San Gregorio de Nisa Sermón sobre la resurrección de Cristo
Ha comenzado el reino de la vida y se ha
disuelto el imperio de la muerte. Han aparecido otro nacimiento, otra vida,
otro modo de vivir, la transformación de nuestra misma naturaleza. ¿De qué
nacimiento se habla? Del de aquellos que no han nacido de sangre, ni de amor
carnal, ni de amor humano, sino de Dios. ¿Preguntas que cómo es esto posible?
Lo explicaré en pocas palabras. Este nuevo ser lo engendra la fe; la
regeneración del bautismo lo da a luz; la Iglesia, cual nodriza, lo amamanta
con su doctrina e instituciones y con su pan celestial lo alimenta; llega a la
edad madura con la santidad de vida; su matrimonio es la unión con la
Sabiduría; sus hijos, la esperanza; su casa, el Reino; su herencia y sus
riquezas, las delicias del paraíso; su desenlace no es la muerte, sino la vida
eterna y feliz en la mansión de los santos.
REFLEXIÓN
El entusiasmo y el
triunfalismo son notas destacadas de los tiempos en que la Iglesia muestra
crecer y sus miembros pertenencia. Pero no fue siempre así, no lo será, porque
cada tanto se hace sentir que no se ve y palpa tal victoria, y vida nueva, sino
fehaciente la muerte y el mal.
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