lunes, 5 de agosto de 2024

SAN CARLO ACUTIS DE ASIS


 

San Gregorio de Nisa, Discurso sobre el bautismo
(PG 46, 420-422.426)
Abre tu alma a una educación esmerada

Imita a Josué, hijo de Nun: lleva el evangelio como él llevó el arca; abandona el desierto, o sea, el pecado; pasa el Jordán; date prisa a entrar en la escuela de la vida, regentada por Cristo, a la tierra que produce frutos portadores de alegría, a la tierra que, de acuerdo con la promesa, mana leche y miel. Arrasa a Jericó, es decir, las inveteradas costumbres, y no la dejes fortificada. Suelta de tu vida el cuervo voraz. Da tiempo a la paloma para que vuelva a ti, aquella paloma que el primer Jesús hizo simbólicamente bajar del cielo: inmune al engaño, mansísima y fecundísima. Esta paloma, si hallare un hombre purificado, bien probado y pulido como la plata, gustosamente habita en él, e, incubando el alma como se incuban los huevos, concibe y le da muchos hijos.

Estos hijos son las buenas acciones y las conversaciones honestas, la fe, la piedad, la justicia, la templanza, la castidad, la pureza. Estos son los hijos del Espíritu y nuestras posesiones. Abre tu alma como un libro y permítenos imprimir en él una educación esmerada, para que no sigas balbuciendo como los niños ni tengas una mentalidad infantil. Me avergonzaría de ti si, habiendo ya encanecido, hubieras de salir fuera con los catecúmenos cual niño inmaduro, incapaz de guardar un secreto cuando haya que desvelar un misterio. Únete al pueblo místico y aprende los discursos arcanos. Repite con nosotros lo que los serafines de seis alas dicen, cantando con los cristianos perfectos. Apetece el alimento que refocila el alma; gusta la bebida que alegra el corazón; ama el misterio que, de modo imperceptible, hace rejuvenecer a los ancianos.

Imita el ardiente deseo del eunuco etíope. Este, después de haber recogido y hecho sentar en la carroza junto a él a Felipe, enviado por el Espíritu, no se dio cuenta, durante el camino, de que no sólo leía, sino que aprendía la sabiduría de Isaías. Le tomó gusto a la interpretación, como le toma gusto el cachorro a la sangre del cordero degollado, ladró furiosamente a Felipe, hasta que fue conducido a la caza perfecta de la profecía que traía entre manos; y, sin diferirlo un momento, recibió el solicitado bautismo, sin esperar llegar a la posada, ni a una ciudad o pueblo, o a un lugar santificado, juzgando correctamente que cualquier agua es apta para el bautismo, a condición de que tenga fe el que lo recibe y esté presente la bendición del sacerdote que lo santifica.

Recibid el don de Cristo, puesto que quien recibe este sublime e incomparable beneficio, con gozo es agregado al número de los que reciben la adopción de hijos; y por este cambio a mejor, todos los conocidos y familiares reciben un inmenso placer y una gran alegría.

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