viernes, 27 de octubre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Viernes, XXIX semana
San Agustín Ciudad de Dios 10,6

Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa sociedad, es decir, toda obra relacionada con aquel supremo bien, mediante el cual llegamos a la verdadera felicidad. Por ello, incluso la misma misericordia que nos mueve a socorrer al hermano, si no se hace por Dios, no puede llamarse sacrificio. Porque, aun siendo el hombre quien hace o quien ofrece el Sacrificio éste, sin embargo, es una acción divina, como nos lo indica la misma palabra con la cual llamaban los antiguos latinos a esta acción. Por ello, puede afirmarse que incluso el hombre es verdadero sacrificio cuando está consagrado a Dios por el bautismo y está dedicado al Señor, ya que entonces muere al mundo y vive para Dios. Esto, en efecto, forma parte de aquella misericordia que cada cual debe tener para consigo mismo, según está escrito: Ten compasión de tu alma agradando a Dios.

REFLEXIÓN

Llamar sacrificio al que exclusivamente se hace por Dios, parece hoy en dia una herejía contra el valor del ser humano, quien se dice merecer necesariamente la pena del denodado esfuerzo de todo humano, para ser amado por sí mismo. Se dice que Ireneo propone la gloria de Dios en el hombre que puede vivir. Es decir, no dicotomiza entre uno y otro, porque parece que quien dice hombre o mujer, dice Dios. Sin embargo, hemos de hacer un énfasis sin descansar: el humano o humana endiosado es el que participa de la vida nueva en Jesús muerto y resucitado. La humanidad nueva que amaneció en Cristo Jesús. Si el sacrificio por el hombre y amarlo es por él como hijos del Dios viviente, no habría que dividirse. Mas sabemos que en el nombre de Dios se exorciza todo mal e impura motivación, y se ama mejor.

jueves, 26 de octubre de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 29 de tiempo ordinario

Año Impar

Romanos 6,19-23



REFLEXIÓN

¿Qué frutos dabais entonces?

Frutos de los que ahora os avergonáis, porque acaban en la muerte

Habrá algo de esto en un espíritu de los tiempos que muestra desdicha, enfocado más en lo que apabulla, en lo que falta, en lo que entristece y angustia, que en lo construido. En una especie de desolación colectiva?

Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro

Sin embargo son innumerables los casos ,que no se destacan mediáticamente, de gente entregada a otros para ayudarlos, colaborarles, y amarlos no sólo de palabra.

Salmo responsorial: 1



REFLEXIÓN

sino que su gozo es la ley del Señor,

Ley como palabra, más que una norma. Un Alguien que revela un orden y un misión disponibles al espíritu humano para una construcción colaborativa.

da fruto en su sazón

con la madurez del tiempo muchas cosas llegan a la perfección posible, dadas sus circunstancias.

Una perfección asimétrica y proporcional como las diferentes clases de tierra y talentos que expone el evangelio como Palabra de Jesús de Nazareth.

Lucas 12,49-53



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra."

No se trata de una imagen clásica de Jesús, en cuanto que ésta da cuenta de división, no de unión, con el ejemplo de una familia de cinco miembros y dividida.

La causa de Jesús, es para uno que se sumerge en ella, fuego, bautismo.

Qué tiene el fuego? Transforma por combustión, no sin antes arruinar.

Qué tiene el bautismo de inmersión? Transforma por lavado, no sin antes ahogar.

No se puede contar con un lecho de rosas, ni una comprensión o aceptación generalizada en un mundo globalizado.

No brinda la paz de la quietud donde todo esté junto. Se desvirtúa así la Pax Romana.

No por lo menos mientras estamos en proceso de evangelizar, lo cual es mientras vivamos en este mundo.

Dar frutos de gracia y vida, no asegura una paz definitiva, sino que engendra también división, hasta de los más cercanos.

Porque la experiencia vivida de Jesús no transcurre como un domingo de ramos, sino que se aboca a un viernes santo con esperanza de un domingo de resurrección.

Un hombre que pasó haciendo el bien, y a quien multitudes lo seguían para saciar el hambre y curar sus enfermedades, no pudo sustraerse de la conspiración del poder que acobardó a los seguidores.

Abrir bien los ojos es necesario al evangelizador para que nos sorprenda de los giros de oposición que encontrará, incluso entre sus más allegados.

En el fondo la familia del Padre es un medio de contraste, sobre el que se discierne toda otra familiaridad.

Por eso cabe la posibilidad de división dentro de la familia de carne y sangre.

Jesús lo vivió en carne propia, cuando hizo valer por encima de los lazos familiares buenos, el designio del Padre al que estaba uncido.

Es la prueba o bautismo de toda fe: una fidelidad testimoniada en la coyuntura histórica precisa, más al Padre que a cualquier otro designio, por más armonía familiar que signifique.

Este testimonio es doloroso. Rasga los vínculos más entrañables del ser humano, pero también falseados e ilusos.

Pero no se puede detener porque quema desde dentro y debe ser propagado.

Trae división, pero en Juan pide que sean uno el Padre y él. División en la unión del mundo y unión en la familia del cielo. Aun lo más apreciado –la familia humana -se trasciende.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1717492578164134025?s=20

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Romanos 6,19-23

Se nos insta a la guerra contra la esclavitud del pecado, en sus frutos de desorden y caos de la dignidad de los hijos, para arribar a la santidad propia de los que se hacen esclavos de la voluntad de Dios.

Salmo responsorial: 1

La imagen de la paz del árbol plantado junto al río, que no experimenta detrimento, es la imagen de la paz permanente en aquél que se mantiene adherido a la voluntad de Dios.

Lucas 12,49-53

La guerra de Jesús es para traer paz, que al contrario contra cualquier otra promesa no será corruptible sino siempre nueva y perdurable. Los imperios se inventan guerras para unificar su poder político en torno a una causa, y la historia de todos los tiempos da ejemplos abundantes. Hoy por ejemplo está la droga, el terrorismo, la divesidad, el machismo, el totalitarismo, la pobreza, el cambio climático ...sin solución de continuidad. La causa del Reino de Dios que hay que buscar primero, traerá lo otro por añadidura.