viernes, 13 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 19 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Josué 24,1-13



REFLEXIÓN

Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis.

La escucha y colaboración con el designio del Señor excluye todo género de jactancia.

Más bien lo que procede de nosotros debe ser en Espíritu de acción de gracias, en respuesta a su amor sobreabundante.

No se trata tampoco de un bien adquirido para siempre, porque la actitud de escucha obediente es la conquista de un proceso de conversión, que dura la existencia propia.

Salmo responsorial: 135



REFLEXIÓN

Dad gracias al Señor porque es bueno

Con su gracia apreciamos su bondad porque Él nos abre los ojos.

La gracia es la conciencia creciente de su bondad activa y presente siempre.

Mateo 19,3-12



REFLEXIÓN

para ponerlo a prueba

Los fariseos son presentados como un grupo con agenda contra Jesús.

Existen personas y grupos con agenda contra el evangelio, en forma explícita o solapada. Incluso dentro de los que confiesan la fe en Jesús.

El prurito para desacreditar el testimonio por la verdad evangélica es tan frecuente como la buena fe que lo quiere acoger.

Somos como ovejas en medio de lobos rapaces. Pero tenemos su promesa de asistencia para que el mensaje no sucumba.

"¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" El les contestó: "Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así.

¿No habéis leído

Porque podemos leer y no querer entender así como oir pero no escuchar.

El endurecimiento del corazón ronda permanentemente así como el enemigo siembra cizaña en medio del trigo.

Hoy vivimos situaciones de desviación de la norma asumidas como derechos. Así los divorcios, las uniones del mismo sexo, la adopción por parte de esas uniones…

Que la autoridad en un contexto dado ordene dar un derecho a lo que se tenía como desviación es posible, por la responsabilidad de liderazgo que le competa y el bien común en cierta coyuntura particular.

Pero que se permita no significa que se elimina el designio previsto desde el principio. No se está corrigiendo al Señor, cuyo plan se mantiene intacto, porque tiene que ver con la plenitud humana a los ojos de la fe.

Para llegar a esa plenitud la autoridad humana, como un pedagogo aplica la prudencia de los tiempos y lugares.

los creó hombre y mujer

Son variadas las versiones de matrimonio en la historia y en la actualidad.

El matrimonio cristiano se concreta en una unión bendecida por Dios, para formar un ser entre hombre y mujer, que como sacramento representan la unión de Cristo y su Iglesia.

Es deseable que se respete esa unión diseñada por el Creador, que demanda exclusividad y fidelidad perpetuas.

Pero esa calidad está destinada para quienes son bautizados y confiesan la fe en Jesucristo.

Otros creyentes o no pueden aspirar a otro tipo de unión, pero no será cristiana según lo escrito.

No se entiende esa energía que gasta la jerarquía de las iglesias cristianas por afirmar para todos, creyentes o no, la exclusividad del matrimonio sacramento, cuando sólo es aplicable para los creyentes.

La intensidad de la defensa más bien sugiere un afán de dictaminar para toda la sociedad lo que es propio del círculo de creyentes cristianos.

En esto las jerarquías parecen no resignarse a convivir con una pluralidad de concepciones, para las cuales no representan ninguna autoridad determinante.

En otras palabras, afirmar que el matrimonio sacramento es el único matrimonio auténtico, sin aclarar que tal sentido obliga sólo a los creyentes cristianos, es un totalitarismo religioso, que no tolera otras concepciones sobre matrimonio.

Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

Se trata del primado del amor que viene de Dios y se manifiesta entre los hombres como unión, cuya fuerza resiste la división.

No se refiere a la distinción biológica, cuya mutua relación se hace ver como un broche que cierra en la carne.

Porque esta unión carnal puede no significar nada sino algo efímero, meramente placentero y sin algún compromiso mutuo que valga la pena.

Habrá uniones carnales que no cierran tan perfectamente pero incluyen el amor y compromiso mutuo, aunque no sean hombre y mujer? Es un debate de nuestro tiempo.

Por lo menos hemos de liberar el sentido de lo escrito del mero sentido literal y material que reduce la unión entre personas a un ejercicio biológico hormonal.

Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer -no hablo de impureza- y se casa con otra, comete adulterio

Adulterio, en este contexto parece referirse más bien, como dicho del Señor Jesús, al divorcio, no necesariamente a la infidelidad de los cónyuges durante el matrimonio.

"Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse."

Visto desde fuera así es. Cuando la unión se vacía del compromiso de amor, y se extingue el fuego biológico, no es unión sino cárcel.

Ni es extraño que aún los más responsables de la fe confundan lo que es pedagogía con lo que son principios. Es falta de discernimiento.

"No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don

Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos.

Eunucos son los incapaces del matrimonio, con las exigencias que plantea Jesús.

Son el tipo de personas que no tienen ese don del matrimonio cristiano.

Tales han de descubrir el don del Padre en sus existencias, para el logro de su perfección propia.

Porque los que no tienen el don del matrimonio cristiano, pueden acceder al seguimiento pleno de Jesús, que no está reservado exclusivamente a los consagrados del reino.

Se da así una desvinculación del don de Dios respecto de la restricción operada por los prejuicios de la cultura dominante, en las diferentes sociedades.

Se trata de un don, un carisma, poder encarnar el designio del Señor en la propia existencia. No todos pueden siempre. Algunos pueden alguna vez. La perspectiva de la voluntad del Señor está abierta siempre hasta el final de nuestros días. Lo importante en cada etapa es mantenernos en acción de gracias por la memoria de su amor primero gratuito.

Los eunucos(eunu:lecho Ekhein:guardián): castrados, pueden nacer así (teoría genética, psicológica); o ser hechos por otros: (teoría sociológica, educativa, aprendizaje). En directo se refiere a castración: sin genitales fisiológicos. En amplitud puede cobijar la incapacidad de la relación heterosexual desde siempre o por intervención de las circunstancias. Puede asimilarse a nuestro homosexual o gay?

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1426172572559892488?s=20

BEATO CARLO

BEATO CARLO



 Del sermón de san Paciano, obispo, sobre el bautismo

(Núms. 5-6: PL. 13, 1092-1093)
REFORMEMOS NUESTRAS COSTUMBRES EN CRISTO, POR EL ESPÍRITU SANTO

El pecado de Adán se había transmitido a todo el género humano, como afirma el
Apóstol: Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así
pasó a todos los hombres. Por lo tanto, es necesario que la justicia de Cristo sea
transmitida a todo el género humano. Y, así como Adán, por su pecado, fue causa de
perdición para toda su descendencia, del mismo modo Cristo, por su justicia, vivifica a
todo su linaje. Esto es lo que subraya el Apóstol cuando afirma: Si por la desobediencia de
uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán
en justos. Y así como reinó el pecado, causando la muerte, así también reinará la gracia,
causando una justificación que conduce a la vida eterna.
Pero alguno me puede decir: “Con razón el pecado de Adán ha pasado a su posteridad,
ya que fueron engendrados por él. ¿Pero acaso nosotros hemos sido engendrados por
Cristo para que podamos ser salvados por él?” No penséis carnalmente, y veréis cómo
somos engendrados por Cristo. En la plenitud de los tiempos, Cristo se encarnó en el seno
de María: vino para salvar a la carne, no la abandonó al poder de la muerte, sino que launió con su espíritu y la hizo suya. Éstas son las bodas del Señor por las que se unió a la
naturaleza humana, para que, de acuerdo con aquel gran misterio, se hagan los dos una
sola carne, Cristo y la Iglesia.
De estas bodas nace el pueblo cristiano, al descender del cielo el Espíritu Santo. La
substancia de nuestras almas es fecundada por la simiente celestial, se desarrolla en el
seno de nuestra madre, la Iglesia, y cuando nos da a luz somos vivificados en Cristo. Por
lo que dice el Apóstol: El primer hombre, Adán, fue un ser animado, el último Adán, un
espíritu que da vida. Así es como engendra Cristo en su Iglesia por medio de sus
sacerdotes, como lo afirma el mismo Apóstol: Os he engendrado para Cristo. Así, pues, el
germen de Cristo, el Espíritu de Dios, da a luz, por manos de los sacerdotes, al hombre
nuevo, concebido en el seno de la Iglesia, recibido en el parto de la fuente bautismal,
teniendo como madrina de boda a la fe.
Pero hay que recibir a Cristo para que nos engendre, como lo afirma el apóstol san
Juan: Cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. Esto no puede ser
realizado sino por el sacramento del bautismo, del crisma y del obispo. Por el bautismo se
limpian los pecados, por el crisma se infunde el Espíritu Santo, y ambas cosas las
conseguimos por medio de las manos y la boca del obispo. De este modo, el hombre
entero renace y vive una vida nueva en Cristo: Así como Cristo fue resucitado de entre los
muertos, así también nosotros andemos en una vida nueva, es decir, que, depuestos los

errores de la vida pasada, reformemos nuestras costumbres en Cristo, por el Espíritu
Santo.