viernes, 10 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 2 de Cuaresma

Génesis 37,3-28

3. Israel amaba a José más que a todos sus hijos,

sí, él fue para él el hijo de su vejez;

le hace una alba rayada.

4. Sus hermanos ven que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos.

Lo odian y no podían hablar con él en paz.

 

sueños de jose

 

5. José sueña un sueño y se lo cuenta a sus hermanos.

Se suman a odiarlo de nuevo.

6. Él les dijo: “Escuchen este sueño que he soñado.

7. ¡He aquí, estamos haciendo gavillas en medio del campo!

He aquí, mi gavilla crece y aun permanece.

Y he aquí, vuestras gavillas lo rodean y se inclinan ante mi gavilla. »

8. Sus hermanos le dicen: “¿Reinarás, reinarás sobre nosotros?

¿O nos gobernarás, nos gobernarás? »

Se suman a odiarlo aún por sus sueños y por sus palabras.

9. Sueña otro sueño más. Se lo cuenta a sus hermanos y dice:

“He aquí, he vuelto a soñar un sueño. Y aquí,

el sol, la luna y once estrellas se inclinan ante mí. »

10. Se lo cuenta a su padre, a sus hermanos.

Su padre lo regaña y le dice: “¿Qué es ese sueño que soñaste?

Vendremos, vendremos, yo, tu madre, tus hermanos,

postrarnos en tierra ante ti? »

11. Sus hermanos tienen celos de él, pero su padre cumple su palabra.

12. Sus hermanos van a apacentar el rebaño de su padre en Siquem.

13. Israel dijo a José: “¿Tus hermanos no pastan en Siquem?

Ve, te estoy enviando a ellos. Él le dijo: “Aquí estoy. »

14. Le dijo: “¡Vete! Mirad la paz de vuestros hermanos, y la paz de las ovejas.

Devuélveme una palabra. »

Lo envía desde el valle de Hebrón y llega a Siquem.

15. Un hombre lo encuentra y, he aquí, vaga por el campo.

El hombre le pregunta para decirle: “¿Qué estás buscando? »

16. Dijo: “¡Hermanos míos! Los investigo yo mismo;

dime dónde pastan. »

17. El hombre dice: “Se fueron de aquí.

Sí, los escuché decir: '¡Vamos a Dotan! › »

José va detrás de sus hermanos y los encuentra en Dotán.

 

Vendido por sus hermanos

 

18. Lo ven de lejos. Antes de que se les acerque

conspiran para darle muerte.

19. El hombre le dijo a su hermano: “¡Aquí está este maestro de los sueños! El viene !

20. Ahora vamos a matarlo, tirarlo en uno de los pozos. Digamos:

‹ Un animal de la desgracia se lo comió. › ¡Veamos qué pasará con sus sueños! »

21. Rubén lo escucha y lo ayuda con la mano.

Él dijo: "No le peguemos a serlo". »

22. Rubén les dijo: “¡No derramen sangre!

Échenlo en ese pozo que está en el desierto.

No le eches la mano".

para rescatarlo de su mano y devolverlo a su padre.

23. Y esto es cuando José llega a sus hermanos:

despojaron a José de su alba, el alba rayada que vestía,

24. tómalo y tíralo al pozo.

El pozo está vacío, sin agua en él.

25. Se sientan a comer el pan. Llevan sus ojos y ven:

aquí hay una caravana de Ishme'elim, viene de Gil'ad.

Sus camellos están cargados de astrágalo, bálsamo, cistus.

Van a bajar a Misraïm.

26. Yehuda dijo a sus hermanos: “¿De qué sirve matar a nuestro hermano?

¿Cubriremos su sangre?

27. ¡Vamos! Vendámoslo a los Ishme'elim.

¡Que nuestra mano no esté sobre él!

¡Sí, es nuestro hermano, nuestra carne! Sus hermanos lo escuchan.

28. Pasan hombres, Midianîm, transitarios.

Sacan y montan a Ioseph del pozo.

Venden a José a los Ismaelim por veinte piezas de plata.

Traen a José en Misraïm.



REFLEXIÓN

Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas

Algunos detalles de la historia prefiguran rasgos de Jesús de Nazareth: el amor de su Padre, el celo de los hermanos que desean matarlo, su venta a los de fuera, la capacidad soñadora o visionaria de José.

Se dice que alguien quiso liberar a los que veían sombras al fondo de la caverna de Platón, diciéndoles que eran sombras, y la realidad estaba a sus espaldas.

La reacción fue asesinarlo: muerte al libertador.

Eco o no de un mito, éste es también un eco de realidades que se viven. Porque muchos que tienen sueños de cambio, visión de realidades diferentes a las vigentes, son amenazados y liquidados, ya que atentan contra la seguridad del presente en el actual orden de cosas.

Sin embargo el Señor para el proceso de realización de su designio, que es su sueño, nos sigue convocando y nos apoya en los riesgos.

Un educador también es un visionario, pero tiene en cuenta los sueños de sus educandos, para que tengan presente los elementos que pueden viabilizar su realización.

Las resistencias que encuentra en muchos de sus aprendices es parte del proceso de aprender que los sueños también tienen un protocolo o procedimiento para llegar a ser verdad. Y esto puede impacientar y hasta irritar. En casos extremos hasta provocar violencia.

La antipatía que el Magisterio católico despierta en muchos, radica en algo así. Contraría la expectativa de los sueños de la gente, porque señala un protocolo para realizarse. No es que no acepte los sueños del mundo, sino que busca no se conviertan en pesadillas.

Éstos se llevaron a José a Egipto

Hacer la lectura de la Palabra en perspectiva, como seres temporales e históricos, permite contemplar la línea del designio del Señor, y cómo todos, aún con autonomía, convergemos en su logro salvífico.

Curiosamente Islámicos e Israelitas mantienen un debate sobre cuál es el pueblo de la promesa: si Ismael o Isaac, ambos hijos de Abraham.

En el relato intervienen los ismaelitas como medio para que José llegue a Egipto, lugar que resolverá la subsistencia de Israel y muchos pueblos, por medio de José.

El texto nos propone una Palabra de esperanza y confianza en la presencia del Señor en las diversas circunstancias históricas, que los hombre y mujeres experimentamos en conflicto.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

por delante había enviado a un hombre, / a José, vendido como esclavo

La potencialidad humana para recuperarse, crecer y lograr cosas relevantes de impacto para muchos es una lección de la historia, constante y frecuente.

Igual se da para logros positivos que para los negativos.

Nos ayuda a respetar la riqueza y dignidad de todo hombre y mujer desde su origen y diversidad, por la capacidad que podrá desplegar en el futuro.

Y aun en la discapacidad se podrá contemplar la llamada del designio del Señor a cooperar con su solidaridad y ternura.

y la palabra del Señor lo acreditó.

La esperanza del Justo consiste en la acreditación de parte del Señor. Como Jesús de Nazaret cuando fue resucitado, mostrando el Padre su carácter de justo y enviado por Él.

Mateo 21,33-43.45-46

 



REFLEXIÓN

os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos

Una amenaza que pende sobre nuestra libertad humana: ser constructores del reino que produzca frutos para el Señor o perderlo.

Es una palabra que se mantiene abierta al futuro para ir concretando el reino histórico de Jesús con aquellos que son fieles.

Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos

Más que nada una clase dirigente que se reproduce infinitamente, ocupada más bien en sus propios intereses, que en el servicio al designio.

Son los que tienen más responsabilidad por su poder de decisión social. Pero nuestra decisión individual también puede serle cómplice y perpetuarlos.

El proceder del Padre no es vengativo. Es educativo hacia una conversión de las malas obras. Se busca un pueblo que sí cuide la viña y respete al hijo, desechando el anterior. Pero a la postre como dice Pablo, el desechado también tendrá su oportunidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1634158900579647489?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA


        ANTONIA sALZANO TESTIGO DE SU HIJO APRENDE DE EL Y LO COMPARTE

 Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 4, 16, 2.5: SC 100, 564-572)
 
LA ALIANZA DEL SEÑOR

 

Moisés, en el Deuteronomio, dice al pueblo: El Señor, nuestro Dios, hizo alianza con nosotros en el Horeb; no hizo esa alianza con nuestros padres, sino con nosotros. ¿Por qué no hizo la alianza con los padres? Porque la ley no fue instituida para los justos; los padres, en efecto, eran justos y tenían escrito en su interior el contenido del decálogo, amando a Dios, su Creador, y absteniéndose de toda injusticia contra el prójimo; por esto no necesitaron la conminación de una ley escrita, ya que llevaban en su corazón los mandatos de la ley.

 Pero al caer en olvido y extinguirse la justicia y el amor de Dios, durante la permanencia en Egipto, fue necesario que Dios, por su gran benevolencia hacia los hombres, se manifestara a sí mismo de palabra.

 Con su poder sacó al pueblo de Egipto, para que el hombre volviera a ser discípulo y seguidor de Dios; y lo atemorizó con su palabra, para que no despreciara a su Hacedor.

 Lo alimentó con el maná, alimento espiritual, como dice también Moisés en el Deuteronomio: Te alimentó con el maná, que no conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo se vive de pan, sino de cuanto sale de la boca de Dios.

 Además, le ordenó el amor de Dios y la justicia para con el prójimo, para que no fuese injusto ni indigno de Dios, disponiendo así al hombre, por medio del decálogo, para su amistad y la concordia con el prójimo; todo ello en provecho del hombre, ya que Dios ninguna necesidad tiene del hombre.

 Todo esto contribuía a la gloria del hombre, otorgándole la amistad con Dios, de la que estaba privado, sin que nada añadiera a Dios, ya que él no necesita del amor del hombre.

 El hombre, en cambio, se hallaba privado de la gloria de Dios, que sólo podía obtener por la sumisión a él. Por esto Moisés decía también al pueblo: Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra.

 Y, queriendo disponer al hombre para esta vida, el Señor promulgó por sí mismo el decálogo, para todos sin distinción; y, con su venida en carne, este decálogo no fue abolido, sino que sigue en vigor, completado y aumentado. En cambio, no promulgó por sí mismo al pueblo los preceptos que implican servidumbre, sino que los promulgó por boca de Moisés, como afirma el mismo Moisés: En aquella ocasión el Señor me mandó que os enseñara, mandatos y decretos.

 Aquellos preceptos, pues, que implicaban servidumbre y tenían el carácter de signo fueron eliminados por el nuevo Testamento de libertad; en cambio, los que eran de ley natural, liberadores y comunes a todo hombre, los completó y perfeccionó, dando a los hombres, con suma liberalidad y largueza, el conocimiento de Dios como Padre adoptivo, para que lo amasen de todo corazón y siguieran al que es su Palabra sin desviarse.