lunes, 18 de septiembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Lunes, XXIV semana
San Agustín Sermón sobre los pastores 46,3-4

Oigamos, pues, lo que la palabra divina, sin halagos para nadie, dice a los pastores que se apacientan a sí mismos en vez de apacentar a las ovejas: Os coméis su enjundia, os vestís con su lana; matáis las más gordas y, las ovejas, no las apacentáis. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas; no recogéis a las descarriadas, ni buscáis las perdidas, y maltratáis brutalmente a las fuertes. Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del campo. Se acusa a los pastores que se apacientan a sí mismos en vez de a las ovejas, por lo que buscan y lo que descuidan. ¿Qué es lo que buscan? Os coméis su enjundia, os vestís con su lana. Pero por qué dice el Apóstol: ¿Quién planta una viña, y no come de su fruto? ¿Qué pastor no se alimenta de la leche del rebaño? Palabras en las que vemos que se llama leche del rebaño a lo que el pueblo de Dios da a sus responsables para su sustento temporal. De eso hablaba el Apóstol cuando decía lo que acabamos de referir. Ya que el Apóstol, aunque había preferido vivir del trabajo de sus manos y no exigir de las ovejas ni siquiera su leche, sin embargo, afirmó su derecho a percibir aquella leche, pues el Señor había dispuesto que los que anuncian el Evangelio vivan de él. Y, por eso, dice que otros de sus compañeros de apostolado habían hecho uso de aquella  facultad, no usurpada sino concedida. Pero él fue más allá y no quiso recibir siquiera lo que se le debía. Renunció, por tanto, a su derecho, pero no por eso los otros exigieron algo indebido: simplemente, fue más allá.

REFLEXIÓN

Cuando un testimonio de vida se hace un modelo, los que no alcanzan a serlo, aunque trabajen bien, son comparados por lo que dejan de hacer, no por lo que hacen. Una crítica que mide por el mismo rasero a todos, se apodera de la opinión común. El colectivismo mental está agazapado en cualquiera, y no permite la unidad en la diferencia. Pero el evangelio nos habla de diferencias, aun como buena tierra.


domingo, 17 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

24º domingo de tiempo ordinario

Eclesiástico 27,33-28,9



REFLEXIÓN

El furor y la cólera son odiosos; el pecador los posee

En la cultura globalizada actual sin embargo son emociones apreciadas. Están a la base de las protestas de los activistas. Se vienen dando muestras intensas de ellas por todas partes. Una primera ojeada parece retener la impaciencia: la gente está harta de ser victimizada por los gobiernos, por las autoridades de todo tipo, por el secreto impuesto durante generaciones, por el crimen y la violencia, por las exclusiones de diferente tipo.

Este fenómeno parece desmentir la eficacia del perdón, tolerancia, aceptación de las negatividades. Es como si los cristianos y antiguos cristianos hubieran tomado un extracto del pensamiento nitzcheano, y sintieron vergüenza de ser sufridos y pacíficos, porque eso no ha sido eficaz para erradicar el mal y el sufrimiento.

Es como una onda amplia de desesperanza que va contagiando personas y regiones. Un clamor desbordado e irritado. Un imperativo casi impuesto con exigencia, que parece haber contaminado el clamor de los pobres, reconocido en 1968 por los documentos de Medellín inspirados en el libro del Éxodo.

Será que en ese clamor global que parece voz del Espíritu, se puede colar también el mal espíritu de la decepción y la desesperanza?

Como sí más importante que aguardar una solución justa, sea desahogar el malestar, aunque el problema subsista.

Del vengativo se vengará el Señor y llevará estrecha cuenta de sus culpas

Porque es un círculo infernal del que no se puede casi salir.

Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.

El paradigma de oración de Jesús recoge un tema sapiencial del perdón.

No tiene compasión de su semejante, ¿y pide perdón de sus pecados?

Recuerda los mandamientos, y no te enojes con tu prójimo; la alianza del Señor, y perdona el error.


Salmo responsorial: 102



REFLEXIÓN

y no olvides su beneficios

Él perdona todas tus culpas

No está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo

Reconocer ante el Señor nuestra actitud intolerante en ocasiones, y persistir en nuestra murmuración y atribución de bajas motivaciones a otros.

Romanos 14,7-9



REFLEXIÓN

en la vida y en la muerte somos del Señor

Ir cayendo en cuenta de esta posesión y pertenencia. Es como nuestro ecosistema en el que encontramos el calor, la humedad, la energía, el oxígeno para crecer.


Mateo 18,21-35



REFLEXIÓN

"No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Jesús rompe frecuentemente desde la perspectiva del Reino nuestros puntos éticos de referencia. Nuestros paradigmas y modelos lo encontramos en él: perdón sin agotamiento hasta el último suspiro. Aunque otros grupos hayan dado orientaciones, él los supera a todos en radicalidad, pero en la entrega, la fraternidad.

¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"

Parece que se dan casos límite, en los que humanamente no es posible salir de la duda sobre si hay que seguir perdonando porque se sospecha una insinceridad. El perdón es fruto del discernimiento y del ágape, no una terapia sicológica.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.

Perdonar de corazón a los hermanos que me agravian o parecen agraviarme.Allí donde se conjuga el amor de ágape fraterno, por el reino de Dios, y el distanciamiento humilde de mi propio interés y autojustificación, pero no del legítimo amor a mi propia dignidad e integridad. El perdón no puede ser parte de mi autoaniquilación.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1703370582920679446?s=20

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Eclesiástico 27,33-28,9

Importa mucho el control del rencor para no incurrir en venganza y no guardar los mandamientos de amor al prójimo

Salmo responsorial: 102

Si Dios no guarda rencor perpetuo, quiénes somos nosotros para hacerlo?

Romanos 14,7-9

Vivir y hacer todo en Cristo equivale a respirar su soberanía en todos los ámbitos de mi existencia, sin excluir ninguno. Somos de Él, tenemos que actuar desde Él, por tanto debemos perdonar siempre.

Mateo 18,21-35

Jesús revierte la venganza Gn4,24 24"Si siete veces es vengado Caín, Entonces Lamec lo será setenta veces siete." en los mismos términos. Además, entra en la oración que nos legó con la parábola que sitúa al Dueño que renuncia a su derecho y se compadece, frente al no dueño perdonado, que usufructa un derecho incomparablemente menor para no perdonar. Es una mezquindad que nos revienta cada vez que oramos el Padre Nuestro.