Viernes 23 de tiempo ordinario
Año Impar
1Timoteo
1,1-2.12-14
REFLEXIÓN
Jesucristo, nuestra esperanza
Se expresa el gozo de la obra de Dios, como algo gratuito, por lo admirable de su intervención en elcurso de la historia de los hombres y los acontecimientos.
Con esta intervención Pablo se
potenció para seguir a Cristo en trabajos, persecuciones y padecimientos
apostólicos.
verdadero hijo en la fe
Se pueden criar hijos de carne y
sangre, pero no necesariamente afiliarlos en la fe de Jesús.
Para eso se requiere la propia
voluntad del candidato, movida por el Espíritu del Señor.
Te deseo la
gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro
Una bendición que ensancha el corazón
disponiéndolo para dar cabida a alguien mucho más grande: bondad, compasión y
plenitud.
Son dones reconciliadores, sanadores,
pacificadores, que mueven a la buena voluntad, a la colaboración, a la amistad,
a la fraternidad.
que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este
ministerio
yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un
insolente
En las cartas de
influjo paulino se observa una subjetivación del proceso de conversión,
expresado con fórmulas vivenciales en primera persona, y con la intención de
comunicar intersubjetivamente el gozo de su hallazgo y encuentro con el Señor
Jesús, en el camino de su existencia.
Pablo tropezó con una manifestación
de Jesús vivo en su gloria, pero identificado con sus seguidores perseguidos, y
vivió una desorientación que puso su mundo y orden patas arriba.
Volvió a nacer en el Espíritu, como
en el evangelio de Juan se le dice a Nicodemo: para entrar en el reino hay que
nacer de nuevo.
Dios tuvo
compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía
No es un asunto de culpa sino de
misericordia.
Hay malhechores que se arrepienten y
entonces cobran un conocimiento y conciencia que no tenían, con una perspectiva
nueva del daño inferido a otros.
Literalmente no sabían
lo que hacían. Y aunque no debemos presumir que es el caso de todos, si podemos
estar abiertos a considerar la verdad de la expresión: Perdónalos porque no
saben lo que hacen, o que se hacen.
Porque el daño que hacemos a otros
nos lo hacemos también, rasgando la unión fraterna y maltratando el cuerpo que
todos somos.
Salmo
responsorial: 15
REFLEXIÓN
Bendeciré al
Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente
El creyente vivo en la fe se mece al
compás del susurro del Espíritu, que lo toca misteriosamente con el influjo de
los hechos y la sensibilidad del corazón.
Es una bendición lograr tal
situación, porque se tiene la experiencia de habitar en un estrato en el que no
hay soledad sino acompañamiento del Señor.
Lucas
6,39-42
REFLEXIÓN
¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán
los dos en el hoyo?
Pudiera estarse
dando que somos ciegos conduciendo a otros ciegos, cuando nos aferramos o
apegamos a nuestra ideología, filosofía, sabiduría, conocimiento, información,
perspectiva o expresión de lenguaje, sin dejar ni el mínimo resquicio a la
autocrítica, revaloración, re evaluación, re formulación o arrepentimiento y
reconocimiento de un error.
Porque la soberbia es una ceguera, y
la obediencia de fe es visión.
si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su
maestro
Estar en un aprendizaje tiene el
riesgo de perder la perspectiva cuando se domina una etapa. Podemos alzarnos
con lo que no es nuestro.
no reparas en la viga que llevas en el tuyo
Sin autocrítica que
conduzca al cambio de mente es difícil ver ni mota ni ojo del hermano.
No aprendemos en los movimientos y
activismo social, embriagados como estamos en la denuncia de la injusticia del
otro.
Por eso caemos después
en lo mismo que denunciamos.
¡Hipócrita!
Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del
ojo de tu hermano
O sea que somos hipócritas y que debo
sacar mi viga que entorpece la visión correcta, para ver bien la mota y la
pequeñez del otro que me saca de quicio y me hace intolerante.
Podría ser ciego por no ver, e
hipócrita por no querer ver, pero pretender que veo para no dar mi brazo a
torcer y rehuir el cambio necesario.
Hay situaciones en las que nos
ensañamos con la culpabilidad de personas y colectivos, por el daño objetivo
ocasionado, sin reconocer que no podemos ser sin más jueces puros e inocentes,
sino que en todos tenemos algún grado de responsabilidad personal y social por
acción u omisión.
Entonces brilla la sabiduría de la
frase que dijo: el que esté sin pecado que tire la primera piedra.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1436285765068148748?s=20