UN ADOLESCENTE QUE TAMBIÉN TUVO SU AGUIJÓN DE LA CARNE Y MOSTRÓ LA VICTORIA DE LA GRACIA
Jueves, XXIX semana
San Agustín Carta a Proba 130,14,25-26
Quizá me preguntes aún por qué razón
dijo el Apóstol que no sabemos pedir lo que nos conviene, siendo así que
podemos pensar que tanto el mismo Pablo como aquellos a quienes él se dirigía
conocían la oración dominical. Porque el Apóstol experimentó seguramente su
incapacidad de orar como conviene, por eso quiso manifestarnos su ignorancia;
en efecto, cuando, en medio de la sublimidad de sus revelaciones, le fue dado
el aguijón de su carne, el ángel de Satanás que lo apaleaba, desconociendo la
manera conveniente de orar, Pablo pidió tres veces al Señor que lo librara de
esta aflicción. Y oyó la respuesta de Dios y el porqué no se realizaba ni era
conveniente que se realizase lo que pedía un hombre tan santo: Te basta mi
gracia: la fuerza se realiza en la debilidad.
REFLEXIÓN
Aun obsesiones que nos
presionan por senderos aparentemente placenteros, se constituyen en una señal
de nuestra debilidad, que sólo con mucha paciencia y humildad va remitiendo.
Quizás por la fuerza que emerge de su Espíritu a propósito de esa debilidad,
debiéramos ofrecer nuestro ser a causas buenas para que en ellas abunde como
abono a las plantas, la gracia de Dios. Entonces proclamaremos con alabanza y
acción de gracias: se manifiesta aquí la Gloria de Dios.
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