martes, 13 de abril de 2021

BEATO CARLO

 BEATO CARLO



encuentro 3
“La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios”


palabra del señor: 
“Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca.” (Mt 9, 9) 


Reflexión:
 El cristiano que ha tenido un encuentro personal con Jesús, entiende lo importante que es mirarlo a Él en todo momento. Todas las cosas tienen sentido en el mismo Jesús, y vamos siendo felices en Él cuando lo miramos y salimos de nosotros mismos. Ante su grandeza, lo que nos entristece se achica, porque nosotros nos encontramos como somos: pequeños 


Para pensar y rezar
: • ¿Qué me entristece habitualmente? ¿Qué me alegra? • ¿Recuerdo algún momento de feliz encuentro con Jesús en el Sagrario?


Gesto: 
 Somos conscientes de que en algún momento del día o en la semana, hay alguien que no está pasando un buen momento. Te invito a que te acerques (o le escribas) a esa persona y le regales una sonrisa. Preguntale su nombre para rezar por él o ella. Y si da para más, arreglá un momento de juntada para charlar un poco más.


desafío: 
 Animate a emprender un servicio durante esta semana, donde lo importante no sólo sea “salir de uno mismo”, sino servir con alegría desde corazón. Proponete algo accesible a tus posibilidades, teniendo en cuenta ser creativo.


Oración: 
 Querido Carlo, ¿qué te parece si me ayudás a saber encontrar y mirar a Jesús en todo momento? Y cuando caiga en el narcisismo, que me hace pensar solo en mí, con toda libertad y sin vergüenza pueda volver la mirada a Jesús, nuestro amigo, manteniendo la alegría.


Encuentros con Jesús
Buscar al Señor, guardar su Palabra, tratar de responderle con la propia vida, crecer en las virtudes, eso hace fuertes los corazones de los jóvenes. Para eso hay que mantener la conexión con Jesús, estar en línea con Él, ya que no crecerás en la felicidad y en la santidad sólo con tus fuerzas y tu mente. Así como te preocupa no perder la conexión a Internet, cuida que esté activa tu conexión con el Señor, y eso significa no cortar el diálogo, escucharlo, contarle tus cosas, y cuando no sepas con claridad qué tendrías que hacer, preguntarle: «Jesús, ¿qué harías tú en mi lugar?». (Christus Vivit 158)

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