domingo, 26 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 5 de Cuaresma

Ezequiel 37,12-14



REFLEXIÓN

abriré vuestros sepulcros

os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío

os traeré a la tierra de Israel

Impacta a la vivencia de la palabra de vida, la reciedumbre con la que los primeros seguidores de Jesús asumieron la Ley y Los profetas, y entendieron con el acontecimiento de su maestro, que se rejuvenecían las profecías antiguas, y tomaban carne y momento.

La apropiación que el Israel antiguo había venido haciendo del oráculo de Yavé, ésa los del camino se sintieron con Jesús en el derecho y el deber de apropiarlo también y entregarlo a quienes no habían sido originalmente miembros del pueblo elegido, como los gentiles.

Os infundiré mi espíritu

Esa energía, ese entendimiento, ese testimonio martirial creemos que vino de un Espíritu nuevo que manaba del Jesús crucificado, muerto y resucitado.

Salmo responsorial: 129



REFLEXIÓN

Desde lo hondo a ti grito, Señor

Desde lo hondo tu impulsas nuestro grito

de ti procede el perdón, / así infundes respeto

El temor de Yavé pasó de ser un miedo, a un asombro, por el misterio de amor que desarma a fuerza de amor, no de castigo.

mi alma aguarda al Señor

Con el paso del tiempo, sabemos que te acercas más y no sabemos cómo disponernos para tu llegada definitiva.

Romanos 8,8-11



REFLEXIÓN

Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios.Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros.

Más bien el sentido actual debería ser, es de suponer, que no estamos radicados en la debilidad de la carne, sino en la fortaleza del Espíritu, aunque circunstancial y eventualmente, las ataduras a la carne se manifiesten como poderosas y dominantes. Deberíamos verlas como estertores de un régimen y dominio pasados, pero cuya agonía puede durar todavía un poco.

habita en vosotros

Pero debe ser apropiado por todas las regiones del propio ser, lo cual como un proceso puede tomar su tiempo cronológico.

Juan 11,1-45



REFLEXIÓN

"Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella."

Vivimos de la esperanza que toda dolencia sea la puerta de entrada a la manifestación de la gloria de Dios.

aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.

La fe de Marta con lo grande que es, no está preparada para un horizonte de vida nueva, diferente a la revivificación de su hermano Lázaro.

Es un horizonte, además cultural, que los milagros de Jesús no habían roto para prepararse a una realidad mayor y definitiva de vida.

¿Crees esto?"

Que no se trata de creer en el último día para la resurrección, sino de una inmediata resurrección fundamentada en la fe en Jesús.

Se trata de un enfoque que nos viene a través de Juan y responde quizás a la necesidad de fortalecer a los cristianos, para quienes el último día con la vuelta de Jesús, iba tardando demasiado.

Es el legado del último evangelio, susurrarnos con la inspiración del Espíritu de Jesús resucitado, que nuestra fe ya, aquí y ahora nos resucita para la vida nueva.

Esta convicción nos potencia durante la vida vieja de la carne corrupta, a sorber con grandes tragos el elíxir de vida plena, cuyas señales se dejan sentir en los hitos de felicidad y realización personal y fraternal del ágape.

Jesús, [viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban,] sollozó y, muy conmovido

Aprendió el Señor a entendernos en aquel duelo que aun cuando se nos anuncie la vida plena, la pérdida de alguien querido nos afecta y conmociona en nuestra carne, y también entristece y contamina nuestro espíritu.

Jesús aprende así el dolor humano por la pérdida del amado y amada.

"¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?"

Para enfatizar el mensaje del ahora, era importante que se acumulara la percepción de la imposibilidad de hacer algo por Lázaro, quien ya estaba descomponiéndose.

"Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado."

Pero en otro momento constatará que ni aun así creen.

el muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: "Desatadlo y dejadlo andar."

Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Pero otros no. Hiciera lo que hiciese no creerían nunca.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1639969833688154114?s=20

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Ezequiel 37,12-14

Una visión para el pueblo que regresa del exilio con algo de esperanza y de abatimiento, que en el judaísmo siguiente alimentará la concepción de la resurrección personal.

Salmo responsorial: 129

En el lamento y declaración de culpa se espera encontrar la misericordia del Señor que perdona

Romanos 8,8-11

La visión del Espíritu que habita según Pablo sería en la comunidad eclesial, pero ha de extenderse a los individuos participantes como en red.

Los verdaderos participantes en el espíritu de Cristo viven empoderados por él.

Juan 11,1-45

Servir a la Gloria, es servir para la muerte que lo llevará a la Gloria, porque desencadenará su pasión y muerte y resurrección. Jesús en posesión de la secuencia de hechos por venir, como quien sabe lo que hace.

Es la oportunidad para que Jesús catequice la fe tradicional de Marta, encomiable, con un crecimiento en admitir que él Jesús es para el que cree en él la vida nueva, aunque haya muerto. No más sheol.

Puntada final ya con Lázaro por resurgir, urgiendo a creer lo más radical y definitivo del evangelio de vida: ver en él la Gloria de Dios actuando la vivificación de Lázaro.

Queda pendiente la tarea de creer la vida plena en Jesús, fuente de vida, cuando haya resucitado  y con él llegue el último día

 

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

DESDE CUALQUIER PUNTO DE VISTA QUE LO MIRES LA VIDA ES SIEMPRE FANTÁSTICA

San Atanasio Carta 14, 1-2

El Verbo, que por nosotros quiso serlo todo, nuestro Señor Jesucristo, está cerca de nosotros, ya que él prometió que estaría continuamente a nuestro lado. Dijo en efecto: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Y, del mismo modo que es a la vez pastor, sumo sacerdote, camino y puerta, ya que por nosotros quiso serlo todo, así también se nos ha revelado como fiesta y solemnidad, según aquellas palabras del Apóstol: Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo; puesto que su persona era la Pascua esperada.

REFLEXIÓN

La base de nuestra expectativa esperanzada por la cercanía de Jesús, es su promesa de estar a nuestro lado hasta el fin del mundo. Él que a su vez creyó en la promesa de los Padres de Israel, y en ellos del propio Dios Padre, quien ha venido prometiendo durante toda la historia de salvación.

Desde esta perspectiva, cobran un nuevo sentido aquellas palabras del salmista: Tú eres mi júbilo: me libras de los males que me rodean. En esto consiste el verdadero júbilo pascual, la genuina celebración de la gran solemnidad, en vernos libres de nuestros males; para llegar a ello, tenemos que esforzarnos en reformar nuestra conducta y en meditar asiduamente, en la quietud del temor de Dios.

REFLEXIÓN

El júbilo es gratuito, pero recaba un reconocimiento y elIcita un comportamiento congruo, proporcionado. No andan igual quienes esperan jubilosos que quienes viven sin esperanza. Por eso nuestro júbilo entraña una condescendencia con el desesperado o la desesperada, para intentar compartir nuestro júbilo pascual.

Así también los santos, mientras vivían en este mundo, estaban siempre alegres, como siempre estuvieran celebrando fiesta; uno de ellos, el bienaventurado salmista, se levantaba de noche, no una sola vez, sino siete, para hacerse propicio a Dios con sus plegarias. Otro, el insigne Moisés, expresaba en himnos y cantos de alabanza su alegría por la victoria obtenida sobre el Faraón y los demás que habían oprimido a los hebreos con duros trabajos. Otros, finalmente, vivían entregados con alegría al culto divino, como el gran Samuel y el bienaventurado Elías; ellos, gracias a sus piadosas costumbres, alcanzaron la libertad, y ahora celebran en el cielo la fiesta eterna, se alegran de su antigua peregrinación, realizada en medio de tinieblas, y contemplan ya la verdad que antes sólo habían vislumbrado. Nosotros, que nos preparamos para la gran solemnidad, ¿qué camino hemos de seguir? Y, al acercarnos a aquella fiesta, ¿a quién hemos de tomar por guía? No a otro, amados hermanos, y en esto estaremos de acuerdo vosotros y yo, no a otro, fuera de nuestro Señor Jesucristo, el cual dice: Yo soy el camino. Él es, como dice san Juan, el que quita el pecado del mundo; él es quien purifica nuestras almas, como dice en cierto lugar el profeta Jeremías: Paraos en los caminos a mirar, preguntad: «¿Cuál es el buen camino?»; seguidlo, y hallaréis reposo para vuestras almas. En otro tiempo, la sangre de los machos cabríos y la ceniza de la ternera esparcida sobre los impuros podía sólo santificar con miras a una pureza legal externa; mas ahora, por la gracia del Verbo de Dios, obtenemos una limpieza total; y así en seguida formaremos parte de su escolta y podremos ya desde ahora como situados en el vestíbulo de la Jerusalén celestial, preludiar aquella fiesta eterna; como los santos apóstoles, que siguieron al Salvador como a su guía, y por esto eran, y continúan siendo hoy, los maestros de este favor divino; ellos decían, en efecto: Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. También nosotros nos esforzamos por seguir al Señor no sólo con palabras, sino también con obras.