miércoles, 8 de junio de 2022

BEATO CARLO



 De las Homilías de Orígenes, presbítero, sobre el libro de Josué
(Homilía 4, 1: PG 12, 842-843)
 
EL PASO DEL JORDÁN

 

En el paso del río Jordán, el arca de la alianza guiaba al pueblo de Dios. Los sacerdotes y levitas que la llevaban se pararon en el Jordán, y las aguas, como en señal de reverencia a los sacerdotes que la llevaban, detuvieron su curso y se amontonaron a distancia, para que el pueblo de Dios pudiera pasar impunemente. Y no te has de admirar cuando se te narran estas hazañas relativas al pueblo antiguo, porque a ti, cristiano, que por el sacramento del bautismo has atravesado la corriente del Jordán, la palabra divina te promete cosas mucho más grandes y excelsas, pues te promete que pasarás y atravesarás los mismos aires.

 

Oye lo que dice Pablo acerca de los justos: Seremos arrebatados entre nubes al encuentro del Señor por los aires, y así estaremos siempre con el Señor. Nada, pues, ha de temer el justo, ya que toda la creación está a su servicio.

 

Oye también lo que Dios promete al justo por boca del profeta: Cuando pases por el fuego, la llama no te abrasará, porque yo soy el Señor tu Dios. Vemos, por tanto, cómo el justo tiene acceso a cualquier lugar, y cómo toda la creación se muestra servidora del mismo. Y no pienses que aquellas hazañas son meros hechos pasados y que nada tienen que ver contigo, que los escuchas ahora: en ti se realiza su místico significado. En efecto, tú, que acabas de abandonar las tinieblas de la idolatría y deseas ser instruido en la ley divina, eres como si acabaras de salir de la esclavitud de Egipto.

 

Al ser agregado al número de los catecúmenos y al comenzar a someterte a las prescripciones de la Iglesia, has atravesado el mar Rojo y, como en aquellas etapas del desierto, te dedicas cada día a escuchar la ley de Dios y a contemplar la gloria del Señor, reflejada en el rostro de Moisés. Cuando llegues a la mística fuente del bautismo y seas iniciado en los venerables y magníficos sacramentos, por obra de los sacerdotes y levitas, parados como en el Jordán, los cuales conocen aquellos sacramentos en cuanto es posible conocerlos, entonces también tú, por ministerio de los sacerdotes, atravesarás el Jordán y entrarás en la tierra prometida, en la que te recibirá Jesús, el verdadero sucesor de Moisés, y será tu guía en el nuevo camino.

 

Entonces tú, consciente de tales maravillas de Dios, viendo cómo el mar se ha abierto para ti y cómo el río ha detenido sus aguas, exclamarás: ¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros; colinas, que saltáis como corderos? Y te responderá el oráculo divino: En presencia del Señor se estremece la tierra, en presencia del Dios de Jacob; que transforma las peñas en estanques, el pedernal en manantiales de agua.

martes, 7 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

2014 Martes 10 de tiempo ordinario

1Reyes 17, 7-16



REFLEXIÓN

 La llamó y le dijo: "Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba."

El episodio de la samaritana en el evangelio de Juan, guarda semejanzas con esta narración. Allá se trata de una mujer con diferentes maridos que se suceden pero no son suyos.

En ambos relatos se plasma un protagonismo de la mujer en el plan de Dios, pero la mujer en situación de vulnerabilidad social, económica y en dignidad.

Personas elegidas como colaboradoras de los hombres de Dios que pasan por sus vidas, a lo que acceden con generosidad desproporcionada a la exclusión que sufren, en la sociedad patriarcal.

La exclusión de la mujer en el siglo XXI no ha desaparecido, aun con las manifestaciones de independencia que muchas de ellas muestran.

Lo interesante en la elección del signo por parte de la Palabra es la función de la vulnerabilidad en el proceso del Designio.

La cruz como prueba se va reflejando en diferentes modalidades de sufrimiento que son clave en la historia de la salvación para la recuperación de la dignidad de hijos de Dios.

Porque el sufrimiento asumido con fe acrisola la resistencia e impele a mejores conquistas de libertad.

Respondió Elías: "No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.

Posterga para mí tu deseo de comer y morir, junto con tu hijo.

La observación que hace Jesús en el evangelio muestra su respeto y admiración por la viejita que donaba de lo que le hacía falta para vivir.

Generosidad con el reino de la vida, que no quedará sin reconocimiento.

Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías

Entregarse generosamente al reino, como nos enseñan tantas mujeres aún en la actualidad, fundamenta la confianza en la providencia inagotable del Señor.

Salmo responsorial: 4



REFLEXIÓN

¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor

Un clamor que puede ser apropiado por tantas mujeres de diversas culturas en la actualidad.

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría / que si abundara en trigo y en vino.

El gozo de la salvación: de entender el derrotero de la historia. Porque saber dónde vamos y de qué va esto, hace la diferencia en el caminar por la vida.

Mateo 5, 13-16



REFLEXIÓN

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

Por nuestra fe somos sal para la tierra-mundo-cosmos-culturas-pueblos-sociedades.

Por la fe aportamos una credibilidad: la del Padre, que sí cumple en Jesús de Nazareth. Y nuestra credibilidad no es por imagen, sino por verdad.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa

Se trata de una fe visibilizada, no privada ni privativa. Una fe transmisible, no aislada ni refundida. Una fe que se deje sentir, y produzca hasta encandile por su luminosidad.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras

Es el objetivo definitivo y final: que se vean las buenas obras. Ellas han de convencer a la corta o a la larga. Porque en el intermedio pueden ser sometidas, por la mentalidad de la sospecha, a escrutinio tenaz.

La fe-luz debe ser lo suficientemente potente para resistir el intento de las tinieblas de oscurecer las buenas obras.

En la comunión de los santos se da una sociedad nueva construída por la colaboración con la buena obra.

En ella destacan muchas mujeres en quienes no falló su intuición para restituir su dignidad de hijas de Dios haciendo bien.

Y hacer bien no es fácil, es muy sencillo tergiversarlo, pensar mal de su intención y motivación, sobre todo en nuestra paranoica cultura de la sospecha.

Hacer el bien por amor al reino llega hasta el extremo de hacer frente a la tentación de la duda sobre la bondad del propio acto, para lo cual hay que luchar contra el naufragio de la propia obra buena, al verse uno contaminado por los motivaciones egoístas, conscientes e inconscientes.

El enemigo busca desalentarnos a seguir adelante en la obra buena. Esta es la finalidad.

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