ceder su función y puesto a Josué.

Él llamó a un niño, lo puso en medio

si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos

Si este gesto es parte de la respuesta, qué significa frente a las expectativas de los interrogadores?

Un niño es un epítome de carencias de las actitudes de un adulto. Y sus expectativas frente a la vida son muy diferentes.

Tienen entusiasmo, gusto de vivir, se aficionan y afectan en base a su espontaneidad, y si hay un cálculo, es evidente e inofensivo.

Es su modo amigable de ser ambicioso. De ordinario, a menos que haya una deformación, de ellos se espera la verdad sin tapujos, el amor sin doblez, el pensamiento sin recovecos.

el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos

Esta logia suena como la respuesta que se le dio a Nicodemo: si no vuelves a nacer.

Es una propuesta de deconstrucción de las rigideces que construímos los adultos en nuestras existencias.

Si alguien es dúctil es un niño, en quien la vida es sólo posibilidades, potencialidad, buena fe.

El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí

Hoy alegaríamos a Jesús que un niño es símbolo de inmadurez y dependencia. Que lo más sano es que se haga un adulto maduro y productivo.

Esta sería la señal de no comprender lo que se quiere dar a entender sobre el reino y la identificación con Jesús.

Un niño, como los necesitados a quienes se les hace obras de misericordia, en la sociedad de Jesús eran invisibles e invisibilizados, tenidos por no ciudadanos. Eran el símbolo de la minusvalía.

La actividad de sanación y los mensajes de Jesús contrarían esa actitud de la sociedad y también de la nuestra.

No se trata solo que hoy veamos la esclavitud del trabajo infantil, o su comercio sexual, sino de lo poco que representan sus existencias para la marcha del mundo, aunque haya proclamas sobre los derechos infantiles.

Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños

Por qué son tan importantes para el reino? Manifiestan la disposición elemental de confianza y dependencia que debe caracterizar a un miembro del reino de Dios.

Tal como Jesús en su vida, nosotros estamos llamados a una relación de una calidad especial de entrega y confianza a un Dios Padre que nos amó primero.

Parece que el escándalo de pederastia y pedofilia en general y en particular en la iglesia católica, involucrando a la jerarquía eclesiástica, es una crisis de valores frente a un punto nuclear del evangelio.

Que un pastor se demuestre abusador o cómplice, en detrimento de una oveja más débil e inerme, hace ver con gran claridad la relación directa de un pecado con el daño a lo más santo: la buena nueva del reino activa y presente en los pequeños.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1425068002010144778?s=20

 

BEATO CARLO

BEATO CARLO



 Del tratado de Teodoreto de Ciro, obispo, sobre la encarnación del Señor
(Núm. 28: PG 75, 1467-1470)

SUS CICATRICES NOS CURARON

Los sufrimientos de nuestro Salvador son nuestra medicina. Es lo que enseña el profeta,
cuando dice: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo
estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras
rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus

cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas; por esto, como cordero llevado al
matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Y, del mismo modo que el pastor, cuando ve a sus ovejas dispersas, toma a una de ellas
y la conduce donde quiere, arrastrando así a las demás en pos de ella, así también la
Palabra de Dios, viendo al género humano descarriado, tomó la naturaleza de esclavo,
uniéndose a ella, y, de esta manera, hizo que volviesen a él todos los hombres y condujo a
los pastos divinos a los que andaban por lugares peligrosos, expuestos a la rapacidad de
los lobos.
Por esto, nuestro Salvador asumió nuestra naturaleza; por esto, Cristo, el Señor aceptó
la pasión salvadora, se entregó a la muerte y fue sepultado; para sacarnos de aquella
antigua tiranía y darnos la promesa de la incorrupción, a nosotros, que estábamos sujetos
a la corrupción. En efecto, al restaurar, por su resurrección, el templo destruido de su
cuerpo, manifestó a los muertos y a los que esperaban su resurrección la veracidad y
firmeza de sus promesas.
“Pues, del mismo modo —dice— que la naturaleza que tomé de vosotros, por su unión
con la divinidad que habita en ella, alcanzó la resurrección y, libre de la corrupción y del
sufrimiento, pasó al estado de incorruptibilidad e inmortalidad, así también vosotros seréis
liberados de la dura esclavitud de la muerte y, dejada la corrupción y el sufrimiento, seréis
revestidos de impasibilidad”.
Por este motivo, también comunicó a todos los hombres, por medio de los apóstoles, el
don del bautismo, ya que les dijo: Id y haced discípulos de todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. El bautismo es un
símbolo y semejanza de la muerte del Señor, pues, como dice san Pablo, si nuestra
existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una
resurrección como la suya.