Jueves 29 de tiempo ordinario
Año Impar
Romanos 6,19-23
REFLEXIÓN
¿Qué frutos dabais entonces?
Frutos de los que ahora os avergonáis, porque acaban en la muerte
Habrá algo de esto en un espíritu de los tiempos que muestra desdicha, enfocado más en lo que apabulla, en lo que falta, en lo que entristece y angustia, que en lo construido. En una especie de desolación colectiva?
Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro
Sin embargo son innumerables los casos ,que no se destacan mediáticamente, de gente entregada a otros para ayudarlos, colaborarles, y amarlos no sólo de palabra.
Salmo responsorial: 1
REFLEXIÓN
sino que su gozo es la ley del Señor,
Ley como palabra, más que una norma. Un Alguien que revela un orden y un misión disponibles al espíritu humano para una construcción colaborativa.
da fruto en su sazón
con la madurez del tiempo muchas cosas llegan a la perfección posible, dadas sus circunstancias.
Una perfección asimétrica y proporcional como las diferentes clases de tierra y talentos que expone el evangelio como Palabra de Jesús de Nazareth.
Lucas 12,49-53
REFLEXIÓN
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra."
No se trata de una imagen clásica de Jesús, en cuanto que ésta da cuenta de división, no de unión, con el ejemplo de una familia de cinco miembros y dividida.
La causa de Jesús, es para uno que se sumerge en ella, fuego, bautismo.
Qué tiene el fuego? Transforma por combustión, no sin antes arruinar.
Qué tiene el bautismo de inmersión? Transforma por lavado, no sin antes ahogar.
No se puede contar con un lecho de rosas, ni una comprensión o aceptación generalizada en un mundo globalizado.
No brinda la paz de la quietud donde todo esté junto. Se desvirtúa así la Pax Romana.
No por lo menos mientras estamos en proceso de evangelizar, lo cual es mientras vivamos en este mundo.
Dar frutos de gracia y vida, no asegura una paz definitiva, sino que engendra también división, hasta de los más cercanos.
Porque la experiencia vivida de Jesús no transcurre como un domingo de ramos, sino que se aboca a un viernes santo con esperanza de un domingo de resurrección.
Un hombre que pasó haciendo el bien, y a quien multitudes lo seguían para saciar el hambre y curar sus enfermedades, no pudo sustraerse de la conspiración del poder que acobardó a los seguidores.
Abrir bien los ojos es necesario al evangelizador para que nos sorprenda de los giros de oposición que encontrará, incluso entre sus más allegados.
En el fondo la familia del Padre es un medio de contraste, sobre el que se discierne toda otra familiaridad.
Por eso cabe la posibilidad de división dentro de la familia de carne y sangre.
Jesús lo vivió en carne propia, cuando hizo valer por encima de los lazos familiares buenos, el designio del Padre al que estaba uncido.
Es la prueba o bautismo de toda fe: una fidelidad testimoniada en la coyuntura histórica precisa, más al Padre que a cualquier otro designio, por más armonía familiar que signifique.
Este testimonio es doloroso. Rasga los vínculos más entrañables del ser humano, pero también falseados e ilusos.
Pero no se puede detener porque quema desde dentro y debe ser propagado.
Trae división, pero en Juan pide que sean uno el Padre y él. División en la unión del mundo y unión en la familia del cielo. Aun lo más apreciado –la familia humana -se trasciende.
https://x.com/motivaciondehoy/status/1717492578164134025?s=20
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Romanos 6,19-23
Se nos insta a la guerra contra la esclavitud del pecado, en sus frutos de desorden y caos de la dignidad de los hijos, para arribar a la santidad propia de los que se hacen esclavos de la voluntad de Dios.
Salmo responsorial: 1
La imagen de la paz del árbol plantado junto al río, que no experimenta detrimento, es la imagen de la paz permanente en aquél que se mantiene adherido a la voluntad de Dios.
Lucas 12,49-53
La guerra de Jesús es para traer paz, que al contrario contra cualquier otra promesa no será corruptible sino siempre nueva y perdurable. Los imperios se inventan guerras para unificar su poder político en torno a una causa, y la historia de todos los tiempos da ejemplos abundantes. Hoy por ejemplo está la droga, el terrorismo, la divesidad, el machismo, el totalitarismo, la pobreza, el cambio climático ...sin solución de continuidad. La causa del Reino de Dios que hay que buscar primero, traerá lo otro por añadidura.
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