martes, 4 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Martes 13 de tiempo ordinario

Año Impar

Génesis 19,15-29



REFLEXIÓN

Y, como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad. Una vez fuera, le dijeron: "Ponte a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer.

" yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí la vida.

Es una posibilidad que el seísmo destructor fuera el estallido de un volcán, ante cuya furia devastadora sólo algunos que evacúan pueden salvarse.

El personaje Lot y su familia son objeto del cuidado y protección que confiere el perdón por parte del Señor.

No obstante en medio del proceso pueden darse todavía las infidelidades, que nos estancan o inmovilizan.

Eso nos recuerda la mujer de Lot convertida en estatua de sal, o alcanzada por la lava.

Nuestra historia de salvación es una construcción entre las oportunidades que nos brinda el Señor y nuestras decisiones que las aprovechan o no.

En la historia personal de salvación Dios da a sentir que quiere lo dejemos hacer de nuestra parte, le permitamos intervenir, lo autoricemos transformarnos y a la creación, con actitud paciente, confiada, enfocada en el cada día, resistiendo al enemigo de esta protección que nos desea fuera de este cerco, para impedir la unión.

La madre del cielo es un paradigma de unión en medio de la complejidad de la vida ordinaria. Ella escucha frecuentemente como una mantra “el Señor está contigo”.

Salmo responsorial: 25



REFLEXIÓN

sondea mis entrañas y mi corazón

A pesar de nuestro miedo el Señor nos lleva de prueba en prueba, hasta hacernos crecer en su unión.

que en su izquierda llevan infamias, / y su derecha está llena de sobornos.

Yo, en cambio, camino en la integridad;

Una lección histórica actual es que los bandos de diferente signo ideológico, a pesar de su discurso puritano también muestran corrupción en sus militantes.

Por eso la integridad no es asunto de claridad cognitiva para establecer un diagnóstico y lanzar una denuncia, sino más bien una revolución estimativa, valorativa, un logro de la congruencia del discurso y la praxis.                                                            

Mateo 8,23-27



REFLEXIÓN

se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.

Una confianza a prueba de tormentas. Para pensarlo en el insomnio de las noches, cuando las preocupaciones y miedos atenazan.

La confianza es un bien donado para ser conquistado, asumido. Hasta que descienda a los profundos lugares inconscientes de donde salen los miedos y cobardías que nos empujan a claudicar.

"¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" Él les dijo: "¡Cobardes! ¡Qué poca fe!"

Aceptar que sí lo somos, para comprometerlo a actuar su confianza en nuestra poquedad.

Ellos se preguntaban admirados: "¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!"

Ojalá la resonancia que recoge el evangelista de la fama de Jesús entre sus contemporáneos, nos alcanzara para despertar y avivar nuestra confianza en su presencia en medio de nosotros. Esa fue su intención al escribir un evangelio.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1676182462710398977?s=20

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Zoar es la pequeña, una huella más en el itinerario que deja conocer Dios cuando actúa la salvación en sentido complejo. De lo pequeño hace bendición, refugio, presencia. Y en lo pequeño se da el lugar preciso de su Gloria.

Salmo responsorial: 25

Yo no camino en la integridad viva, aunque sea ortodoxa, porque me encuentro cada día necesitado de la misericordia y compasión por mi debilidad, y pequeñez. Esta me permite aguardar en esperanza la intevención de su Espíritu.

Mateo 8,23-27

Somos cobardes poque nuestra pequeñez en la fe, no alcanza a mantenernos calmos en la tempestad. La pequeñez no es la que debe cambiar, sino hacer conciencia que la fortaleza es la presencia dinámica de Jesús, si nuestra fe lo deja hacer.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

SER CRISTIANO PARA MI SIGNIFICA OBSERVAR EL MUNDO Y LLEVAR MI ALEGRÍA Y MI FUERZA A LOS DEMÁS

San Agustín Sermón 47, sobre las ovejas 12-14

Si de algo podemos preciarnos es del testimonio de nuestra conciencia. Hay hombres que juzgan temerariamente, que son detractores, chismosos, murmuradores, que se empeñan en sospechar lo que no ven, que se empeñan incluso en pregonar lo que ni sospechan; contra esos tales, ¿qué recurso queda sino el testimonio de nuestra conciencia? Y ni aun en aquellos a los que buscamos agradar, hermanos, buscamos nuestra propia gloria, o al menos no debemos buscarla, sino más bien su salvación, de modo que, siguiendo nuestro ejemplo, si es que nos comportamos rectamente, no se desvíen. Que sean imitadores nuestros, si nosotros lo somos de Cristo; y, si nosotros no somos imitadores de Cristo que tomen al mismo Cristo por modelo. Él es, en efecto, quien apacienta su rebaño, él es el único pastor que lo apacienta por medio de los demás buenos pastores, que lo hacen por delegación suya. Por tanto, cuando buscamos agradar a los hombres, no buscamos nuestro propio provecho, sino el gozo de los demás, y nosotros nos gozamos de que les agrade lo que es bueno, por el provecho que a ellos les reporta, no por el honor que ello nos reporta a nosotros. Está bien claro contra quiénes dijo el Apóstol: Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Como también está claro a quiénes se refería al decir: Procurad contentar en todo a todos, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos. Ambas afirmaciones son límpidas, claras y transparentes. Tú limítate a pacer y beber, sin pisotear ni enturbiar. Conocemos también aquellas palabras del Señor Jesucristo, maestro de los apóstoles: Alumbre vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo, esto es, al que os ha hecho tales. Nosotros somos su pueblo, el rebano que él guía. Por lo tanto, él ha de ser alabado, ya que él es de quien procede la bondad que pueda haber en ti, y no tú, ya que de ti mismo no puede proceder más que mal dad. Sería contradecir a la verdad si quisieras ser tú alabado cuando haces algo bueno, y que el Señor fuera vituperado cuando haces algo malo.

REFLEXIÓN

Nuestro individualismo, proverbial del occidente desde el Renacimiento, acrecentado desde el existencialismo y en la actual mentalidad de redes sociales, nos lleva a fundamentarnos exclusivamente en el testimonio, supuestamente depurado de nuestra conciencia, caiga sin caiga contra nosotros. Nos hemos quedado con una parte que es el ojo de agua del totalitarismo y el dogmatismo, el fundamentalismo y todo tipo de extremismos autoritarios. El desprecio por la oposición y por los demás. Sin embargo se alzan ya en el horizonte las huestes contrarias: el daño a los demás, la afectación de los más débiles, la piedra de tropiezo del mal ejemplo.