miércoles, 31 de agosto de 2022

BEATO CARLO


 
Del Comentario de Orígenes, presbítero, sobre el evangelio de san Juan
(Tomo 10, 20: PG 14, 370-371)
 
CRISTO SE REFERÍA AL TEMPLO DE SU PROPIO CUERPO

 

Destruid este templo y yo lo levantaré en tres días.

Creo que en esta frase los judíos representan a los hombres carnales, entregados a la vida de los sentidos. Indignados al ver que Jesús había arrojado a los que con sus actos convertían la casa del Padre en lugar de negocios, pedían al Hijo de Dios, a quien ellos no reconocían, un signo con el que probara su autoridad para obrar de esta forma. El Salvador les dio entonces una respuesta en la que se refería tanto a su cuerpo como al templo sobre el que ellos preguntaban. En efecto, al decir ellos: ¿Qué señal nos das que justifique lo que haces?, Jesús responde: Destruid este templo y yo lo levantaré en tres días.

 Según mi parecer, tanto el templo como el cuerpo de Cristo pueden llamarse, con toda verdad, figura de la Iglesia, pues la Iglesia, construida de piedras vivas, edificada como templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, cimentada sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y teniendo al mismo Cristo Jesús como piedra angular, puede llamarse templo con toda razón. Por ello la Escritura afirma de los fieles: Vosotros sois cuerpo de Cristo, y sois miembros unos de otros. Por tanto, aunque el buen orden de las diversas piedras viniera a derribarse, aunque los huesos de Cristo fueran dispersados por las embestidas de la persecución, o los tormentos con que nos amenazan los perseguidores pretendieran destruir la unidad de este templo, el templo sería nuevamente reconstruido y el cuerpo resucitaría al tercer día, es decir, pasado el día del mal que se avecina y el de la consumación que lo seguirá.

 Porque llegará ciertamente un tercer día y en él nacerá un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, es decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. Por ello podemos afirmar que la resurrección de Cristo, que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo. Pues de la misma forma que el cuerpo visible de Cristo, después de crucificado y sepultado, resucitó, así también acontecerá con el cuerpo total de Cristo formado por todos sus santos: crucificado y muerto con Cristo, resucitará también como él. Cada uno de los santos dice, pues, como Pablo: Líbreme Dios de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo; por él el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Por ello de cada uno de los cristianos puede no sólo afirmarse que ha sido crucificado con Cristo para el mundo, sino también que con Cristo ha sido sepultado, pues, si por nuestro bautismo fuimos sepultados con Cristo, como dice san Pablo, con él también resucitaremos, añade, como para insinuarnos ya las arras de nuestra futura resurrección.


EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


[62] TERCERO EXERCICIO ES REPETICION DEL 1º Y 2º EXERCICIO, HACIENDO TRES COLOQUIOS.

Después de la oración preparatoria y dos preámbulos, será repetir el primero y 2 exercicio, notando y haciendo pausa en los punctos que he sentido mayor consolación o desolación o mayor sentimiento espiritual; después de lo qual haré tres coloquios de la manera que se sigue:

[63] 1º coloquio. El primer coloquio a nuestra Señora, para que me alcance gracia de su Hijo y Señor para tres cosas: la primera, para que sienta interno conoscimiento de mis peccados y aborrescimiento dellos; la 2ª, para que sienta el dessorden de mis operaciones, para que, aboresciendo, me enmiende y me ordene; la 3ª, pedir conoscimiento del mundo, para que, aboresciendo, aparte de mí las cosas mundanas y vanas; y con esto un Ave María.

2º coloquio. El segundo, otro tanto al Hijo, para que me alcance del Padre; y con esto el Anima Christi.

3º coloquio. El tercero, otro tanto al Padre, para que el mismo Señor eterno me lo conceda; y con esto un Pater noster.

REFLEXIÓN

 [62] [63] La actividad espiritual avanza hacia una relación dialogante como oración. La intermediación de María, Jesús y el Padre pone el énfasis en un diálogo de alto nivel en el que se tramitan situaciones de suma importancia para nuestra existencia espiritual. Así la repetición del material ya visto busca enfocarse en lo más pertinente que ha ido apareciendo en nuestra vivencia de oración. Ya sea por el consuelo o por el desconsuelo. Las señales van a ir apareciendo, sólo hay que estar atentos a ellas. El sosiego y la serenidad y no la crispación es el ambiente más recomendable.

[64] CUARTO EXERCICIO ES RESUMIENDO ESTE MISMO TERCERO. Dixe resumiendo, porque el entendimiento sin divagar discurra assiduamente por la reminiscencia de las cosas contempladas en los exercicios passados, y haciendo los mismos tres coloquios.

 [65] QUINTO EXERCICIO ES MEDITACION DEL INFIERNO; CONTIENE EN SI, DESPUES DE LA ORACION PREPARATORIA Y DOS PREAMBULOS, CINCO PUNTOS Y UN COLOQUIO.

Oración. La oración preparatoria sea la sólita.

1º preámbulo. El primer preámbulo composición, que es aquí ver con la vista de la imaginación la longura, anchura y profundidad del infierno.

2º preámbulo. El segundo, demandar lo que quiero: será aquí pedir interno sentimiento de la pena que padescen los dañados, para que si del amor del Señor eterno me oluidare por mis faltas, a los menos el temor de las penas me ayude para no venir en pecado.

[66] 1º puncto. El primer puncto será ver con la vista de la imaginación los grandes fuegos, y las ánimas como en cuerpos ígneos.

[67] 2º El 2º: oír con las orejas llantos, alaridos, voces, blasfemias contra Christo nuestro Señor y contra todos sus santos.

[68] 3º El 3º: oler con el olfato humo, piedra azufre, sentina y cosas pútridas.

[69] 4º El 4º: gustar con el gusto cosas amargas, así como lágrimas, tristeza y el verme de la consciencia.

[70] 5º El 5º: tocar con el tacto, es a saber, cómo los fuegos tocan y abrasan las ánimas.

[71] Coloquio. Haciendo un coloquio a Christo nuestro Señor, traer a la memoria las ánimas que están en el infierno, unas, porque no creyeron el advenimiento, otras, creyendo, no obraron según sus mandamientos, haciendo tres partes: 1ª parte. La 1ª, antes del advenimiento.

La 2ª en su vida.

La 3ª después de su vida en este mundo; y con esto darle gracias, porque no me ha dexado caer en ninguna destas, acabando mi vida. Asimismo, cómo hasta agora siempre a tenido de mí tanta piedad y misericordia, acabando con un Pater noster.

[72] Nota. El primer exercicio se hará a la media noche; el 2, luego en levantándose a la mañana; el 3, antes o después de la misa, finalmente que sea antes de comer; el 4, a la hora de vísperas; el quinto, una hora antes de cenar. Esta repetición de horas, más o menos, siempre entiendo en todas las 4 semanas, según la edad, disposición y temperatura, ayuda a la persona que se exercita, para hacer los cinco exercicios o menos.

REFLEXIÓN

[64] [65] [66] [67] [68] [69] [69] [70] [71] [72] Sin pena hay que admitirlo, no hay sensibilidad actual -excepto en ciertos bolsones culturales tradicionalistas- para admitir una realidad así planteada. No es compatible con la imagen que se quiere enfatizar de Dios: misericordioso, amoroso, padre pródigo del hijo dilapidador. Sin embargo, sería una buena dialéctica retener la consideración sobre la posible unilateralidad de nuestra concepción, que no da espacio al silencio de Dios, abandono de Dios, odio de Dios por nuestra parte, bajo nuestra responsabilidad. Casos como el de personas que en su vida viven el estigma del desamor por parte de la sociedad, fundamentado en algún prejuicio: Sida, Cáncer, Prostitución, Homosexualidad, Pedofilia, Desequilibrio mental, Miseria física, económica o moral …Nos pueden sensibilizar a la pérdida del amor y la misericordia, porque nosotros no somos Dios y en nuestras manos no está la última palabra sobre la salvación o perdición. Son palabras mayores que no ha pronunciado nunca en la historia ningún iglesia o confesión, porque ni la excomunión es la última palabra. Frente al Misterio Absoluto de Dios, toda nuestra producción es relativa, dicho sea de paso desde una afirmación relativa. Y esta oración nos podría ayudar a corregir la perspectiva.