sábado, 21 de agosto de 2021

PALABRA COMENTADA

 

SÁBADO 20 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Rut 2,1-3.8-11;4,13-17



REFLEXIÓN

todo lo que hiciste por tu suegra después que murió tu marido

Se indica una acción solidaria más allá de los vínculos matrimoniales. Un vínculo que humanamente parecía el más fuerte, el natural, es sobrepujado por uno que es motivado por otro amor.

Salmo responsorial: 127



REFLEXIÓN

Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor

Las pruebas no son la constante en la vida de los temerosos del Señor, los que cuentan con su misteriosa presencia en la existencia. También hay gozo y prosperidad, la suficiente para agradecer su presencia benigna y amorosa. Desolación y consolación son aspectos del Misterio del Señor, que vivió Jesús y nos enseñó a vivir. Cada una tiene su mensaje y espera una respuesta oportuna.

Mateo 23,1-12



REFLEXIÓN

"En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.

Benedicto XVI a los seminaristas españoles, en la Jornada Mundial de los Jóvenes, pide santidad. Ésta entendida para superar la contradicción de lo que se dice y lo que se vive. Por santidad entonces podemos entender la coherencia de creencia y vida que tanto anhela como testimonio este mundo de hoy. Santidad-coherencia que es un don impetrado al Señor, y una búsqueda honesta y valiente.

Hoy es preciso fundamentarnos más en esta sabiduría, porque la festinación de los escándalos de las figuras de autoridad lleva la intención hipócrita de justificar la desobediencia.

uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos

Donde el poder se transforma en agape y servicio.

uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

La paternidad del Señor Padre de Jesucristo, ilumina y da sentido a toda otra paternidad y no lo contrario. No debe ser nuestra proyección de aciertos y desaciertos.

El primero entre vosotros será vuestro servidor

Es el perfil de Pedro y por el que se mide su magisterio, fuente de todo otro magisterio en la Iglesia. Si el magisterio no es servicio, es como la sal que se hace sosa.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido

Una actitud que difiere del hambre de protagonismo que se infiltra por todos los medios de comunicación masiva. Es como la calificación de éxito y significado de una existencia. Pero el que está tocado por la presencia del Señor entiende el gozo de una existencia humillada.

En el reino, la importancia está en el amor fraternal: que es un servicio libre de interés egoísta. Esta es la máxima congruencia entre decir y hacer. Es la verdadera autoridad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1429044451276640259?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Sábado, XX
San Ambrosio Comentario sobre los salmos 48,14-15



Cristo, que reconcilió el mundo con Dios, personalmente no tuvo necesidad de reconciliación. Él, que no tuvo ni sombra de pecado, no podía expiar pecados propios. Y así, cuando le pidieron los judíos la didracma del tributo que, según la ley, se tenía que pagar por el pecado, preguntó a Pedro: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?» Contestó: «A los extraños.» Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti». Dio a entender con esto que él no estaba obligado a pagar para expiar pecados propios; porque no era esclavo del pecado, sino que, siendo como era Hijo de Dios, estaba exento de toda culpa. Pues el Hijo libera, pero el esclavo está sujeto al pecado. Por tanto, goza de perfecta libertad y no tiene por qué dar ningún precio en rescate de sí mismo. En cambio, el precio de su sangre es más que suficiente para satisfacer por los pecados de todo el mundo. El que nada debe está en perfectas condiciones para satisfacer por los demás. Pero aún hay más. No sólo Cristo no necesita rescate ni propiciación por el pecado, sino que esto mismo lo podemos decir de cualquier hombre, en cuanto que ninguno de ellos tiene que expiar por sí mismo, ya que Cristo es propiciación de todos los pecados, y él mismo es el rescate de todos los hombres.

REFLEXIÓN

No hay necesidad de más víctimas,  y en profundidad toda víctima ya no lo es sólo ella sino Cristo lo une a sí, por lo cual una víctima de cualquier injusticia y violencia, es Cristo entre nosotros nuevamente vivo y clamante de solidaridad. No sólo somos hijos de Dios en el Hijo, garantía y fundamento de nuestra dignidad y de nuestro derechos humanos trascendentes, sino que somos víctimas en el Hijo y nuestro sufrimiento es el suyo y nuestro clamor, no menos suyo. Se entiende así por qué se desviven los místicos en unirse a las víctimas en el cuido y solidaridad. Porque alivian la víctima única que reúne a todas.