martes, 18 de abril de 2023

PALABRA COMENTADA

 Martes 2 de Pascua

Hechos 4,32-37



REFLEXIÓN

En el grupo de los creyentes (pisteuo:creer, confiar,entregarse) todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía

He aquí la utopía cristiana en la historia mientras se llega al destino final: la gloria.

Algo así entrevieron en Israel cuando legislaron el jubileo: una sociedad capaz de reconciliarse, eliminando las deudas, para volver a comenzar de cero y que todos tuvieran oportunidades de medrar.

La diferencia está entre la Ley y el Espíritu. Los creyentes de la Ley Mosaica, sólo internalizándola, llegaban a la comprensión y consiguiente práctica de la fraternidad, como unión económica y de voluntades.

Los del Espíritu pentecostal inicial practicaban la fraternidad por buena voluntad, buena fe, por entregarse mutuamente en ágape, frente al cual, la entrega por eros es un mero reflejo.

Una utopía difícil y compleja en su proceso histórico, pero asequible.

El mundo no entenderá, que ni eros ni filia lo consiguen, si acaso lo barruntan.

Nos encontramos en una etapa, los creyentes cristianos, del pluralismo y no de uniformidad, como pareciera desprenderse en aquel tiempo, del texto.

Cómo vivir el pluralismo? Con tolerancia de las diferencias.

Dentro del catolicismo y aun del cristianismo son varias las tendencias, unas más agresivas que otras, que deben coexistir, incluso en una misma familia.

los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles

Porque el mundo no termina de entender, ni tiene la capacidad, que sin autodonación y renuncia, no es posible el ágape.

Éste surge del autodespojo, su suelo nutricio.

Porque sin pobreza voluntaria, de corazón, seguimos apegados y poco solidarios.

Pocos entienden que sin la contribución de corazón, toda colecta impuesta será vista como un tipo de opresión. Y como excusa ante la conciencia de culpa se alude a la falta de credibilidad de quienes administran impuestos.

tenía un campo y lo vendió

Los más acaudalados o pudientes, con recursos más allá de los necesarios para la vida, lo vendían y entregaban a la comunidad.

Es decir, se evitaba la acumulación de los bienes ociosos, para destinarlos a la solidaridad.

Porque la acumulación de bienes ociosos, es una idolatría, que consiste en vivir la seguridad a través de los bienes materiales y la riqueza acumulada, más que del señorío del Padre en su providencia, tal como Jesús nos lo mostró.

Salmo responsorial: 92



REFLEXIÓN

tú eres eterno

Su eternidad que es un concepto nuestro, alude a su otreidad con respecto a nuestro tiempo.

Nuestra identidad, que se mantiene a flote a lo largo de los avatares de la historia, es como una huella desproporcionada de esa eterna identidad del Señor cuya Palabra mantiene el Designio imparable de Salvación.

la santidad es el adorno de tu casa

El sentido de la santidad del Dios cristiano no es la separación ni la pureza, que son más bien efecto de algo y alguien más amoroso: la koinonía(comunidad) trinitaria que modela la koinonía terrena.

La comunión de vida y bienes en la comunidad, pugna por ser un reflejo de la comunión en la vida del Padre, el Hijo y el Espíritu.

El amor al prójimo brota como rasgo de comunión y hace efectiva la intervención del Dios comunitario en la existencia humana.

Juan 3,5a.7b-15



REFLEXIÓN

el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va

Se trata de una dimensión o eón de libertad y ligereza, sutil como el aire que respiramos.

Por eso cuando nos despojamos por fe y nos entregamos, elegimos irnos haciendo pobres para que nuestro peso, por aferrarnos, no se oponga al arrebato del Espíritu, y nos dejemos conducir.

Ignacio a sus ejercitantes les recomendaba dejarse llevar por el Espíritu oponiendo el mínimo de resistencia.

Cuándo nos dejaremos hacer de verdad, que el Señor tome el timón de todo?

Así es todo el que ha nacido del Espíritu.

LLevado por el Espíritu como el viento que lleva su propio rumbo.

Es dejarse gobernar e imponer un rumbo.

"Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio

Nicodemo sabía del Jubileo de la Ley, pero no del dejarse llevar como Jesús lo practicaba.

Porque si alguien se entregó confiadamente al Padre y fue impulsado por el Espíritu, ese fue Jesús de Nazareth.

Una sabiduría que no está atada a un magisterio, ni erudición, ni abundancia de estudio.

El más humilde puede accederla.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna

Una vez elevado en cruz, puede dispensar vida eterna a los que se le entregan y se dejan llevar por su Espíritu.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1648290569859244032?s=20

COMPARTIR LA PALABRA

Hechos 4,23-31

La raíz de toda oración cristiana se encuentra el judaísmo, y sus nexos con el Antiguo Primer Testamento oxigenan la misma, apoyando la lectura de los eventos a la luz de la escrituras, e impulsando la visión de la propia coyuntura, para encontrar el avivamento de los signos de la Presencia del Innombrable, que permita retomar la docilidad sin perder la creatividad.

Salmo responsorial: 2

Tres planos se cruzan: el pensamiento secular que desarrolla estrategias para hacer fracasar el pueblo de Dios y su ungido, en su misión se liberación y salvación. La perspectiva desde Dios, quien es el origen de la misión de salvación, que mantiene su designio a través de los tiempos, a pesar de las estrategias contrarias.

La presencia histórica del ungido Jesús, siervo perdurable, en quien se concentra el liderazgo de la misión de Dios en medio de su pueblo de salvación.

Juan 3,1-8

Se nos alienta desde la Pascua de Jesús y la nuestra, a abrirnos al mensaje desde el inicio histórico de Jesús en su anunciación: no hay imposible para el Espíritu de Dios. Ni la vejez puede impedir nacer de nuevo. El hombre nuevo es posible, y no hay determismos a pesar de su apariencia de enfermedad terminal.

Martes 2ª semana de Pascua

Hechos 4,32-37

El horizonte histórico de los primeros cristianos fue la pronta venida de Jesús en forma definitiva para cerrar la historia y vivir todos en la Gloria de Dios. En algún momento esta concepción se fue desinflando porque la espera se alargaba. Hay signos de esta problemática en cartas de Pablo. En el entusiasmo inicial estaban más motivados para la comunión de bienes sin minusvalorar la inspiración del Espíritu a la generosidad del compartir. Es posible que esta sociedad utópica fuera dando paso a otra concepción de la espera que pondría el énfasis en la perseverancia y la paciencia en vivir la historia en fidelidad a Jesús hasta la propia muerte individual.

Salmo responsorial: 92

El sentido del tiempo presente y su contraste con al vida perdurable es un tema axial que recorre toda la reflexión orante inspirada en la Palabra de Dios. Necesitamos incentivos y avivamientos que nos mantengan a flote en la entrega al servicio del Reino

Juan 3,5a.7b-15

La captación de la libertad del Espíritu Santo, Espíritu de Dios, en la comparación con el viento impredecible en su dirección de cada momento, es un don del mismo Dios, que nos abra a la docilidad de su impulso. Porque lejos del romanticismo que pudiera surgir por esta imagen de libertad, conlleva una disposición a dejar lo que se tiene entre manos, para aceptar los modos inéditos del dinamismo del Señor en nuestras vidas. Es el compromiso con dejarlo todo para seguirlo en cuanto Él llama. Esta sabiduría, más que conocimiento, se forja en el mismo seguimiento de fe. La erudición al modo de Nicodemo no vale de mucho. Incluso venir de noche, cuando nadie se percata, es señal de la débil disposición al cambio que significa dejarse llevar. Un efecto de la pascua de Jesús, es librarlo de esa cautividad, para entregarse a la libertad del Espíritu.

No hay comentarios: