lunes, 16 de diciembre de 2024

SAN CARLO DE JESUS ACUTIS DE ASIS


 eres uno de los vírgenes que iluminas la gracia de tu cuerpo con el esplendor de tu espíritu
 
Del Tratado de Guillermo, abad del monasterio de San Teodorico, Sobre la contemplación de Dios
(Núms. 9-11: SC 61, 90-96)

DIOS NOS AMÓ PRIMERO

En verdad tú eres el único Señor, que al ejercer tu poder sobre nosotros nos salvas; en cambio, el servicio que nosotros te tributamos no consiste en otra cosa sino en aceptar tu salvación.

Señor, de ti viene la salvación y la bendición sobre tu pueblo; pero ¿qué es tu salvación sino la gracia que tú nos concedes de amarte y de ser amados por ti?

Por eso, Señor, quisiste que tu Hijo que está a tu derecha, el hombre que tú fortaleciste, fuera llamado Jesús, esto es, Salvador, porque él salvará a su pueblo de los pecados y en ningún otro se encuentra la salud. Él nos enseñó a amarlo, amándonos primero hasta la muerte de cruz e invitándonos a amar al que nos amó primero hasta el extremo.

Si nos amaste primero fue para que pudiéramos amarte, no porque necesitaras nuestro amor, sino porque de no amarte no podríamos llegar a ser lo que tú quisiste que fuéramos.

Por eso, después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los profetas en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en el tiempo final, nos has hablado por medio de tu Hijo, tu Palabra: por él fue hecho el cielo y por su Espíritu los ejércitos celestiales. El habernos hablado por medio de tu Hijo no fue otra cosa que poner de manifiesto cuánto y de qué manera nos amaste, ya que no perdonaste ni a tu propio Hijo, sino que lo entregaste por todos nosotros; él también nos amó y se entregó por nosotros.

Señor, ésta es la Palabra que nos has enviado, tu Palabra omnipotente, que cuando un silencio profundo envolvía toda la tierra, es decir, cuando estaba sumida en el error, bajó de tu trono real, para destruir todos los errores, para promulgar la suave ley del amor.

Y todo lo que él hizo, todo lo que dijo aquí en la tierra, todo lo que sufrió, los oprobios, salivazos y bofetadas, hasta la cruz y el sepulcro, no fue otra cosa sino el hablarnos tú por medio de tu Hijo, atrayéndonos con tu amor, suscitando nuestra respuesta de amor.

Dios, creador de los hombres, tú sabías que el amor no puede ser exigido por la fuerza, sino que es necesario suscitarlo en el corazón humano. Porque donde hay coacción ya no hay libertad, donde no hay libertad no hay justicia.

Por lo tanto quisiste que te amáramos, ya que no podíamos ser salvados con justicia si no te amábamos. Y no podríamos amarte si no recibiéramos de ti ese amor. Por eso, Señor, como ya lo dijo tu discípulo amado y nosotros lo hemos recordado ya más arriba, tú nos amaste primero, y has amado primero a todos los que te aman.

También nosotros te amamos con el mismo amor que has derramado en nuestros corazones. Pero tu amor es tu bondad -¿no eres acaso el único bueno y el sumo bien?-, es el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, que en principio de la creación aleteaba sobre las aguas, esto es, sobre los espíritus fluctuantes de los hombres, brindándose a todos, atrayendo hacia sí todas las cosas, inspirando, impulsando, librándonos del mal, procurándonos lo necesario, uniendo a Dios con nosotros y a nosotros con Dios.

domingo, 15 de diciembre de 2024

PALABRA COMENTADA


 

Domingo 3 de Adviento

Sofonías 3, 14-18ª



REFLEXIÓN

en medio(qereb:entre, dentro) de ti

Se anuncia una novedad: un Señor Dios que se ubicará entre nosotros como comunidad o fraternidad. Una presencia que habitará lo más profundo de nosotros mismos.

dirán a Jerusalén

Un repaso de la trayectoria de Jerusalén en la historia de salvación muestra etapas que bien pudiéramos asimilar a nuestra existencia, buscando paralelismos.

Desde los tiempos antiguos cuando era una ciudad cananea en las montañas, pasando luego ser posesión personal de David, a quien rinde su inexpugnabilidad. Transitando luego como sede del templo más famoso en tiempos de Salomón, hasta la desolación de su destrucción por Nabucodonosor. Luego su resurgimiento modesto hasta el famoso templo de Herodes en tiempos de Jesús, para terminar aniquilada definitivamente por los romanos en el año 70 después de Cristo.

Una ciudad de miles de años, que aún simboliza el deseo de posesión de pueblos enemistados, y el desafío para la unión de las religiones, y que en su nombre se vincula la palabra paz.

Toda una figura, arquetipo o  símbolo de una realidad sufrida y gloriosa, que busca un final feliz. Una realidad que anhela y espera que su suerte cambie.

Todo un símbolo para el adviento, de gentes, ciudades, pueblos que por millones anhelan paz.

Interleccional: Isaías 12, 2-3. 4bcd, 5-6



REFLEXIÓN

confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación

Y así como esta ciudad ha sido agredida pero ha escapado muchas veces, también nosotros viendo nuestra existencia desde antes hasta este punto, podemos celebrar que hemos sido sostenidos, más allá de los riesgos y peligros.

sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación

De Jerusalén se narra el tener un abastecimiento de agua que la hacía superar los sitios de los enemigos.

Nosotros desde la fe en quien nos asiste desde dentro y entre nosotros, nos abastecemos sin extinción, del favor y la fuerza del Señor.

Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel

Celebra nuestro adviento la llegada de lo pequeño, que en medio de nosotros se hará grande.

Filipenses 4, 4-7



REFLEXIÓN

Que vuestra mesura(epieikia:equidad) la conozca todo el mundo

La equidad es la capacidad de encontrar la justicia, en la aplicación del espíritu de la ley.

Es nuestro modo fraterno de proceder, el cual no se improvisa ni se planifica rígidamente, sino que se inspira en el Espíritu que domina la historia.

Celebramos en adviento la llegada de ese don de Dios que nos permite vivir en equidad.

Jerusalén como símbolo, ahora que está reducida, es más capaz de inspirar equidad en medio de la ambición y pugna de tantos intereses. Porque Jerusalén no es una urbe rica, si acaso estratégica.

Y de nuestro Señor de la historia, aparecido en el niño que va a nacer, celebramos el genio estratégico para intervenir oportunamente en la historia.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús

Roma está al servicio de Jerusalén. Tiene importancia provisional, entretanto se rehabilite la misión de paz de Jerusalén.

Al final de los tiempos?

Lucas 3, 10-18



REFLEXIÓN

"¿Entonces, qué hacemos?"

"El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo."

"No exijáis más de lo establecido."

"No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga."

Él os bautizara con Espíritu Santo y fuego

Por el mensaje concreto de Juan Bautista inferimos una postura de equidad que se exhortaba a sus oyentes, en cuanto a lo que estaba mandado: propiedad, impuestos, ejército.

También enfocaba al mesías que anunciaba como un juez que condenaría los injustos.

Era la visión de Juan, pero era provisional, preparatoria y al servicio de la Palabra que se encarnaría en Jesús.

Pero con ese advenimiento las previsiones del Bautista fueron relanzadas a dimensiones insospechadas. El tipo de equidad basada en el orden establecido no sería el parámetro fundamental sin un Espíritu de equidad fundamentado en el ágape.

El ágape que resulta del habitar del Señor en medio de nosotros, dentro de nosotros.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1469991514029834241?s=20

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Domingo 3 de Adviento

Sofonías 3, 14-18ª

Interleccional: Isaías 12, 2-3. 4bcd, 5-6

Filipenses 4, 4-7

Lucas 3, 10-18