martes, 6 de febrero de 2024

BEATO CARLO

BEATO CARLO

AL CONOCER DE SU PRÓXIMA E INMINENTE MUERTE LA OFRECE EN SEGUIMIENTO DE JESÚS 

 De las Homilías de Orígenes, presbítero, sobre el libro del Génesis
(Homilía 8, 6. 8. 9: PG 12, 206-209)
 
EL SACRIFICIO DE ABRAHAM

 

Tomó Abraham la leña del holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. El hecho de que llevara Isaac la leña de su propio holocausto era figura de Cristo, que cargó también con la cruz; además, llevar la leña del holocausto es función propia del sacerdote. Así, pues, Cristo es a la vez víctima y sacerdote. Esto mismo significan las palabras que vienen a continuación: Los dos caminaban juntos. En efecto, Abraham, que era el que había de sacrificar, llevaba el fuego y el cuchillo, pero Isaac no iba detrás de él, sino junto a él, lo que demuestra que él cumplía también una función sacerdotal.

¿Qué es lo que sigue? Isaac -continúa la Escritura- dijo a su padre Abraham: «Padre.» Ésta es la voz que el hijo pronuncia en el momento de la prueba. ¡Cuán fuerte tuvo que ser la conmoción que produjo en el padre esta voz del hijo, a punto de ser inmolado! Y, aunque su fe lo obligaba a ser inflexible, Abraham, con todo, le responde con palabras de igual afecto: «¿Qué deseas, hijo mío?» El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña: pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?» Abraham le contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.»

Resulta conmovedora la cuidadosa y cauta respuesta de Abraham. Algo debía prever en espíritu, ya que dice, no en presente, sino en futuro: Dios proveerá el cordero; al hijo que le pregunta acerca del presente le responde con palabras que miran al futuro. Es que el Señor debía proveerse de cordero en la persona de Cristo.

Abraham tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abraham, Abraham!» Él contestó: «Aquí me tienes.» Dios le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo, ni le hagas nada. Ya he comprobado que temes a Dios.» Comparemos estas palabras con aquellas otras del Apóstol, cuando dice que Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros. Ved cómo Dios rivaliza con los hombres en magnanimidad y generosidad. Abraham ofreció a Dios un hijo mortal, sin que de hecho llegara a morir; Dios entregó a la muerte por todos al Hijo inmortal. Abraham levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Creo que ya hemos dicho antes que Isaac era figura de Cristo, mas también parece serlo este carnero. Vale la pena saber en qué se parecen a Cristo uno y otro: Isaac, que no fue degollado, y el carnero, que sí fue degollado. Cristo es la Palabra de Dios, pero la Palabra se hizo carne.

Cristo padeció, pero en la carne; sufrió la muerte, pero quien la sufrió fue su carne, de la que era figura este carnero, de acuerdo con lo que decía Juan: Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. La Palabra permaneció en la incorrupción, por lo que Isaac es figura de Cristo según el espíritu. Por esto Cristo es a la vez víctima y pontífice según el espíritu. Pues el que ofrece el sacrificio al Padre en el altar de la cruz es el mismo que se ofrece en su propio cuerpo como víctima

lunes, 5 de febrero de 2024

PALABRA COMENTADA


 

Lunes 5 de tiempo ordinario

Año Par

1Reyes 8,1-7.9-13



REFLEXIÓN

En el arca sólo había las dos tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas, al salir de Egipto.

Ningún vestigio de una divinidad maravillosa y evidente. 

Solo un escrito primitivo que expresaba un orden, una ley, asumida como voluntad de Dios.

Esta asunción impuesta a un pueblo es el fundamento de su unión, de su misión y destino. 

Palabra humana con prestigio de Dios transmitida multisecularmente.

El poder de rebeldía humana podría hacer trizas esta presunción y arrojar a la anarquía y la destrucción tal pueblo, su unidad, misión y destino.

Pero la docilidad final a un ordenamiento que permita la convivencia y el respeto, se impone en este y los demás pueblos, como una alianza de sensatez a favor de la vida y el orden que la haga viable.

Concitar finalmente voluntades a un bien común, podría ser tenido como inspiración de un Espíritu de vida para la salvación de la creación.

Entonces Salomón dijo: "El Señor puso el sol en el cielo, el Señor quiere habitar en la tiniebla; y yo te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre."

Un acto político que tendrá sus efectos ambivalentes: para la unificación del pueblo, haciéndolo más fuerte, pero instaurando un nuevo estilo de esclavitud de propios y extraños. 

El progreso que pasa su factura.

Salmo responsorial: 131



REFLEXIÓN

entremos en su morada

Lo que cuenta es la fe del orante que hace la presencia del Señor. Por eso su morada está en nosotros. 

Somos nosotros los que tenemos que hacer espacio en nuestra existencia, para que se manifieste por nuestra fe. Y arrostrar la duda que ocasional y vehemente toque nuestro sentido común, sobre sí o no soy un iluso al mantener estar fe.

Que subsista ella se estima entonces como un don del Señor, que nos permite atravesar el miedo de la ilusión.

Marcos 6, 53-56



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos

Es como alentar la magia y el materialismo de la curación. Pero eso no está rechazado, antes lo contrario, en el evangelio. Acercarse al Señor por necesidad no es desdeñable. Quizás sí reducir la relación con él a eso solamente.

Se trata de un relato que expresa un tipo, una generalidad para perfilar una actuación de Jesús de Nazaret por un tiempo indeterminado y la acogida de la gente a su sanación. Pasó haciéndolo bien.

Según los entendidos un resumen o recapitulación en el relato evangélico es una ficción técnica para cubrir un espacio de tiempo y espacio con las actividades de Jesús y su repercusión.

Nos da la imagen de un incesante predicador itinerante y curador cuya fama se va ampliando en las aldeas.

Nos da a entender la intensidad de la entrega a una tarea asumida para establecer un reino, un dominio, una creación. 

Está Jesús enmendando la creación de Dios? Si advertimos que nunca el caos ha desaparecido sino que amenaza y aparece aleatoriamente, sabremos que la misión de Jesús no carece de necesidad y su pretensión se justifica.

Se busca una nueva creación, un orden más acabado, una seguridad definitiva, una colaboración humana más decidida en su responsabilidad de cuidar la creación.

Jesús nos enseña y guía para reparar y recrear infatigablemente, sin dejarnos vencer por el asomo de caos y tinieblas, con las arras del Espíritu de la nueva vida inaugurada en su Resurrección.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1490649856087580677?s=20&t=OsXuLCMrrMWT5ARMCdMvIw

https://x.com/motivaciondehoy/status/1754456803197194242?s=20

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1Reyes 8,1-7.9-13

Salmo responsorial: 131

Marcos 6, 53-56