domingo, 30 de julio de 2023

PALABRA COMENTADA

 DOMINGO 17 DE TIEMPO ORDINARIO CICLO A 

1Reyes 3,5.7-12 



REFLEXIÓN 

pediste discernimiento para escuchar y gobernar 

Si el valor ha sido el discernir para hacer el bien auténtico, no hay que extrañarse tanto de no vivir en la riqueza, ya que, a pesar de la limitación, no es la prioridad. 

te doy un corazón sabio e inteligente 

Como el que muestran Jesús y su madre María, dedicados a la voluntad del Padre. 

Un estilo que usa la sabiduría integral de corazón y mente para buscar y hacer el bien mayor a la creación como seguidores del Padre Madre. 

Salmo responsorial: 118 




REFLEXIÓN 

la explicación de tus palabras ilumina, / da inteligencia a los ignorantes. 

Va siendo la resultante del proceso de escucha paciente y sostenido, en actitud de aprendiz. 

Romanos 8,28-30 




REFLEXIÓN 

los que aman a Dios todo les sirve para el bien 

Vivimos en esa espera: del bien que sale del menos bien.  

La regeneración, la recuperación, la sanación, la conversión, la curación, la salvación.  

Todo lo que significa nacer de las cenizas, recuperarse del fracaso, triunfar del descalabro, levantarse del sueño de la muerte y experimentar en ello la gloria de Dios. Porque la gloria de Dios es nuestra propia gloria. 

A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó 

Su proyecto es universal. No hay quien no haya sido invitado. Otra cosa es que no aproveche la oportunidad. 

Mateo 13,44-52 



REFLEXIÓN 

se parece a un tesoro escondido en el campo 

va a vender todo lo que tiene y compra el campo 

al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra 

El reino se parece a una inversión para ganar más.  

El problema no estará entonces en ganar, sino en qué pretendes ganar más.  

El objeto de la ambición, que como tal es un mecanismo de avance y progreso humano. 

Y lo que se mira extraño es que tengamos esa energía y audacia para invertir en valores perecederos, y no entendamos en invertir más bien en un valor eterno. En lo que perdura: el amor y sabiduría que hace justicia. 

un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo 

Lo nuevo es echar la red para que caiga de todo: un proyecto de llamamiento universal.  

Lo antiguo es que se sigue anunciando un juicio que discrimina entre lo bueno y lo malo.  

De todo puede entrar en el reino, pero permanecer hasta el fin es otra cosa. 

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1Reyes 3,5.7-12  

La ingobernabilidad es un síntoma de malestar y crisis en las sociedades humanas actuales y mucho da que pensar en políticos que no son dóciles sino prepotentes, y no disciernen sino que deciden arbitrariamente, según los propios personales intereses 

Salmo responsorial: 118  

Jesús hizo frente a la tentación optando por la Palabra que sale de la boca de Dios, cuando tuvo hambre, en vez del pan físico. Si los dirigentes no lo hacen, cómo lo preferirá el pueblo, en vez de la corrupción clientelista? 

Romanos 8,28-30  

Es la predestinación global a todos los cristianos seguidores del camino de Jesús, sin distinción. Los llamados. Es el plan global de salvación, la intención permanente desde siempre. Es la oferta, la propuesta, la promesa, la antigua y nueva alianza. Nadie está exluído. Pero como proceso histórico no es automático sino por fases que involucran libre aceptación:predestinación, llamamiento, justificación y glorificación. 

Mateo 13,44-52  

Si no se está dispuesto a darlo todo, no es el tesoro que cambia la vida. No es el sentido de vida que la llena de gozo y realización. No es tampoco algo que se da en automático y con seguridad de una vez por todas. Esta realización es una probadita, una untada, un incentivo. Mientras se viva significará, como el pescador y la red con peces de todo tipo, un discernimiento de lo que ayuda y lo que no ayuda. Tanto cuanto. Hasta el fin hay que escrutar. 

 

BEATO CARLO

 



Domingo, XVII semana
San Juan Crisóstomo Homilías sobre la II Corintios 14,1-2

Nuevamente vuelve Pablo a hablar de la caridad, para atemperar la aspereza de su reprensión. Pues, después que los ha reprendido y les ha echado en cara que no lo aman como él los ama, sino que, separándose de su amor, se han juntado a otros hombres perniciosos, por segunda vez, suaviza la dureza de su reprensión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, esto es: «Amadnos». El favor que pide no es en manera alguna gravoso, y es un favor de más provecho para el que lo da que para el que lo recibe. Y no dice: «Amadnos», sino: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, expresión que incluye un matiz de compasión. «¿Quién –dice– nos ha echado fuera de vuestra mente? ¿Quién nos ha arrojado de ella? ¿Cuál es la causa de que nos sintamos al estrecho entre vosotros?» Antes había dicho: Vosotros estáis encogidos por dentro, y ahora aclara el sentido de esta expresión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, añadiendo este nuevo motivo para atraérselos. Nada hay, en efecto, que mueva tanto a amar como el pensamiento, por parte de la persona amada, de que aquel que la ama desea en gran manera verse correspondido.

REFLEXIÓN

La correspondencia radica en la matriz maternal que nutre el neonato, amamantando o nutriendo, porque su gesto de amor primo activa miríadas de asociaciones que se centran en la aceptación, la seguridad, y la espera de reciprocidad. Es ella la que junto con los cuidadores de primer momento enseñan a corresponder. Y así el humano sabe desde pronto que amar es interrelación.

Ya os tengo dicho –añade– que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus desprecios, desea morir y vivir con ellos. «Porque os llevamos en el corazón, mas no de cualquier modo, sino del modo dicho». Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehuya el peligro; no es éste nuestro caso. Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? «De los que vosotros me proporcionáis: porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras». Esto es propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y rebosando de alegría. Es como si dijera: «Me habéis proporcionado una gran tristeza, pero me habéis proporcionado también una gran satisfacción y consuelo, ya que no sólo habéis quitado la causa de mi tristeza, sino que además me habéis llenado de una alegría mayor aún». Y, a continuación, explica cuán grande sea esta alegría, cuando, después que ha dicho: Me siento rebosando de alegría, añade también: En toda esta lucha. «Tan grande –dice– es el placer que me habéis dado, que ni estas tan graves tribulaciones han podido oscurecerlo, sino que su grandeza exuberante ha superado todos los pesares que nos invadían y ha hecho que ni los sintiéramos».

REFLEXIÓN

Y el reconocimiento a los cuidadores, en su diversidad histórica, y en el tiempo de vida, alienta a mayores entregas, que olvidan todo distanciamiento, malentendido, ofensa o rechazo. Un apóstol ama, ciertamente contando con que le amen de vuelta, pero más allá aún, aunque no le amen .