domingo, 27 de marzo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 4 de Cuaresma C

Josué 5, 9a. 10-12



REFLEXIÓN

celebraron la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó

Esta es la re-edición que opera el Señor: su intervención nueva por ser nuevas circunstancias, pero antigua, por referirse a su primera: la de Egipto.

Esta es la matriz de todo el proceso, porque El no se va nunca sino que se revela de esperanza en esperanza, de fe en fe, para avivar nuestro amor.

Cuando comenzaron a comer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israelitas ya no tuvieron maná, sino que aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán

El Señor es un Padre providente pero no es paternalista.

Mientras nos hacemos fuertes y maduramos suficientemente, nos apoya más con el prodigio y el milagro.

Una vez podemos hacernos cargo, nos dona la oportunidad que es la tierra, para trabajar con nuesta habilidad y competencia, y así cosechar su fruto.

Esta tierra puede ser la tecnología actual y otras sofisticaciones productivas que son y serán.

Sin embargo el olvido del Designio que se despliega en todo este proceso, es una de las tentaciones y errores de los pueblos y sus líderes.
Por eso perdemos frecuentemente el rumbo y caemos en confusión. Consecuentemente nuestra ética se enferma.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren

Los que se vacunan contra el virus del olvido del Designio del Señor, son los concientes cuyo prestigio es el Señor, los desprendidos del apego a la criatura que escuchan, y en esa pobreza experimentan gozo.

Contempladlo, y quedaréis radiantes

El efecto de la contemplación de la historia de salvación persistentemente es la irradiación en el espíritu de la fuente de energía que es el Señor y su Palabra.

Nos carga como lo hacen las pilas eléctricas, haciéndonos capaces de soltar esa carga en las oportunidades y coyunturas en las que se requiere la energía del Espíritu para renovar la creación, los corazones y toda organización salida de la libertad humana.

2Corintios 5, 17-21



REFLEXIÓN

Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado

No se trata de una sustitución absoluta sino histórica, ni inmediata y radical, sino procesual y progresiva.

Lo nuevo como un nuevo ente va invadiendo nuestro ser de muerte, instilando vida para siempre en silencio, con pausa, incorporando todas las energías del ser, como una planta de tratamiento de aguas contaminadas.

Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados

En la reconciliación que oferta Jesús de Nazareth en su carne, se entrega también el Padre reconciliador, perdonador, quien ha cesado de ser juez en el tiempo de redención.

y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.

Tal poderío y potencialidad ha quedado en el entramado de nuestra fraternidad, para que unos a otros nos sirvamos en la reconciliación, sin juicios condenatorios.

Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación

El ministerio de la eternificación de todas las cosas. Somos los medios en el medio que es Jesucristo, para prolongar esta vida eterna en la historia, como fermento en la masa

Lucas 15, 1-3. 11-32



REFLEXIÓN

"Padre, dame la parte que me toca de la fortuna

No sabemos si tal gesto de autonomía e independencia por parte del hijo era común en tiempos en los que la familia era de estilo patriarcal, y la herencia se recibía cuando moría el padre de familia.

Pero se muestra aquí un espacio para una conducta ávida de correr mundo y aventurarse en otros tierras. Otras experiencias tal como pudiera verse en generaciones de jóvenes de sociedades actuales, que salen a recorrer mundo por ejercitar la libertad unos, por necesidad de encontrar un empleo otros.

y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente

Tampoco se trata de consagrar una ecuación, como si joven y derrochador fueran una misma cosa.

Porque vivimos un tiempo en el que los jóvenes son tomados como uno de estos extremos: o personas improductivas y demandantes, que no asumen responsabilidad o epítomes de la creatividad, el ingenio y la innovación que deben asumir el mando del mundo.

El padre les repartió los bienes

Como parábola revelatoria se muestra un Padre tolerante y dispuesto a respetar la libertad de su hijo, otorgándole su herencia.

Quizás nos ayude a revisar nuestra imagen de Padre de nuestro Señor, quien no es simplemente un mandamás patriarcal, sino también un acompañante de nuestros sueños de libertad.

Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos

Otro rasgo de independencia que nos muestra la parábola para consolidar un retrato de persona dispuesta a llevar adelante su sueño de superación.

Una superación que asume actividades desagradables, como la de cuidar cerdos, animal impuro en un contexto judío.

Me pondré en camino adonde está mi padre

Y cuando ya no puede más soportar sus condiciones desmejoradas, salta en su memoria el recuerdo de un Padre capaz de entenderlo.

Es un recuerdo tejido en el seno de la madre, que posibilita la conversión y volver a confiar.

Es el recuerdo primordial que Jesús de Nazareth sensibiliza en su predicación y acción.

Su Padre no es ni un juez que condena, ni repudia la libertad de sus hijos, ni los abandona cuando esa libertad llega a fracasar en el desarrollo de los sueños.

Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo

Un padre capaz de persuadir el ala contraria. Al hijo que vive y usufructa la hacienda patriarcal. Y que cree se lo merece todo por ser mayor.

Pero el Padre que Jesús nos transmite tampoco es juez castigador para este sujeto. Sino alguien que intenta persuadir lo importante que es rescatar y acoger al hijo menor, humillado por el fracaso de sus sueños.

deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado

No sabemos si el hijo mayor hizo caso y en eso queda el desafío de la parábola. En retar nuestras presunciones y prejuicios, a ver si somos capaces de acoger también con misericordia a quienes se alejaron, aun con culpa, para seguir su cuestionable libertad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1508048980160167938?s=20&t=rtUxVlEkCW_ueuuflFl3GQ

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


IV domingo de Cuaresma

San Agustín Sobre San Juan trat. 34,8-9

El Señor dijo concisamente: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Con estas palabras nos mandó una cosa y nos prometió otra; hagamos lo que nos mandó, y de esta forma no desearemos de manera insolente lo que nos prometió; no sea que tenga que decirnos el día del juicio: «¿Hiciste lo que mandé, para poder pedirme ahora lo que prometí?» «¿Qué es lo que mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras». Pediste un consejo de vida. ¿De qué vida, sino de aquella de la que se dijo: En ti está la fuente de la vida.

REFLEXIÓN

Seguimiento y vida, como una igualdad o ecuación se oponen a caminar en tinieblas. Seguir es caminar en pos de Él, quien como luz de vida, alumbra al peregrino. Caminar en tinieblas es azaroso, porque se transita inseguro, incierto, con temor a tropezar o despeñarse.

 Conque hagámoslo ahora, sigamos al Señor; desatemos los pies de aquellas ataduras que nos impiden seguirle. ¿Pero quién será capaz de desatar tales nudos si no nos ayuda aquel mismo de quien se dijo: Rompiste mis cadenas?  El mismo que en otro salmo afirma: El Señor liberta a los cautivos, el Señor endereza a los que ya se doblan. ¿Y en pos de qué corren los liberados y los puestos en pie, sino de la luz de la que han oído: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en la tinieblas? Porque el Señor abre los ojos al ciego. Quedaremos iluminados, hermanos, si tenemos el colirio de la fe.

REFLEXIÓN

La peregrinación por fe, permite luz de vida, porque no es evidente que Él sea luz de vida. Solo la evidencia de la fe que es tiniebla luminosa. Se ve y no se ve. Más que ver se confía uno de quien sigue, y es  confianza no queda defraudada.

Porque fue necesaria su saliva mezclada con tierra para ungir al ciego de nacimiento. También nosotros hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que él nos ilumine. Mezcló saliva con tierra, por ello está escrito: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Mezcló saliva con tierra, pues estaba también anunciado: la verdad brota de la tierra; y él mismo había dicho: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Disfrutaremos de la verdad cuando lleguemos a verle cara a cara, pues también esto se nos promete. Porque ¿quién se atrevería a esperar lo que Dios no se hubiese dignado dar o prometer? Le veremos cara a cara. El Apóstol dice: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara.

REFLEXIÓN

La ceguera no es para siempre, sino hasta cuando lo veamos cara a cara. Ya sin fe, solo por amor de posesión, sin fatiga, ni hastío, ni aburrimiento.

 Y Juan añade: Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. Ésta es una gran promesa. Si lo amas, síguelo. «Yo lo amo –me dices–, pero ¿por qué camino lo sigo?» Si el Señor tu Dios te hubiese dicho: «Yo soy la verdad y la vida», y tú deseases la verdad, y anhelaras la vida, sin duda que hubieras preguntado por el camino para alcanzarlas, y te estaría diciendo: «Gran cosa, la verdad, gran cosa, la vida; ojalá mi alma tuviera la posibilidad de llegar hasta ellas». ¿Quieres saber por dónde? Óyele decir primero: Yo soy el camino. Antes de decirte a donde, te dijo por donde: Yo soy el camino. ¿Y a dónde lleva el camino? A la verdad y a la vida. Primero dijo por donde tenias que ir, y luego a donde. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Permaneciendo junto al Padre, es la verdad y la vida; al vestirse de carne, se hace camino.

REFLEXIÓN

La carne por Él se hace viator, viajera, conducente. La clave de corrupción anula y se transforma en compañera itinerante por el seguimiento de Jesús luz de vida. La carne de Jesús asume nuestra carne en un humanidad nueva, siempre que le sigamos por fe.

No se te dice: «Trabaja por dar con el camino, para que llegues a la verdad y a la vida»; no se te ordena esto. Perezoso ¡levántate! El mismo camino viene hacia ti y te despierta del sueño en que estabas dormido; si es que en verdad estás despierto: levántate, pues, y anda. A lo mejor estás intentando andar y no puedes porque te duelen los pies. ¿Y por qué te duelen los pies? ¿Acaso porque anduvieron por caminos tortuosos bajo los impulsos de la avaricia? Pero piensa que la Palabra de Dios sanó también a los cojos. «Tengo los pies sanos» – dices–, «pero no puedo ver el camino». Piensa que también iluminó a los ciegos.

También el cansancio de la carne en proceso de hacerse compañera de seguimiento se cansa. Él acoge esa fatiga y nos potencia, nos devuelve energía para mantenernos en el rumbo.