jueves, 28 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

San Simón y Judas apóstoles(28 de octubre)

Efesios 2,19-22



REFLEXIÓN

sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios

Los ciudadanos tienen derechos.

Cuáles derechos tenemos como hijos de Dios? En que manera se ven resolver nuestros problemas cotidianos?.

Ante situaciones de bienestar logrado tras mucho esfuerzo y sufrimiento pero que se vuelven a deteriorar nos preguntamos: qué hacemos mal, o qué falta para estar mejor?

Cuáles son esos pensamientos del Señor, tan distantes de los nuestros, y cómo entenderlos puntualmente.

Por un lado parece saludable redoblar la paciencia y la esperanza. Por el otro hay que mantener a raya la desilusión y la frustración.

Esta dificultad en entenderlo se enfrenta al miedo a ofenderlo porque entender su Misterio no es posible sino con la oscura y luminosa fe.

 

Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetass

Es insuficiente afirmarlo y hay que ponderarlo sabiamente: la fe que usufructuamos, la calidad de vida cristiana que hayamos logrado, tiene como fundamento la fe de los que fueron testigos de Jesús. De su                                                                        vida, pasión, muerte y resurrección.

Y se atrevieron, a pesar de los obstáculos y conflictos de su tiempo, a mantenerse hasta el final confesando su credo.

Si la industria e inquietud humana por la verdad se acerca a analizar, deconstruir, releer estos testimonios a la luz de ciencia y tecnologías actuales, no temamos porque creemos estar cimentados en la piedra angular a través de estos testigos.

Es más, demos gracias por el enriquecimiento que puede suponer para nuestra creencia, la mayor profundidad y coherencia que estas ciencias y tecnologías nos pueden aportar.

 

Y en caso de contraposición, convivir con ella confiados, porque estamos cimentados en una palabra que no pasa.

mismo Cristo Jesús es la piedra angular

En la inspiración de Jesús hemos de fundamentarnos, porque su vida no fue un lecho de rosas, sino una constante entrega, con muchas fatigas y sinsabores. Con un gozo íntimo de colaborar con la voluntad del Padre.

Pero no sabemos con evidencia si proceder con esperanza en acatamiento del designio sea Amén.

para ser morada de Dios, por el Espíritu

Confrontados entonces con el Misterio del Absoluto Radical es parte de nuestra cosecha no transparentar más claramente su presencia en nosotros.

Salmo responsorial: 18



REFLEXIÓN

Sin que hablen, sin que pronuncien, / sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón

 

Eres voz silente, tanto que se siente uno tentado a pensar que no  estás.

La eficacia de la ineficacia. La salvación trascendente que permea las condenaciones temporales.

Estos testigos, incluso de los que no se habla gran cosa como los de hoy, por su fe esparcida dan muestra de un celo de la palabra del evangelio entre gente diversa, con otra cultura y lengua.

Allí floreció la fe que nos fraterniza.

Lucas 6,12-19



REFLEXIÓN

subió Jesús a la montaña a orar

Oras para sintonizar con el Padre.

Es nuestro apoyo para proceder también así.

Judas Iscariote, que fue el traidor

No obstante le falló la selección.

No obstante haber orado.

También se polemiza si el establecimiento cristiano lo expulsó injustamente, haciendo un erróneo juicio histórico y religioso.

En todo caso es alguien sustituído por Matías, otro testigo, y no seleccionado por Jesús sino por sus seguidores.

Nos sorprende y sobrecoge el sentido de la libertad de la persona, el respeto a ella por parte del Señor.

Ante la evolución de los acontecimientos, hay que concluir que los seleccionados eran un nuevo Israel, con sus doce tribus.

Algo nuevo se estaba gestando, desde el propio Jesús en su unión con el Padre y orientado a su seguimiento.

Se discute y polemiza, al gusto actual, sobre si se origina algo nuevo como movimiento o como institución.

En todo caso hay intención de dejar su impronta por parte de Jesús, y no ser mera coyuntura en un punto del tiempo y el espacio.

Estas afirmaciones son mantenidas por una Iglesia institución que se                                mantiene a través de los siglos.

También los que polemizan son movimientos de indignados que en cualquier recodo de la historia se                                                                      disolverán.

Hasta que otros inconformes recojan nuevamente su bandera.

Hay que desestimarlos porque no cuentan con el respaldo del tiempo? O hemos de escuchar lo que dicen, para purificar el desorden que vamos haciendo en el tiempo?

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1453684021318361092?s=20


DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Jueves, XXX semana

San Atanasio Sermones contra los arrianos 2,78.79

En nosotros y en todos los seres hay una imagen creada de la Sabiduría eterna. Por ello, no sin razón, el que es la verdadera Sabiduría de quien todo procede, contemplando en las criaturas como una imagen de su propio ser, exclama: El Señor me estableció al comienzo de sus obras. En efecto, el Señor considera toda la sabiduría que hay y se manifiesta en nosotros como algo que pertenece a su propio ser. Pero esto no porque el Creador de todas las cosas sea él mismo creado, sino porque él contempla en sus criaturas como una imagen creada de su propio ser. Ésta es la razón por la que afirmó también el Señor: El que os recibe a vosotros me recibe a mí, pues, aunque él no forma parte de la creación, sin embargo, en las obras de sus manos hay como una impronta y una imagen de su mismo ser, y por ello, como si se tratara de sí mismo, afirma: El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras. Por esta razón precisamente, la impronta de la sabiduría divina ha quedado impresa en las obras de la creación: para que el mundo, reconociendo en esta sabiduría al Verbo, su Creador, llegue por él al conocimiento del Padre. Es esto lo que enseña el apóstol san Pablo: Lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista: Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles son visibles para la mente que penetra en sus obras. Por esto, el Verbo, en cuanto tal, de ninguna manera es criatura, sino el arquetipo de aquella sabiduría de la cual se afirma que existe y que está realmente en nosotros. Los que no quieren admitir lo que decimos deben responder a esta pregunta: ¿existe o no alguna clase de sabiduría en las criaturas? Si nos dicen que no existe, ¿por qué arguye san Pablo diciendo que, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría? Y, si no existe ninguna sabiduría en las criaturas, ¿cómo es que la Escritura alude a tan gran número de sabios? Pues en ella se afirma: El sabio es cauto y se aparta del mal y con sabiduría se construye una casa. Y dice también el Eclesiastés: La sabiduría serena el rostro del hombre; y el mismo autor increpa a los temerarios con estas palabras: No preguntes: «¿Por qué los tiempos pasados eran mejores que los de ahora?». Eso no lo pregunta un sabio. Que exista la sabiduría en las cosas creadas queda patente también por las palabras del hijo de Sira: La derramó sobre todas sus obras, la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen; pero esta efusión de sabiduría no se refiere, en manera alguna, al que es la misma Sabiduría por naturaleza, el cual existe en sí mismo y es el Unigénito, sino más bien a aquella sabiduría que aparece como su reflejo en las obras de la creación. ¿Por qué, pues, vamos a pensar que es imposible que la misma Sabiduría creadora, cuyos reflejos constituyen la sabiduría y la ciencia derramadas en la creación, diga de sí misma: El Señor me estableció a comienzo de sus obras? No hay que decir, sin embargo que la sabiduría que hay en el mundo sea creadora; ella por el contrario, ha sido creada, según aquello del salmo El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos

REFLEXIÓN

Las obras de la creación, la realidad que nos sale al encuentro, con frecuencia nos deslumbra en su perfección, y nos atrae con su belleza, pero ante ellas por fe en el Creador, estamos capacitados de subir más en la búsqueda de la perfección, y alejarnos del embrujo de lo creado, que puede trastornarnos y hacernos idólatras: que tomamos como divinidad lo que es un reflejo.