PALABRA COMENTADA
Domingo 11 tiempo ordinario
Ezequiel 17,22-24
REFLEXIÓN
Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos.
Altura y lozanía de mano del Señor que repercute en los que así, de su propia y exclusiva mano, se engríen.
Es que no tiene el ser humano dignidad y potencial suficiente para andar por sí mismo, escalar alturas y reflejar bienestar por su tesón?
Sí y no.
La saga de la Palabra es un constante memorial de la responsabilidad que tenemos de reconocer al Señor. “Alabar, hacer reverencia y servir” en lenguaje del siglo 16 de Ignacio de Loyola en el Principio y Fundamento.
Algo de gloria, algo de alabanzas y algo de servicio conocía este hombre ex-cortesano de Carlos V.
En su momento captó por iluminación que esa gloria no era suficiente como Principio y fundamento, como sentido de una existencia.
Y optó por el Señor.
De esa gloria trata Ezequiel con su imagen del cedro glorificado.
Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas
Esa gloria otorgada por el Señor es una misión de servicio a la amplitud de la creación. Como amplio es el mismo Señor que llama y envía.
Salmo responsorial: 91
REFLEXIÓN
proclamar por la mañana tu misericordia / y de noche tu fidelidad
Porque nos sigues dando la luz de la existencia cotidiana y nos mantienes toda la jornada a tu servicio.
En la vejez seguirá dando fruto / y estará lozano y frondoso, / para proclamar que el Señor es justo, / que en mi Roca no existe la maldad
No hay retiro ni jubilación en esta misión y servicio. Aun con fuerzas menguantes y menguadas podemos alabar, hacer reverencia y servir.
2Corintios 5,6-10
REFLEXIÓN
tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.
El ímpetu de la confianza lleva a desasirnos. El justo vivirá por fe, de fe en fe. De destierro en destierro.
Con el pasar del tiempo por fe vamos validando el extrañamiento del mundo y dejándonos cribar y preparar para entrar en su presencia definitivamente.
por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo
Nuestro cuerpo es el sembrado asignado a nuestra responsabilidad y nuestro compromiso primario. Porque cuerpo no es sólo individualidad sino además relación.
Marcos 4,26-34
REFLEXIÓN
la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
La primera parábola enfoca el crecimiento fuera del control humano. Nos llama a reconocer que así es el reino.
se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas
La segunda es semejante a la de Ezequiel. Lo más pequeño por la mano misteriosa de Dios se encumbra sobre todo lo demás. Así también es el reino.
El reino es un crecimiento que sólo Dios da. El reino es una transformación desde lo más pequeño hasta lo más alto, que sólo Dios otorga.
Cuándo optaremos por alabarlo, reconocerlo y servirlo, sin temor de perder nuestro protagonismo y significatividad?
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1404043029615452166?s=20
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Domingo 11 tiempo ordinario
Ezequiel 17,22-24
Salmo responsorial: 91
2Corintios 5,6-10
Marcos 4,26-34
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